Bernardo Congote

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Un Jesuita muerto que ¿¡no Subió al Cielo!?

Por estos días murió el curita Alfonso de Jesús. Sí. El famoso Padre Llano, a la sazón jesuita, murió cargando nada menos que con 95 añitos.

 

Buena vida explicaría esa fenomenal longevidad. Comida y dormida gratis durante 95 años, prometerían ser una fórmula mucho mejor para eternizarnos sobre este planeta, a cambio de los miles de euros que cobran las doctoras escandinavas.

 

Lo que me llamó la atención es que, según sus propios hermanos jesuitas, el curita no “subió al cielo” ni tampoco “descansó en la paz del señor”.

 

Curiosamente, el anuncio público firmado por el Rector y el Claustro (¿) de la muy pontificia Universidad Javeriana, apenas lamentó “profundamente el fallecimiento del Padre (sic)… Llano”[i].

 

Vivir para leerlo. La jesuítica, brazo desarmado del Vaticano, no sería la primera vez que desconoce algún tipo de llamado celestial como destino fatal de sus muertos.

 

Al contrario suele lamentar escuetamente el fallecimiento de sus vivos. Y en este caso del curita Llano exaltando su ejercicio periodístico.

 

Un ejercicio alrededor del cual el obispado criollo desató contra el difunto frecuentes y ásperas diatribas, prohibiciones y malos tratos.(*¿?!!)

 

¿Será que el celular de san pedro está suspendido? ¿Será que está sin datos? ¡¿Manes del Coronavirus?! (Me estoy frotando los ojos para ver si, con Heráclito, despierto, duermo).

 

Los propios curas que llevan siglos cobrando fortunas por suministrar su extremaunción, ese presunto pasaporte inventado por su robusta tesorería para mandarnos al cielo, ahora despiden a los suyos ¡como si fueran para el cementerio! ¿¡Y gratis!?

 

¿O sea que los curas despiden a los suyos de este planeta como nos deberíamos despedir los demás pero, curiosamente, los demás nos despedimos como deberían hacerlo los curas? ¡Y pagando!(¡Extraño mundo este de Subuso!)[ii]

 

¿Los curas despiden a los suyos hacia el crematorio sin costosas misas ni responsos, mientras muchos crédulos desperdician fortunas pagándoles a los curas para que el huesudo sujeto se “vaya para el cielo”?

 

(Me sigo frotando los ojos para ver si, despierto, duermo).

 

Para ahondar la paradoja, El Tiempo, periódico cuyos editoriales aparecen cada vez más escritos por los curas (o por su rezandero – propietario, el mismo de los puentes caídos), afirma que “El padre Alfonso Llano se ha ido a la eternidad”. (¡Wow!)[iii]

 

La eficacia de la prédica sacerdotal ha sido tal en Colombia, que mientras ciertos curas sin sotana, haciendo de periodistas despiden a los muertos “hacia la eternidad”, los propios jesuitas !!! los despiden hacia el cementerio¡¡¡

 

¡Vivir para contarlo!

Congótica. Un loquito apellidado Nietzsche, hace más de un siglo llamó nihilismo al trocamiento de valores producido por la dudosamente llamada «civilización cristiana».

Congótica 2. El nihilismo nietzscheano develó que el cristianismo había comenzado a llamar “bueno” a lo que de suyo era perverso, y “perverso”a  lo que de suyo era bueno.

Congótica 3. La jesuítica se probaría, en estos episodios moribundos, como abanderada prima del nihilismo nietzscheano.

Congótica 4. Con el agravante de que muchos les han confiado a los nihilistas de Francisco Javier, educar a centenares de miles de jóvenes en todo el planeta. (Y apenas llevan 5 siglos en la tarea…)

 

[i] Diario El Tiempo, 04 de diciembre 2020, Página 1.8

[ii] Caricatura que recordamos los adultos mayores que vamos hacia el cementerio con o sin curas.

[iii] Ídem, Pág. 1.16

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