Fue contundente el mensaje que la ciudadanía le envío al presidente Gustavo Petro para que corrija el rumbo de su Gobierno y que no estaría bien que desconozca o no escuche porque estaría procediendo exactamente igual que los mandatarios a los que él, como agente de oposición, criticó.
Es muy cierto que la población no está contenta ni conforme con la manera en como se ha conducido asuntos como la paz, por ejemplo. Tampoco está feliz con la propuesta de reforma a la salud porque, aunque es claro que a las EPS hay que meterlas en cinturas, nadie quiere que estas desaparezcan y ni hablar de la reforma laboral que puede tener sus bondades, pero que es claro que se requiere mayor discusión y consenso con los gremios económicos.
Durante cuatro años el senador opositor, Gustavo Petro, pidió al entonces presidente Iván Duque, que saliera de la comodidad de la Casa de Nariño y que escuchara a la población que de manera masiva protestó en muchísimas ocasiones contra su gobierno. No puede ser que ahora, actué igual que su antecesor.
Si Gustavo Petro quiere o desea dejar un sucesor en la silla presidencial, debe recordar que su reemplazo en la Alcaldía de Bogotá, no fue precisamente Clara López, sino su contrario, es decir, Enrique Peñalosa, quien regresó al Palacio de Lievano como respuesta de los ciudadanos a su errada manera de gobernar la capital del país.
Ahora, por mucho que los manifestantes hayan rechazado la gestión del Gobierno actual, esto no quiere decir en ningún momento aplauden a la oposición, la misma que rechazaron en las pasadas elecciones presidenciales.
Los que ejercen hoy la oposición, son los sectores que durante décadas han gobernado este país y son los mismos a los cuales unas nuevas generaciones de votantes los expulsaron del Palacio de Nariño, dudo que los quieran retornar.
¿Quién llegue?, ni idea, es muy posible que sea un nuevo liderazgo a los cuales estos sectores que buscan retornar al poder político en Colombia se le peguen con el pasar del tiempo, cuando entiendan que, aunque hoy una mayoría no quiera Petro, tampoco los quiere a ellos.
Por lo anterior, estoy totalmente seguro que la multitudinaria marcha de hoy fue de la ciudadanía y no de la oposición, y que el contundente mensaje no fue solo para Gustavo Petro sino también para la clase política tradicional.
Oscar Sevillano
Sevillano
Periodista y columnista de opinión