El Fascismo ha sido un Disfraz del Gran Capital

No es un capricho sectario. Los antecedentes de Alemania e Italia confirman al fascismo como una herramienta del monopolio capitalista. Eso sí, muy bien maquillada como favorecedora del pueblo[i].

En Colombia, azucareros, banqueros, palmicultores, ganaderos e industriales protegidos por un Estado “amiguista”, ahora con el coronavirus se habrían consolidado patrocinadores y beneficiarios de un modelo fascista[ii]/[iii].

Probablemente el llamado “comercio organizado” junto con las mafias de contratistas estatales, narcotraficantes y contrabandistas también apoyarían esta aventura.

Y, claro está, la Iglesia Católica. Tal como lo han probado sus logros, el autoritarismo violento del fascismo, forma parte del ADN eclesial[iv]. Y además le garantiza seguir parasitando de las limosnas. (¿Y las otras iglesias?…)

Pero si todos estos son beneficiarios ¿quiénes ponen el sudor y las lágrimas? La clase media y la pobresía urbana y agropecuaria.

Los laburantes seríamos la carne del fascismo. (Deberíamos rebautizarnos como miembros de la hamburguesía).

El tiempo de trabajo aportado por masas enredadas en trampas populistas, sería el aceite del aparato fascista beneficiando a minorías privilegiadas.

Por supuesto que para mantener el control se requiere de violencia armada. En Colombia esa violencia viene fortalecida por la alianza entre unas fuerzas armadas fracasadas en la contrainsurgencia y las auto defensas narco paramilitares – ahora graduadas de “bandas criminales”-.

¿Por qué reformar una Policía o un Ejército que ayudan a conservar los privilegios del monopolio? ¿Por qué dejar de asesinar líderes sociales?[v] ¿Por qué dejar de matar a la masa urbana que protesta?

Estas degradadas fuerzas armadas y los enclaves narco paramilitares, protegen eficazmente un modelo terrorista de Estado.[vi]

Y entonces ¿Cuál sería el papel de la secta fascista? Auto degradada como lejana de todo “centro” y menos «democrático”, la secta se consolidaría como el idiota políticamente útil del modelo.

Los monopolios habrían hallado en ella al cómplice adecuado para consolidar su modelo de privilegios.

Azucareros, palmicultores, comerciantes, banqueros y afines la vienen patrocinando los últimos veinte y tantos años. Su disfraz democratero – rezandero les ha resultado dispositivo perfecto para madurar el modelo fascista[vii].

Por ello que el adolescente imberbe que ahora ocupa la Casa de Nariño, elegido probablemente mediante trampas electoreras del monopolio, se ha venido consolidando como gran títere del modelo fascista[viii]/[ix].

Inicialmente lo graduamos de “inepto”; pero ha mostrado aptitudes notables para profundizar el fascismo.[x]

Gota a gota viene profundizando el proceso de ablandamiento del Poder Judicial y degradando al Legislativo[xi] destapando una dictablanda que tiende a endurecerse[xii]/[xiii].

Si ello no bastara, el control de los aparatos que garantizan cierto equilibrio democrático de poderes – Procuraduría, Fiscalía y Contraloría – ya está en manos de la secta fascista.

Y sigue maquinando hacerse al control del Banco de la República con el fin de poner a su disposición la máquina de hacer billetes que le siga inyectando préstamos blandos al monopolio.[xiv]

Y, tal como viene siendo probado, existe la posibilidad de que la contratación mafiosa – la de los jugosos contratos de obras públicas -, le siga siendo entregada al monopolio merced a sus habilidosas prácticas de cartelización.[xv]

La cereza del postre sería que, una vez auto degradado a delincuente común, nieves blancas como cabeza visible de la secta, estaría empujando hacia el poder a sus hijos y a los entenados de su “kínder” sectario[xvi]/[xvii].

Tom y Jerry junto con los Rodríguez, Valencias y Molanos y otros egresados de “la sergio” y demás escuelas confesionales religiosas, constituirían la “nueva sangre” del modelo fascista. ¡Las nuevas-viejas “camisas negras” …!

¿Qué hacer ahora? La perspectiva que se abre para 2022 en torno a las nuevas caras republicanas en cabeza de Fajardo, Marulanda y López, entre otros, resultaría empresa de elevadísimo calibre.

El proceso de consolidación de un modelo de país alternativo y republicano se enfrentaría, más que a una secta fascista disfrazada de partido político, a un modelo de auto conservación de privilegios patrocinado por el monopolio capitalista.

Zuletiana. “… la refutación no es… suficiente para superar (una ideología fascista). Es necesario trabajar en otros dos campos: la interpretación y la transformación de las condiciones que la producen y la hacen necesaria^.”[xviii]