Cosmopolita

Publicado el Juan Gabriel Gomez Albarello

Y déle con WikiLeaks y con el Banco: a propósito de la respuesta extemporánea del BCSC

El lunes pasado recibí la extemporánea respuesta del BCSC a la solicitud que le hice de que reconsiderara su decisión de no permitir una donación a WikiLeaks mediante una transferencia desde mi cuenta. El carácter tardío de la respuesta merece un comentario. Sin embargo, lo sustancial es el contenido, algo que me deja la convicción de que hay gente que cree tener poderes que no tiene y que no les tiembla la mano para usarlos arbitrariamente. En la entrada de este blog, he incluido la imagen de la respuesta del banco para que ustedes la puedan leer, si les interesa, así como la imagen del sobre donde me llegó y del libro de registro de correspondencia donde está la prueba de que la respuesta del BCSC llegó tarde.

Con fecha 4 de febrero, recibí del BCSC, por intermedio de su Gerente de Calidad del Servicio, una carta mediante la cual ese banco se niega a tramitar la donación que quiero hacerle a WikiLeaks. La carta fue enviada en un sobre de manila sin membrete y tiene como referencia “su solicitud enviada por correo electrónico.”

Al considerar el carácter extemporáneo de esta respuesta, solamente se me ocurre que haya ocurrido lo siguiente: que fue escrita el día en que aparece fechada y que por negligencia no fue enviada sino hasta el lunes siguiente (la imagen del libro de registro de correspondencia así lo confirma). No obstante, no deja de causarme malestar que la respuesta haya sido enviada en un sobre de manila sin membrete, esto es, sin ninguna indicación de que se trataba de una respuesta formal del BCSC y de que no se hubiesen tomado el trabajo de enviármela por correo electrónico, además del correo físico.

La verdad, no es que hubiesen cambiado mucho las cosas. En esa respuesta, el BCSC lo único que hace es aferrarse a una posición jurídicamente insostenible por arbitraria y por injusta, todo lo cual reafirma la importancia de que yo haya recurrido ante la autoridad de vigilancia y control en el ámbito financiero.

¿Por qué es arbitraria e injusta la posición del BCSC? Por tres razones.

Primera: el Banco afirma que siguiendo sus propios lineamiento internos, así lo hicieron otras entidades financieras internacionales, se negó a realizar transacciones “cuyo beneficiario fuera la Fundación Wikileaks (sic).” Es decir, según el BCSC, este banco no está cometiendo ninguna arbitrariedad porque esta es una decisión tomada también por otras entidades.

Yo solamente puedo replicar que esto es una arbitrariedad de varios agentes del sistema financiero, sea esa arbitrariedad coordinada o no. Es una violación de la libertad de los clientes y un ataque al intento de hacer transparente la acción de los gobiernos y de las grandes corporaciones, cuando esa acción vulnera los intereses del público. Las entidades financieras que han tomado esta posición no solamente atacan la continuidad de una organización dedicada a sacarle los trapos al sol a los gobiernos y empresas que vulneran los intereses del público. Para atacar esa continuidad, estas entidades están dispuestas a violar los derechos a la libertad y a la igualdad de sus clientes.

Segunda: el Banco afirma que no me está violando ningún derecho ni ha tomado ninguna decisión de contenido discriminatorio porque su decisión de no permitir transacciones que beneficien a WikiLeaks “se aplica para (sic) todos los clientes del Banco (…).”

El concepto de discriminación que tiene el BCSC es erróneo. Uno discrimina cuando dice: “a usted le tramito la transferencia de fondos al Partido Popular de Mariano Rajoy en España, pero a usted no porque su donación es para WikiLeaks a la cuenta de un banco en Islandia.”

Lo del BCSC es comparable a los casos de discriminación que había en el Sur de los Estados Unidos hasta mediados de los años 1960s. Si uno era negro e iba a un restaurante que decía “Sólo para blancos”, le podían negar el servicio. El dueño o administrador del establecimiento le podía decir a uno lo siguiente: “Mire, en este país hay libertad de empresa. Eso quiere decir que yo le sirvo a quien quiero. Como no le quiero servir a gente negra como usted, le pido que se vaya. Aquí no se le sirve a ningún negro.”

En mi caso ocurre exactamente lo mismo. Es como si el BCSC me dijera, “Mire, en este país hay libertad de empresa. Eso quiere decir que yo le tramito donaciones a quien quiero. Como no le quiero tramitar donaciones a WikiLeaks, le pido que no insista. Aquí no se tramitan transacciones que tengan como beneficiario a la Fundación WikiLeaks.”

La discriminación por motivos raciales no tiene ya más ningún fundamento legal. La Constitución y la ley la prohiben. Igualmente, la Constitución y la ley prohiben la discriminación con base en las opiniones políticas que tengan los ciudadanos. Por lo tanto, lo del BCSC es una abierta y flagrante violación de principios fundamentales consagrados en nuestro sistema legal.

Tercera: el BCSC afirma que su decisión de no tramitar la donación a WikiLeaks no tiene nada que ver con la denominada “Lista Clinton” puesto que al momento de prestar un servicio el banco “no puede circunscribirse esa lista (…).” Además, las restricciones impuestas por las entidades financieras no se aplican solamente a “personas respecto de las cuales existen declaraciones judiciales en firme, por realizar actividades ilícitas.”

Vamos por partes. Con excepción de las sentencias en firme y de la historia crediticia, ¿a qué otras restricciones se refiere el BCSC? Sin mayor claridad, esto puede interpretarse como todas las demás restricciones que el BCSC quiera imponer. Esta afirmación no es la de un prestador de un servicio sino la de un déspota que declara que puede negarse a realizar una transacción financiera porque lo estima conveniente.

¿Hay arrogancia en esta afirmación? No. El BCSC y yo mantenemos un lenguaje cordial, a pesar de nuestras diferencias. Sin embargo, yo no dudo un sólo momento en calificar de despótica esta actitud. Déspota es el “soberano que gobierna sin sujeción a ley alguna” (Diccionario de la Real Academia de la Lengua); es quien ejerce su autoridad o poder tiránicamente.

Cuando uno cree que puede restringir los derechos de sus usuarios sin tener que apelar a una base legal o comercial lo suficientemente razonable, uno es un banco déspota. En eso se ha convertido el BCSC en este caso. La base comercial a la que apela no tiene como fundamento ningún interés general o principio tutelado por la Constitución y la ley. Es la mera preferencia del BCSC y de otras entidades financieras en favor del secreto y de la duplicidad, en contra de las filtraciones de lo que perjudica al público, lo que el BCSC me quiere imponer ahora como ley.

Para terminar el BCSC me dice que “es importante indicar (…) que en las operaciones de giros internacionales que realiza el Banco, es necesario conocer no solamente el origen de los recursos, sino también el destino de los mismos, en el contexto del desarrollo de una actividad bancaria segura.” Desde el momento mismo en que yo solicité realizar la donación a WikiLeaks proporcioné toda la información que me pidió el BCSC. El origen de los recursos que yo destiné a dicha donación es el salario que devengo como profesor e investigador de la Universidad Nacional; el destino yo lo declaré desde el principio. No estaríamos donde estamos si yo no hubiese cumplido lealmente con la ley, como le corresponde a todo ciudadano. Por lo tanto, esta aclaración final del BCSC es realmente improcedente por irrelevante.

Para asegurar el imperio del derecho, los ciudadanos debemos colaborar con las autoridades proporcionando toda la información conducente a la identificación de hechos criminales y de sus autores. Al filtrar información al público, ninguno de los integrantes de WikiLeaks ha cometido delito alguno. A ninguno de ellos se los puede poner en la misma escala con miembros de organizaciones subversivas o narcotraficantes o con cualquier otra empresa criminal. Y si no son criminales, la negativa del banco sólo se basa en su arbitrio y su juicio los cuales han probado ser injustos y arbitrarios.

Para terminar, quiero invitar a todas las personas que simpatizan con mi punto de vista y con mi resolución a enfrentar la arbitrariedad del BCSC que se unan al siguiente grupo en facebook: Defendemos la libertad de poder hacer donaciones a WikiLeaks.

El propósito del grupo es el siguiente:

Defendemos la libertad de poder hacer donaciones a WikiLeaks. Nos parece que la decisión del banco colombiano BCSC de no permitirle a un cliente una transferencia de fondos de su cuenta a una cuenta en el banco Landsbanki para hacer una donación a WikiLeaks es una grave violación de su derecho a la libertad y la igualdad. Protestamos contra esta arbitrariedad, una más de los tantas cometidas por bancos que han abusado de su posición dominante. Creemos que Colombia necesita una banca fuerte para desarrollarse social y económicamente. Pero también creemos que una banca fuerte es una cosa muy distinta de una dominante que comete abusos como éste de no permitir una donación a WikiLeaks.

Ya estamos cerca de los quinientos, pero todos los que se unan cuentan. Como en Túnez y en Egipto, usemos las nuevas tecnologías para enfrentar la arbitrariedad.

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