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Publicado el El Mal Economista (EME)

Un acuerdo insuficiente

El acuerdo del 16 de junio no trata satisfactoriamente uno de los puntos que ocasionó el paro de maestros: el conflicto latente entre los docentes y el Gobierno. Si no se resuelve este problema, en uno, en dos o en tres años habrá una nueva huelga.

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Foto: Gobierno de Colombia, Ministerio de Educación.

Por: Guillermo García Parra

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El mes pasado critiqué la pésima manera como la ministra de educación, Yaneth Giha, manejó el paro de maestros3. A mi juicio, Giha empleó una errónea estrategia de negociación, pues presionó a Fecode tratando de echarle encima la opinión pública. Eso no es correcto: fundamentalmente, impide construir confianza entre el Gobierno y los líderes sindicales, lo que resulta indispensable si se quiere diseñar e implementar políticas públicas que beneficien de forma óptima a todos los actores del sector educativo.

Mi último artículo buscaba mostrar que el Gobierno Nacional no ha aprendido a gestionar las protestas, no defender el pliego de peticiones que presentó Fecode. Merece la pena discutir si es Fecode o el Gobierno quien tiene la razón, pero yo quise analizar cómo estos actores han negociado. Por lo demás, desconfío de ambas partes. Pese a las cosas que se puedan destacar, pienso que ni Fecode ni el Ministerio de Educación están contribuyendo a resolver bien los problemas que presenta el país en materia educativa.

El pasado 16 de junio se firmó un acuerdo que permitió levantar el paro, y he decidido volver a escribir sobre este tema para decir lo que pienso al respecto. Para mí, aunque las medidas que comprende son altamente deseables, este acuerdo no trata satisfactoriamente uno de los puntos fundamentales que lo ocasionaron: el conflicto latente entre Fecode y el Gobierno. Si no se resuelve este problema, en uno, en dos o en tres años habrá una nueva huelga. Este escenario no le conviene a nadie, ni siquiera a los docentes.

El acuerdo del 16 de junio consiste en una invitación puntual y diferentes compromisos. El Ministerio de Educación invitó a Fecode a hacer parte de una reforma estructural del Sistema General de Participaciones (SGP), y se comprometió a continuar con la nivelación salarial, a crear una nueva bonificación, a diseñar una hoja de ruta para la creación de los tres grados de preescolar y a avanzar con la implementación de la jornada única, entre otras cosas4.

El cumplimiento de los compromisos en general depende del Gobierno, y por esta razón se podría concluir que el acuerdo por sí mismo permitirá alcanzarlos. Empero, no sucede lo mismo con la invitación mencionada. La reforma del SGP no solo depende del Gobierno sino, finalmente, del Congreso de la República; además, esa reforma debe cumplir un grupo de criterios particulares establecidos en el artículo 15 de la Ley 715 de 2001 (población atendida, población por atender en condiciones de eficiencia y equidad)2.

Esto significa que el SGP solo puede ser reformado con base en lo que dice la ley. También podría decirse que una buena reforma del SGP podría tener un impacto decisivo en el cumplimiento de los compromisos, e incluso podría permitir que los profesores negocien otros compromisos mucho más beneficiosos, por lo que la invitación realizada por Giha resulta más importante de lo que parece inicialmente.

Este acuerdo, sin embargo, resulta insuficiente. Lo decisivo aquí son las relaciones de confianza entre Fecode y el Gobierno (y entre estos y otros actores adicionales). Si la reforma tentativa del SGP depende de la capacidad conjunta del Gobierno y los docentes para diseñarla y convencer al Congreso de que la apruebe, entonces es fundamental que las partes confíen mutuamente.

Confianza aquí significa convicción respecto a la necesidad de la reforma en cuestión, y a la transparencia, idoneidad, legitimidad y ética de la otra parte. Ahora bien, no es tan claro en qué medida el Gobierno considere que esa reforma sea necesaria; yo pensaría que, dada la urgencia de que los niños volvieran a clase, Giha invitó a Fecode a trabajar conjuntamente para llevarla a cabo, y que por eso esta invitación no parece estar motivada por la convicción en la reforma del SGP. Aunque en este Gobierno ha habido un aumento de los recursos disponibles para la educación, correcta o incorrectamente, se ha priorizado la sostenibilidad fiscal del sistema de educación pública sobre el incremento de los recursos disponibles. El Gobierno no ha estado interesado en gastar mucho capital político para resolver los problemas de este sector buscando más plata. No veo cómo el acuerdo con Fecode pueda cambiar esta tendencia.

Los actores del sector educativo colombiano (sindicatos, padres de familia y el Gobierno, principalmente) tienen intereses diferentes, y cuando alguno de estos actores se da cuenta de que las posiciones, prácticas, convicciones y decisiones de los otros les impiden alcanzar sus objetivos, se produce un enfrentamiento. Es natural que esto suceda, sin duda: no se pueden evitar los enfrentamientos producto de conflictos latentes. Sin embargo, sí es posible gestionar estas luchas de fuerzas de una forma o de otra. En este caso, las medidas de presión han primado sobre la construcción de confianza y la reconciliación de los múltiples objetivos de las partes.

Así, los docentes, al ver que el Gobierno no ha estado dispuesto a dialogar acerca de sus propuestas, han declarado dos paros en menos de cinco años. El Gobierno, por su parte, ha defendido y tratado de implementar su política educativa de forma incondicional, sin tratar de reconciliar su agenda con la de los sindicatos educativos. Santos solo ha hecho concesiones al verse contra las cuerdas. No ha escuchado. Si lo hubiera hecho, si se hubieran construido relaciones de confianza, para decirlo de forma más precisa, los docentes no hubieran ido a la huelga.

Construir confianza es precisamente lo que ahora se necesita. Las diferencias que generan conflictos entre el Gobierno y Fecode siguen presentes (las peticiones que motivaron el paro y que aparecen en el pliego de peticiones 20171, no fueron aceptadas en su totalidad por Giha y Santos, quienes tampoco las comparten plenamente), y es preciso que sean gestionadas de manera que, en vez de obstaculizar el avance en la solución de los problemas del sector educativo, contribuyan al diseño e implementación de políticas públicas beneficiosas para todas las partes.

Como lo señaló Óscar Sánchez en El Tiempo5, el conflicto docentes-Gobierno se solucionaría si se propiciara un pacto nacional que reconciliara los intereses de los diferentes actores, en el cual “pagarles bien a los docentes forma parte del contenido y el asunto central es el aprendizaje de calidad”. Sánchez se lamenta con razón recordando que Santos, ese mismo que repite como verdad revelada que les ha cumplido a los docentes6, incumplió su propuesta de invertir el 7 por ciento del PIB en el sector7. Sánchez interpreta esa propuesta como el principio del logro de un acuerdo al respecto.

No sé si Sánchez tiene la razón. Aumentar los recursos disponibles para invertir en educación es importante, pero no suficiente. Insisto en que el desarrollo de auténticas relaciones de confianza es clave, las que permitan que el conflicto latente sea bien manejado, de modo que no sea fuente de huelgas y disputas legales sino de diálogos, prácticas y políticas eficientes. Estas relaciones, sin embargo, no se construyen invirtiendo más dinero, sino trabajando más y mejor.

Para terminar, quisiera enumerar algunas medidas que permitirían avanzar hacia un pacto como el que describe Sánchez, a saber: modernización de los sindicatos, reforma del modelo de concertación bajo el cual estas organizaciones se relacionan en Colombia con el Estado, revisión de las estrategias empleadas por el Gobierno para manejar las relaciones con los sindicatos y diálogo conjunto respecto a cómo la educación pública está contribuyendo a la solución de los innumerables problemas que Colombia debe resolver. Espero, en algún próximo artículo, explicar estas medidas con mayor detalle.

Bibliografía

  1. Comité Ejecutivo de Fecode. (28 de febrero de 2017). Carta a Janeth Giha. Fecode. Recuperado de:http://www.fecode.edu.co/images/comunicados/2017/Pliego2017.pdf
  2. Departamento Nacional de Planeación. (28 de octubre de 2016). DNP esboza criterios para eventual reforma al Sistema General de Participaciones. Recuperado de: https://www.dnp.gov.co/Paginas/DNP-esboza-criterios-para-eventual-reforma-al-Sistema-General-de-Participaciones.aspx
  3. García Parra, G. (27 de mayo de 2017). De la muy mala manera como Yaneth Giha ha gestionado el paro de profesores. El Espectador. Recuperado de: https://blogs.elespectador.com/economia/el-mal-economista/la-pesima-manera-yaneth-giha-ha-gestionado-paro-profesores
  4. Ministerio de Educación Nacional. (16 de junio de 2017). Fin del Paro: Declaraciones Ministra Yaneth Giha 16 de Junio. Gobierno de Colombia, Ministerio de Educación Nacional. Recuperado de:https://www.youtube.com/watch?v=V0NFQ_pkRuE&
  5. Sánchez, Ó. (8 de junio de 2017). Qué nos dejará el paro. El Tiempo. Recuperado de: http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/oscar-sanchez/que-nos-dejara-el-paro-de-docentes-96602
  6. Sistema Informativo del Gobierno – SIG. (16 de junio de 2017). Presidente Santos destaca acuerdo con docentes que permite retorno a la normalidad académica. Presidencia de la República de Colombia. Recuperado de: http://es.presidencia.gov.co/noticia/170616-Presidente-Santos-destaca-acuerdo-con-docentes-que-permite-retorno-a-la-normalidad-academica
  7. W Radio (3 de junio de 2014). Santos se compromete a utilizar recursos de la guerra en educación. W Radio. Recuperado de: http://www.wradio.com.co/noticias/actualidad/santos-se-compromete-a-utilizar-recursos-de-la-guerra-en-educacion/20140603/nota/2255852.aspx

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