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¿Cómo va el medio ambiente en las campañas presidenciales?

  • 14 organizaciones ambientales en Colombia analizaron las campañas presidenciales en torno a sus propuestas sobre deforestación, agua, cambio climático, ordenamiento territorial y modelos de desarrollo sostenible.

(Mongabay Latam / Antonio José Paz Cardona.) 

Las elecciones presidenciales en Colombia ya están cerca. El próximo domingo 27 de mayo los colombianos irán a las urnas para elegir al sucesor del presidente Juan Manuel Santos, quien abandonará la Casa de Nariño el próximo 6 de agosto luego de estar ocho años en el poder (agosto 2010 – agosto 2018). A solo 15 días de la trascendental decisión, el panorama político está agitado y una de las grandes preocupaciones es qué pasará con el Acuerdo de Paz firmado en 2016 ante un escenario donde la derecha y su principal candidato Iván Duque —quien viene liderando en las encuestas en gran medida gracias al apoyo político del expresidente Álvaro Uribe— llegan al poder. El otro escenario sería una novedad para un país tradicionalmente conservador si el representante de la izquierda y exalcalde de Bogotá, Gustavo Petro, asumiera la presidencia. Ambos candidatos van punteando en las encuestas.

A pesar de que el tema ambiental no es el principal asunto abordado en campaña, en los últimos días ha estado entrando en la agenda de los candidatos. Composición: Mongabay Latam
A pesar de que el tema ambiental no es el principal asunto abordado en campaña, en los últimos días ha estado entrando en la agenda de los candidatos. Composición: Mongabay Latam

En una arena política convulsionada donde las propuestas en seguridad y crecimiento económico siempre están en primer lugar, 14 organizaciones, entre las que se encuentran  Transforma, Dejusticia, OpEPA, Fundación Natura, Avaaz y Gaia Amazonas decidieron unirse para llamar la atención sobre el medio ambiente, un tema que muchas veces es pasado por alto en los discursos y propuestas de los candidatos. Incluso lanzaron la campaña #ColombiaVotaSostenible en la que buscan poner sobre la mesa de las campañas presidenciales, y de la sociedad en general, la importancia de construir un desarrollo socioeconómico más incluyente, equitativo y bajo en carbono, sustentado en la enorme biodiversidad del país.

El objetivo es impulsar la agenda ambiental en la esfera política y económica del futuro gobierno de Colombia.  Decidieron priorizar cinco temas que, según han manifestado, deben estar presentes en las discusiones que se den durante los próximos meses: nuevos modelos de desarrollo, cambio climático, ordenamiento territorial, deforestación y agua.

La pérdida de bosques están destruyendo la Amazonía colombiana. Foto: Juan Gabriel Soler / Amazon Conservation Team
La pérdida de bosques están destruyendo la Amazonía colombiana. Foto: Juan Gabriel Soler / Amazon Conservation Team

Las 14 organizaciones compararon el trabajo realizado con las propuestas de las campañas a la Presidencia y crearon una especie de semáforo informativo sobre cómo va cada una en materia de sostenibilidad. Si un candidato está en color verde es porque tiene propuestas, muestra cómo piensa implementarlas y hay metas claras y medibles; el que esté en color amarillo es porque tiene algunas propuestas pero son ambiguas en torno a cómo se van a implementar; y el candidato que esté en rojo es porque no tiene propuestas sobre el tema o tiene propuestas que ponen en riesgo la transición hacia un modelo de desarrollo sostenible.

A pesar de que el tema ambiental no es el principal asunto abordado en campaña, en los últimos días ha estado entrando en la agenda de los candidatos. “En la primera evaluación que hicimos todos estaban en rojo. A medida que se hicieron reuniones empezamos a ver que se aumentó la inclusión del tema ambiental y esto se aceleró por el tema del pozo de petróleo Lizama y la discusión asociada al fracking. Esto ayudó a incluir la importancia de los temas ambientales”, dice Camargo. Según cuenta, el análisis que hicieron ha tratado no solo de mirar lo que dicen los candidatos en el discurso y en el papel sino qué tan consecuentes y viables son esas dos cosas.

Aquí presentamos el semáforo de los candidatos a la presidencia de Colombia en los temas de deforestación, agua y cambio climático.

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DEFORESTACIÓN

Este tema es prioritario ya que Colombia se ha comprometido internacionalmente a reducir la deforestación  y muchos recursos de países europeos y de Estados Unidos se han destinado a programas con este objetivo. Colombia está entre los 10 países del mundo que más deforesta y según datos del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) entre 2015 y 2016 este fenómeno se incrementó en un 44%, pasando de 124.035 hectáreas deforestadas en 2015 a 178.597 hectáreas en 2016.

El análisis propuesto asegura que el problema no es de reglamentación sino de acción, pues Colombia está implementando leyes, iniciativas y estrategias para reducir la pérdida de sus bosques: Estrategia Integral de Control de la Deforestación y Gestión de los Bosques  (EICDGB) – Bosques Territorios de Vida, Visión Amazonía, Proyecto GEF Corazón Amazonía, Iniciativa de Paisajes Forestales Sostenibles del Banco Mundial, Política Nacional de Cambio Climático, Estrategia Nacional de Desarrollo Bajo en Carbono, Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático, Política Nacional para la Gestión Integral de la Biodiversidad y sus Servicios Ecosistémicos, Política de Bosques, Estrategia y Plan de Acción de Biodiversidad, Plan Nacional de Desarrollo Forestal y el  Consejo Nacional de Política Económica y Social (CONPES) del Sistema Nacional de Áreas Protegidas.

Guaviare, cuya selva conecta la Amazonía y la Orinoquía, es uno de los cinco departamentos con mayor tasa de deforestación en Colombia. Foto: Semana.
Guaviare, cuya selva conecta la Amazonía y la Orinoquía, es uno de los cinco departamentos con mayor tasa de deforestación en Colombia. Foto: Semana.

Entre las recomendaciones realizadas se encuentran: destinar un porcentaje del impuesto al carbono para implementar medidas y acciones propuestas en la Estrategia Integral de Control a la Deforestación, Restauración y Gestión de los Bosques; la implementación de planes, programas y políticas ya formuladas como la reglamentación de pago por servicios ambientales y otros incentivos a la conservación como la política de Ganadería Sostenible. Finalmente, es necesario consolidar la gobernanza territorial de grupos étnicos, comunidades campesinas y rurales.

“Colombia es un país forestal pero no ha tenido nunca desarrollo forestal. No alcanza ni siquiera el 1% del PIB. El próximo presidente también tiene una gran responsabilidad pues el país lleva todo un proceso de programas y mecanismos tratando de proteger sus selvas y bosques. No se puede perder de vista que gran parte de los motores de la deforestación vienen desde la planeación nacional, regional y local de los territorios”, asegura Angélica Beltrán de la Asociación Ambiente y Sociedad.

EL SEMÁFORO DE LA DEFORESTACIÓN

Sergio Fajardo (en verde): Tiene una propuesta contra la deforestación con una proyección a 2030, a través de acciones que podrán ser financiadas por destinación de recursos del impuesto al carbono y bajo criterio de manejo comunitario de los bosques.

Humberto De la Calle (en verde): Su propuesta se enfoca en promover la actividad forestal como una actividad productiva para las comunidades rurales, de acuerdo a la vocación el suelo, la tenencia de la tierra y una gobernanza forestal fortalecida.

Gustavo Petro (en amarillo): Aunque aborda la problemática sus propuestas se enfocan principalmente en solo uno de los motores de la deforestación (minería). Es importante incluir criterios de vocación del suelo en la propuesta de acceso a tierras para la actividad agrícola.

Germán Vargas Lleras (entre amarillo y rojo): Su propuesta está dirigida a controlar la deforestación causada por minería ilegal y narcotráfico, dejando de lado el control de otras actividades ilícitas.

Iván Duque (en rojo): La propuesta de concientizar a la población sobre la riqueza de la biodiversidad o el fortalecimiento del Sistema Nacional Ambiental (SINA) no son suficientes para controlar la deforestación. Es necesario profundizar en la forma como se involucrará a los diferentes sectores económicos y a la comunidad.

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AGUA

De acuerdo con el Programa de Monitoreo del Agua en Colombia, presentado por el Ministerio de Ambiente, el Ideam y la embajada de Suiza,  la mayoría de la población colombiana (74%) vive en las cuencas de los ríos Magdalena-Cauca y en la cuenca Caribe, pero estas zonas solo tienen el 22,6% del rendimiento hídrico del país. Además, según el Estudio Nacional de Agua de 2014 publicado por el Ideam, las principales fuentes de contaminación hídrica son las aguas residuales domésticas y las aguas residuales industriales (sacrificio de ganado, desechos de la industria del café, vertimiento de mercurio por la minería y el uso de agroquímicos).

En el análisis hecho en el marco de la campaña #ColombiaVotaSostenible se asegura que las cuencas abastecedoras de agua en Colombia reciben grandes presiones como la deforestación, la agricultura y ganadería extensivas, la minería, la urbanización y el cambio climático. “Estas presiones, unidas a procesos deficientes de planeación del territorio, incrementan los riesgos de disponibilidad de agua en cantidad y calidad”, dice un aparte de la infografía del agua.

Sólo la ciénaga de Zapatosa cuenta con una extensión de entre 30.000 y 40.000 hectáreas en verano y 70.000 hectáreas en invierno.
Sólo la ciénaga de Zapatosa cuenta con una extensión de entre 30.000 y 40.000 hectáreas en verano y 70.000 hectáreas en invierno.

Entre las recomendaciones que hacen las 14 organizaciones ambientales destacan: aumentar el acceso a agua potable en las zonas rurales y manejo de aguas residuales; fortalecer los mecanismos de protección y restauración de la infraestructura natural de las cuencas hidrográficas; formular una política de educación y desarrollo de capacidades en materia de recurso hídrico con programas obligatorios y de actualización de conocimientos a nivel institucional y comunitario; y endurecer el recaudo y funcionamiento de los instrumentos económicos existentes para la conservación de las fuentes hídricas como por ejemplo, aumentar la tasa al uso de agua.

Isabel Cavelier, codirectora de Transforma, afirma que es muy importante alinear los incentivos económicos en torno a la conservación del recurso hídrico. “Uno de los incentivos que tenemos es la tasa por uso del agua, la cual tiene un nivel de recaudo ínfimo comparado con el volumen del recurso usado. La tasa es tan baja que el costo del recaudo muchas veces supera el dinero recolectado con la tasa”, dice.

EL SEMÁFORO DEL AGUA

Sergio Fajardo (en verde): Dentro de su propuesta ambiental se incluye un capítulo que incorpora medidas de incremento de los instrumentos económicos existentes, protección de las fuentes de agua, articulación con los sectores productivos, calidad del recurso hídrico y medidas puntuales para la protección y recuperación de la navegabilidad del río Magdalena.

Humberto De la Calle (entre verde y amarillo): Sus propuestas son válidas pero no totalmente efectivas. Dice que garantizará el acceso al agua en cantidad y calidad pero no precisa cómo. Se resalta su propuesta de que no habrá minería en páramos y el trabajo conjunto para la protección, gestión y producción del recurso hídrico.

Gustavo Petro (entre verde y amarillo): Propone el agua como derecho fundamental y la priorización de su uso para consumo humano y la producción de alimentos. No hay una propuesta contundente o un plan de cómo piensa hacerlo. Deja de lado otros aspectos fundamentales para la conservación y uso sostenible del recurso hídrico.

Germán Vargas Lleras (en rojo): Propone crear la Agencia Nacional de Agua y asegurar acceso a agua potable. Sin embargo, el acceso no es el único problema.

Iván Duque (en rojo): Dice que “el agua es eje central de su política” pero no tiene ninguna propuesta concreta. Estaría abierto al fracking como opción de desarrollo si fuera necesario.

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CAMBIO CLIMÁTICO

El cambio climático es uno de los temas que más genera preocupación en el mundo y cuyo hito se dio en el marco del Acuerdo de París durante la Conferencia de las Partes (COP) 21 en 2015. Algunas de sus consecuencias en Colombia serían el aumento del nivel del mar, afectando ciudades costeras; pérdidas de fuentes y cursos de agua y afectación de acueductos veredales; mayor incidencia de enfermedades; reducción en productividad agropecuaria, afectando los precios de alimentos; mayor incidencia de olas de calor, especialmente en zonas urbanas; incremento de la desertificación por menores lluvias; incremento en deslizamientos e inundaciones por mayores lluvias; impactos negativos en la economía y competitividad del país; y daños de la infraestructura vial, especialmente en áreas de montaña.

Manglares de la Ciénaga Grande. Foto: Mitchell Gilbert.
Manglares de la Ciénaga Grande. Foto: Mitchell Gilbert.

Dentro del diagnóstico hecho por las 14 organizaciones ambientales aliadas en la campaña #ColombiaVotaSostenible se indica que “los 20 departamentos con mayor riesgo representan el 69% del PIB nacional (2016) y albergan el 57% de la población del país”. Así mismo, dentro de sus recomendaciones se encuentran: impulsar la transición hacia energías renovables no convencionales, promover ciudades resilientes y sostenibles,hacer un uso adecuado del suelo, educación para el cambio climático y alianzas con la sociedad civil y, finalmente, que las inversiones en construcción de paz financiadas a través de lo recaudado por el impuesto al carbono cumplan realmente con objetivos de conservación ambiental.

EL SEMÁFORO DEL CAMBIO CLIMÁTICO

Sergio Fajardo (en verde): Su plan incluye: diversificación económica para zonas productoras de carbón e inclusión de este mineral dentro del impuesto al carbono, electrificación del transporte público y uso de sistemas silvopastoriles.

Gustavo Petro (entre amarillo y verde): Se propone la electrificación del transporte público y la diversificación de la matriz energética a través del uso de energías renovables no convencionales. Faltan medidas alrededor del impuesto al carbono.

Humberto De la Calle (amarillo): Incluye concientizar a ciudadanos sobre impactos del cambio climático, impulsar las energías renovables y la electrificación del transporte público. Faltan medidas alrededor del impuesto al carbono y diversificación económica en zonas productoras de carbón.

Germán Vargas Lleras (entre amarillo y rojo): Incluye propuestas como uso de energías renovables no convencionales en el sistema eléctrico y la inclusión del cambio climático en instrumentos de planificación territorial. Se contradice al querer potenciar la industria minero-energética.

Iván Duque (en rojo): Incluye incentivar el compromiso ciudadano con el ambiente, invertir en la renovación de la institucionalidad ambiental y promover mejor gestión de residuos. Faltan medidas alrededor de un mejor uso del suelo según su vocación y de la electrificación del transporte público.

Una versión ampliada de este informe fue publicada en Mongabay Latam. Puedes leerla aquí.

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