Cosmopolita

Publicado el Juan Gabriel Gomez Albarello

Para Colombia, es muy peligrosa la maniobra distractora de Trump en Venezuela

En la segunda mitad del Siglo XIX, un artículo publicado en el diario estadounidense The New Republican acuñó la expresión “la cola que menea al perro” (the tail that wags the dog) para significar que una entidad de poca importancia controla una entidad mayor, mucho más importante. La expresión fue pocas veces usada durante el Siglo XX, pero adquirió una gran notoriedad luego de que la película Wag the Dog se convirtiera en una especie de profecía acerca de la manera en la cual Bill Clinton procuró distraer la atención del público estadounidense del escándalo acerca de sus relaciones sexuales con Mónica Lewinsky.

Tal y como lo señala el artículo de Wikipedia en español acerca de este film,

“La película trata acerca de un asesor de la Casa Blanca que contrata a un excéntrico productor de Hollywood para ‘inventar’ una guerra con Albania, transmitirla por televisión, y así distraer al público norteamericano de un escándalo sexual que involucra al presidente. La película, basada en una novela de Larry Beinhart, se parece demasiado a la realidad, ya que su estreno coincidió con el punto más caliente del Caso Lewinsky (…).”

Kirsten Dunst y Dustin Hoffman en la película Wag the Dog

Luego de que estalló el escándalo, en agosto de 1998, Bill Clinton ordenó un ataque con misiles contra Afganistán y Sudán. En diciembre del mismo año, durante el debate en la Cámara de Representantes acerca de los méritos para acusar a Clinton ante el Senado, Clinton ordenó un bombardeo a Irak, lo cual aumentó las alusiones a la película. A pesar de que Clinton había sido absuelto en febrero de 1999, el escándalo todavía seguía siendo un tema de conversación. En abril de ese año, Clinton ordenó el inicio de bombardeos continuos a Yugoslavia con el fin aparente de resolver la crisis relativa al conflicto interétnico entre serbios y kosovares.

Es evidente que Donald Trump ha recurrido a una estrategia similar para ocultar su incompetencia durante la crisis del Covid-19 en los Estados Unidos. A medida que esa crisis se ha intensificado y el número de contagiados y muertos crece vertiginosamente, el 26 de marzo Trump acusó a los líderes del régimen chavista de narcotráfico y luego, el 2 de abril, anunció el despliegue de las fuerzas del Comando Sur de los Estados Unidos en una operación sin precedentes de bloqueo a Venezuela, supuestamente para contener el tráfico de drogas.

La secuencia temporal de la difusión del Covid-19 y de la posición de Trump en cada uno de los momentos de la crisis lo dicen todo. Con base en la información de CBS News, aquí presento un extracto de las declaraciones de Trump que muestran como éste ha cambiado de posición a medida que la crisis se ha agravado.

22 de enero. Primer caso confirmado en los Estados Unidos. “Lo tenemos totalmente bajo control. Es sólo una persona que vino de China. Lo tenemos bajo control. Todo va salir bien.”

30 de enero. La Organización Mundial de la Salud declara que el coronavirus es una emergencia de salud pública. 7 casos confirmados en los Estados Unidos. “Creemos que lo tenemos muy bajo control. En este momento tenemos muy pocos problemas en este país, cinco, y todas esas personas se están recuperando con éxito. Pero estamos trabajando muy de cerca con China y otros países, y creemos que es va a tener un final muy bueno para nosotros (…).”

10 de febrero. 12 casos confirmados en los Estados Unidos. “Tuve una larga conversación con el presidente [de China] Xi (…) y él se siente muy confiado. Se siente muy confiado. Y lo siente, nuevamente, como mencioné, en abril o durante el mes de abril. Abril, el calor, en general, mata este tipo de virus.” .

24 de febrero. 51 casos confirmados en los Estados Unidos. “El Coronavirus está muy controlado en los Estados Unidos. Estamos en contacto con todos y todos los países relevantes. Los CDC y la [Organización] Mundial de la Salud han estado trabajando duro y de manera muy inteligente. ¡Me parece que el Mercado de Valores comienza a verse muy bien!”

27 de febrero. 60 casos confirmados en los Estados Unidos. “[El Covid-19] va a desaparecer. Un día es como un milagro, desaparecerá.”

9 de marzo. 959 casos confirmados en los Estados Unidos. “El año pasado 37.000 estadounidenses murieron a causa de la gripe común. El promerido está entre 27.000 y 70.000 por año. Nada se cierra, la vida y la economía continúan. En este momento hay 546 casos confirmados de Coronavirus, con 22 muertes. ¡Piensen en eso!”

10 de marzo. 1.300 casos confirmados en los Estados Unidos. “Bueno, esto fue inesperado. Esto fue algo que salió de China, y nos golpeó a nosotros y a muchos otros países. Miren los números; veo los números con solo mirarlos a ustedes. Lo veo, son más de 100 diferentes países. Y golpeó al mundo. Y estamos preparados, y estamos haciendo un gran trabajo con él. Y [el Covid-19] se irá. Solo mantengan la calma. Se irá.”

13 de marzo. 2.700 casos confirmados en los Estados Unidos. [Trump] declara la emergencia nacional. “Tenemos 40 personas en este momento. Cuarenta. Compare eso con otros países que tienen muchas, muchas veces esa cantidad. Y una de las razones por las que tenemos 40 y otros tienen – y, nuevamente, ese número está aumentando, solo para que entiendan. Y una serie de casos, que son muy pequeños, en términos relativos, está subiendo. Pero hemos hecho un gran trabajo porque actuamos rápidamente. Actuamos temprano. Y no hay nada que pudiéramos haber hecho que fuera mejor que cerrar nuestras fronteras a áreas muy infectadas.”

24 de marzo. 65.800 casos confirmados en los Estados Unidos. “Me encantaría tener el país abierto y con muchas ganas de irse en Semana Santa”, dijo el Presidente sobre la reducción de las pautas de distanciamiento social en algunas partes del país. “Creo que el domingo de Pascua habrán abarrotado las iglesias en todo nuestro país.”

Según lo registra la revista Time, el 30 de marzo Trump dijo en una rueda de prensa, “»Si podemos mantener bajo [ese número de personas muertas por el Covid-19], como estamos diciendo, a 100.000, ese es un número horrible, tal vez incluso menos, pero a 100.000. Entonces tenemos entre 100 y 200.000, todos juntos [habremos] hecho un muy buen trabajo.”

La más reciente de las equívocas declaraciones de Trump consiste en referir la recomendación de usar tapabocas para prevenir el contagio, pero afimar simultáneamente que él no se pondrá una.

Día a día es más evidente que las medidas que ha tomado durante su gobierno han debilitado sustancialmente la capacidad de las autoridades y del sistema de salud para contener la pandemia. En este contexto, es claro que Trump necesita desesperadamente distraer la atención de la ciudadanía estadounidense. Una aventura militar en Venezuela que le permitiera derrocar el régimen de Maduro serviría a ese propósito.

El régimen de Nicolás Maduro es una grave y permanente amenaza a la seguridad nacional de Colombia. El refugio que le proporciona a las disidencias de las Farc y al ELN son la manifestación más clara de esa amenaza. Sin embargo, como lo he planteado varias veces en este blog, no creo que haya una alternativa a procurar una transición negociada. La apuesta en favor de una intervención militar es muy riesgosa e incierta.

El régimen de Maduro no cesa de enviar señales acerca de su disposición de tratar a su población como rehenes. La declaración de Diosdado Cabello a la oposicipon según la cual, “Si los marines ponen un pie aquí, vamos por ustedes”, es digna de un gángster. Por muy irritante que sea, es con un régimen de gángsters con quien resulta necesario negociar. Avalar la aventura militar de Trump puede arrastrarnos a un conflicto armado que puede dejar destruida nuestra infraestructura. Esa fue la amenaza que hicieron los voceros del régimen de Maduro. No dudo que la cumplan. Está en su talante obrar así, por irracional que parezca. Sólo basta recordar la posición de Fidel Castro durante la Crisis de los Misiles en Cuba en 1962: estaba dispuesto a usar armas nucleares contra Estados Unidos, aun a sabiendas de que la retaliación en su contra dejaría totalmente destruida la isla caribeña.

Mientras escribo este blog leo que hace unas horas Trump le pidió a 3M, la compañía productora de tapabocas médicos, que no las exporte ni a Canada ni a Latinoamérica, no importa el costo humanitario que tenga esa medida. Trump se orienta claramente de acuerdo con la lógica del Bote Salvavidas. Alguien que hace caso omiso de las repercusiones que tendrá su decisión en otros países no es un socio confiable. Colombia tiene que distinguir entre los Estados Unidos y Trump en el sentido de que la relación bilateral con ese país no puede significar que nos dejemos arrastrar a una aventura que puede tener consecuencias catastróficas. En el corto plazo, lo mejor que puede hacer Colombia es enviar señales claras y contudentes de que no está interesada en una intervención militar a Venezuela. Convendría, además, que revisara su política hacia ese país y comenzara, de una vez por todas, a apoyar una transición negociada entre el chavismo y la oposición.

Comentarios