Como muchos colombianos, estamos pasando ya varios días y sus noches en vela y tensión.
La presente, es una Oportunidad, no una Amenaza.
Es otra Oportunidad para hacer el Amor, no la guerra.
Oportunidad para entender la importancia de la participación de cada estudiante superior en la vida política.
Oportunidad para entender la importancia que trae consigo depositar el voto por un candidato en una urna.
Oportunidad para comprometerse cada uno en el estudio de las causas de nuestros problemas y proponer, desde esas causas, soluciones racionales.
Oportunidad para probar la inutilidad de las creencias (animadoras del miedo y las soluciones fantásticas) por sobre los pensamientos (inspiradores de métodos para entender y, luego, tomar decisiones coherentes).
Oportunidad para que cada uno calibre su propia importancia en la sociedad:
- en su familia, como generador de ideas, no de rumores;
- en su barrio, como luz que ilumina el camino de sus vecinos, no asfixiándolos con cacerolazos esquizofrénicos;
- en su ciudad, como faro ejemplar del comportamiento constructivo en defensa del patrimonio público (que es el de cada uno).
Oportunidad para entender que en la medida en que cada uno abandone la tarea de hacer política, hay otros dispuestos a hacerla a su manera.
Un abrazo.