Bitcoin la moneda mundial que ha triplicado su valor con respecto al año anterior ha generado revuelo en Colombia. Mientras los medios y el estado se aventuran a anunciar el nacimiento de una nueva estafa, crece el volumen de inversionistas que ven en las criptomonedas la oportunidad de estar entre los nuevos millonarios del mundo.
Nota del editor: las opiniones de esta publicación son de la estricta responsabilidad de Yarley García Castañeda y no representan la opinión de Alejandro Pinto.
Hace un poco más de un año el eco del Bitcoin empezó a sonar en el país, de la mano de unos jóvenes que vieron en esa moneda que entonces valía 450 dólares una oportunidad de negocio. Iniciando todo se resumía en escuchar noticias del mundo y creer que al finalizar del año, la moneda valdría mil dólares.
Colombia, es un lugar en el que cualquier emprendimiento que se salga de lo tradicional es una pirámide. Irónicamente aquí, algunas pirámides han sido históricamente avaladas por el estado: las pensiones y el descalabrado negocio de las libranzas, por ejemplo.
Durante más de un año la información fue confusa: los medios y representantes del estado hablaban sin ningún escrúpulo de la ilegalidad de la moneda, mientras en cualquier punto de pago, las maquinas anaranjadas donde se hacen recargas de celular, se podían conseguir desde mil pesos en Bitcoin.
Con las criptomonedas entraron al país negocios de trading y minería, que ofrecían diversos tipos de rentabilidades y riesgos; así fue como una comunidad creciente empezó a usar Bitcoin, recibirlo en sus comercios y multiplicarlos en plataformas con planes de pago basados en modelos de Networkmarketing que comercian con las más de 700 criptodivisas de este amplio mercado.
Hoy en las ciudades más grandes del país como Bogotá o Medellin, se pueden encontrar los primeros millonarios colombianos de la era de la información. En centros comerciales, también es común ver a proveedores de Bitcoin que venden fracciones o unidades completas a personas que vieron en esta moneda mundial una manera de ahorrar, comerciar y multiplicar su dinero o capitales específicos de riesgo, más allá de las pobres ofertas de rentabilidad de los bancos y el nulo apoyo del gobierno a la prosperidad de los más pobres, cosa que quedó muy clara con la reforma tributaria.
Después de un año, “esa moneda ilegal” hizo un eco particular en Blu radio; el pasado 20 de mayo dos representantes de DataIFX, hicieron una exposición de Bitcoin, menos descalabrada que las que se han visto en medios nacionales durante estos 12 meses, pero con unas imprecisiones que dejaron la impresión de que más que a unos expertos, estábamos oyendo a un par de malos comediantes.
Para ellos, todo empieza con un poco de historia: según los “iluminados” en 2008 un tal Sachoti Nakatoro, se inventa la moneda, que sirve para hacer cualquier transacción, en algunos lugares que la reciben. En la exposición también enfatizó que no está permitido en el país que un exportador reciba Bitcoin a cambio de sus productos porque según ellos, la moneda no se puede usar en Colombia, ya que no se sabe nada de su trazabilidad ni del personaje que la vende. Afirmaron también que nadie responde por su desplome, que se presta para lavar dineros, comprar armas y que es ilegal e inseguro obtenerlos en el país.
Después de tanto derroche de brillantez, lo único que quedó claro es que Juan Pablo Guzman, gerente de DataIFX en internet, poco y nada sabe de esta tecnología.
El creador de Bitcoin es una persona u organización anónima, de nombre Satoshi Nakamoto. En Colombia particularmente se recibe Bitcoin en muchos establecimientos: desde restaurantes, tiendas de ropa hasta taxistas y estilitas intercambian sus productos y servicios abiertamente por esta moneda que no tiene regulación en el país. Eso, técnicamente no la hace ilegal sino alegal, una pequeña variación idiomática que supone un rotundo cambio en la realidad.
En cuanto al respaldo de los bancos hacia la moneda local, cabe anotar que si estos quiebran no tienen obligación de responder con el dinero a sus usuarios y que la única tabla de salvación es el seguro Fogafín que cubre hasta 20 millones, ni un peso más en caso de que alguna entidad financiera sufra un colapso. El Bitcoin es un protocolo de internet que tiene las regulaciones que permite su clasificación, y su precio está determinado por la oferta y la demanda.
Basta una tarjeta Visa o Master Card emitida por los bancos virtuales, que cuesta entre 46 y 70 dólares y llega por correo certificado a cualquier lugar del país, para cambiar Bitcoin por pesos colombianos en cualquier cajero o pagar en cualquier establecimiento con datafono. En cuanto al lavado de activos cabe anotar que este se hace también con todas las divisas físicas del mundo, sin que esto suponga un problema en el uso del dinero como medio de intercambio.
En el país es muy fácil comprar criptomonedas: desde www.localbitcoin.com, Surbitcoin o Criptostore, se puede hacer el cambio de pesos por Bitcoins en minutos. También existen proveedores que compran a diario grandes cantidades para venderlas en el país e excelentes precios. Solo se necesita el dinero y una billetera virtual ya que la trazabilidad de la moneda la da Blockchain, que es un gran libro contable abierto, donde se ven confirmadas todas las transacciones que se hacen con la criptodivisa. En cuanto a la trazabilidad de las actividades de quienes venden estas monedas, es la misma que las de quienes tienen dinero físico: sí el señor Juan Pablo puede saber dónde estuvo cada billete que ha pasado por sus manos, básicamente es el dios de las monedas porque eso es algo simplemente imposible.
Mientras gran parte del país es desinformada y amedrentada por los medios, la moneda que hace 12 meses se conseguía en $1.500.000 hoy cuesta $7.600.000 pesos colombianos. Mientras unos lloran la crisis, otros compran y ven valorizar sus pañuelos.
Si se quiere saber del ABC de esta tecnología con más precisión, basta con acudir a organizaciones como Capital Bittnes, creada por un grupo de jóvenes que no pasan de 35 años, quienes en 2017 obtuvieron ganancias importantes en este mercado y que hoy por hoy se dedican a dar asesorías de cómo invertir con criptodivisas y no morir en el intento.
Siempre es más creíble acercarse a quienes invierten en un negocio para ganar que en periodistas y expertos que apenas se asoman desde la academia.
Yarley García Castañeda
Bloguera invitada – networker
Estudiante de Comunicación Social – Periodismo
Universidad Externado de Colombia
*Fotografía cortesía de Viktor a través de PicJumbo.
**Las opiniones de esta publicación son de la estricta responsabilidad de Yarley García Castañeda y no representan la opinión de Alejandro Pinto.
Invitación Alejandro Pinto
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