La rabia de Trump contra Colombia se debe al juez Juan Merchan, el juez colombiano que lo sentenció

No fue la reacción de Petro al prohibir el aterrizaje del avión militar, ya que él solo es un payaso que desempeña el papel de ser presidente de un país bien situado en América del Sur, además de tener el mejor café del mundo, las mejores esmeraldas y jefes de cárteles de la droga capaces de penetrar en muchas áreas de los mercados financieros del mundo. De hecho, el negocio de las drogas está tan bien penetrado en los Estados Unidos, que incluso el Congreso y el Senado tienen ramificaciones en las razones por las que todavía tenemos cárteles de la droga en lugar de una industria legalizada.

Si se legalizaran las drogas, la economía del mercado negro caería y perturbaría los mercados financieros regulares. Así tan simple como suena.

La locura de Trump contra el juez Merchan se verá reflejada pronto y las represalias en su contra tomarán forma y se manifestarán muy pronto, al ver cómo está reaccionando en todos los sentidos contra todos sus oponentes en la administración de Biden. No le estoy atribuyendo una maldición; es solo un reflejo de un posible futuro más cercano basado en los procedimientos maléficos que se están formando en el mundo con solo una semana del hijo de Satanás reinando en un mundo de cristianismo falso.

Los historiadores tienden a inventar hechos, especialmente cuando se trata de dictadores o cuando encuentran a uno que quiere ser o cree que lo es, lo que me hace preguntarme qué papel juega el juez Merchan en sus libros sobre él. Si yo fuera uno de ellos, lo describiría como un individuo que interpretó sus deberes judiciales contra el delincuente convicto Trump, como una de las verdaderas interpretaciones de lo que significaba ser un juez que escribió un capítulo de la historia, condenándole.

Un juez de los Estados Unidos nacido en Colombia escribió un capítulo en la historia al condenar por primera vez a un presidente de los Estados Unidos.

Es por eso por lo que Trump está enojado con Colombia; Petro no es más que un instrumento de su acto de comedia.