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E.B. White, una ficción legendaria

BE065174.jpg  Desconfiado, ensimismado, culto. Una de las más recordadas plumas del New Yorker fue a la vez gramático, cuentista, y profeta. Isabella Portilla (*) Tenía las manos congeladas. Durante varios años tuvo que repartir hielo para sobrevivir. Con esas mismas extensiones corporales agarraba libros... Ver post completo.