Bienestar en tiempos de drones

Publicado el Maria Pasión

Curar es hacerse amante de la propia vida

 Me levanto. Me puse las luces de Navidad para celebrar que mis hijos existan. Es maravilloso que hayan venido al mundo. Aunque hoy estoy sin ellos. Estoy sola. El hombre que estaba saliendo conmigo ya no está a mi lado. Llamémosle depresión. Se me caen las lágrimas y recuerdo que a mi madre le dije que la enfermedad de mi piel no me permitía llorar porque me picaba. Son mis propios dolores los que me pican y me arden.

¿Qué es lo que me duele? ¿Qué es lo que me duele? ¿Qué es lo que…

Respuesta de mi terapeuta y amigo: La mente actúa como un canal del corazón. Entramos en una conversación sobre el amor refrito.

Pienso que a veces la pensadera es la que arruina al mismo amorAl amor hay que dejarlo en paz. Lo tuiteo. Me responden. Dejo de responder cuando carece de sentido.

Mi cara no pica, pero la mancha se ha instalado como un disco en ella.Por más que la orden de limpieza haya sido dada, nos queda trabajo a ella y a mí. Haremos las paces, lo sé. Ya las hemos hecho hace unos días, cuando dormía y veía películas de vaqueros en soledad. Oyendo incesante mi respiración. Sin cremas ni ataduras médicas. A veces la mancha no sale, pero de pronto llega y me destroza.

Lo grave de las medicinas es que las uso con la misma ansiedad con que me vienen los síntomas. Crema sobre crema, esencia floral sobre esencia floral, en una carrera por recuperar la salud, la voy perdiendo entre sorbos y frotadas de pomadas.

A la piel hay que dejarla en paz, como al amor.

¡Paz! Curioso nombre el que me han puesto. Para una criatura que por ahora no descansa, que la llamen Paz parece un chiste íntimo entre dos que se enamoran de niños.

Amar no es evitar al otro.

Curar no es evitarse a sí mismo, es hacerse amante de su propia vida.Mi cara es una mesa de mezclas de un dj del sentimiento. Pica por teclas. Me gustaba cuando no tenía reacciones. Cuando ella sólo viajaba conmigo y no me delataba. Soy una autora que vive del cara al público. De un tiempo para acá me dejo hacer fotos de mis piernas.

Son las 9. Ha sido una hora de pensaderías y no de meditación.

Me voy a la ducha (una vez más) cuando pica la cara es lo único que me apetece hacer, aunque después se me pela. Soy una mujer con mis propios efectos especiales en el baño. ¡Allí se me cae la cara como si estuviera rodando Misión imposible!

 

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