Alejandro Pinto

Publicado el Alejandro Pinto

¿Prohibido rayar los libros?

¿Prohibido rayar los libros? No estoy de acuerdo

A.Felipe Guzmán-Torres (bloguero invitado Librotk Digital)

Hace poco tuve la oportunidad de leer un escrito publicado aquí en la Librotk Digital, que en resumen rechazaba de manera ‘taxativa’ la costumbre que tenemos algunos lectores de rayar y hacer anotaciones en los libros.

De acuerdo: Un libro que haya llegado a nuestras manos por encontrarse en una biblioteca o por habérnoslo sido prestado por alguien cercano merece el más especial de los cuidados, y en ello no hay discusión. Aquí ni siquiera el uso del grafito permite excusa o excepción alguna, y tampoco hay que considerar las muy útiles notas adhesivas. Para mí, quien devuelve un libro que ha sido tomado en préstamo, con sendos rayones o “inteligentes notas y referencias”, muestra de manera explícita su capacidad para el ejercicio de la violencia. Violencia que en el caso de las bibliotecas se lleva hasta la muerte, cuando indefenso, al propio libro le ha sido arrebatada su vida en cada página arrancada.

¿Pero que hay con ese libro que es propiedad particular del lector? En este caso hay que darle otra mirada al asunto. “Para gustos los colores”, dice una frase, y aquí no pretendo aleccionar a nadie. A nadie, insisto: ni aun a quien condenó por vandalismo a aquella profesora de literatura que “mostró con orgullo su maltratado ejemplar del Decamerón”. Es indudable que hacer notas personales en los libros puede ser casi “un vicio”,  y que también es un “acto premeditado”, pero ¿Acaso ha de sentirse vergüenza alguna en ello?

Mi experiencia es que cuando vuelvo a ese libro que ha acompañado los más recientes tiempos de mi efímero y vitalicio viaje, y releo las notas que escribí en él hace tanto tiempo, puedo asombrarme ante ese yo, que definitivamente ya no soy yo mismo en la actualidad y que sin embargo piensa, siente y vive la vida de una manera muy concordante a la mía. ¿Qué clase de mal o vileza cometo en contra de otra persona cuando tomo mi libro y escribo sobre él, o cuando destaco alguna parte del texto con alguna marca precisa?

Ya tuvimos una edad media en la que el privilegio de leer era cosa realmente de muy pocos, y de tanto en tanto la era moderna nos ha brindado el triste espectáculo de ver hordas de gente quemando libros. Así las cosas, la verdad no me apetece seguir los lineamientos delirantes de cualquier Policía Del Pensamiento  que afirme que al rayar de manera permanente uno de los libros que permanecen en mi biblioteca personal, estoy negándole “el placer de una lectura amena a próximas generaciones”. ¿Debo entonces fijarme si tras de mi está el gran hermano, atento de que ni siquiera acerque un bolígrafo o un lápiz a cualquiera de los libros que me pertenecen?

Creo que en las notas y marcas que tienen algunos de mis libros se halla expresada mucho de la relación que tengo con tales escritos, los cuales serán parte valiosa del legado que dejaré a esa pequeña heredera que por estos días veo jugar, literalmente, encima de “El Libro De Las Tierras Vírgenes”, o de “El Principito”. A lo mejor en el futuro, ella quiera conocerme mejor a través de las notas personales que encuentre en algunos de estos libros que eventualmente llegarán a sus manos, o quiera por el contrario adquirir ejemplares impolutos de las mismas obras. Sea como fuere, siempre habrá quien la anime a aproximarse al texto impreso, quiera o  no quiera ella plasmar allí sus propias reflexiones sobre lo leído.

Invitación Alejandro Pinto

Si te interesa saber más acerca de marketing, negocios y tecnología, te invito a conectar a través de las diferentes redes sociales:

Alejandro Pinto en Facebook

Alejandro Pinto en Twitter

Alejandro Pinto en Instagram

Alejandro Pinto en YouTube

También puedes visitar mi sitio web www.alejandropinto.com

*Fotografía: Viktor Janacek.

Comentarios