Mongabay Latam

Publicado el Mongabay Latam

La curiosidad salva al gato: cómo el turismo ayuda a revalorar al jaguar

  • Las matanzas de jaguares que realizan los ganaderos en represalia amenazan la recuperación de la especie, pero un estudio avanza una propuesta radical para salvar a la especie.

(Mongabay Latam / )

De villano a héroe, el jaguar se encuentra en la cúspide de una revaloración radical de su imagen. El felino más grande de América tiene un papel principal en la cadena alimenticia del Pantanal —una vasta área de humedales tropicales que abarca partes de Brasil, Paraguay y Bolivia. En el pasado, el jaguar fue cazado por su piel; en las últimas décadas, el felino ha entrado en conflicto moral con ganaderos porque depreda el ganado del Pantanal. El jaguar se ha convertido en una amenaza para los medios de subsistencia de los ganaderos en una región donde gran parte de la tierra está reservada para la crianza del ganado. Sin embargo, un nuevo estudio publicado en Global Ecology and Conservation revela que los jaguares valen 60 veces más al turismo que el costo que infligen en los ganaderos.

“El estudio representa una realidad regional en el Pantanal”, dijo Fernando Tortato, investigador de Panthera, el grupo mundial de conservación de felinos salvajes que ayudó a dirigir el estudio. “El jaguar trae mucho más ingreso que el daño potencial que puede causar”.

jaguar
Los jaguares necesitan miles de hectáreas para poder ejercer su función como selectores naturales y depredadores máximos del bosque tropical. Foto cortesía de Gerardo Ceballos.

 

Los jaguares (Panthera onca) una vez abundaron en territorios desde el suroeste de Estados Unidos hasta Argentina, pero sus números han caído debido a la caza y la pérdida de su hábitat. En la selva amazónica, la deforestación es una amenaza constante, incluso cuando el denso follaje los esconde de humanos. En ausencia de oportunidades de turismo, la demanda de colmillos, patas y garras de jaguar como souvenirs incrementa.

La predilección del jaguar por bosques exuberantes hace que el Pantanal sea una fortaleza para la especie. Sin embargo, los tributarios abren el hogar del felino a la exploración humana y permiten a los turistas avistar jaguares.

En el Pantanal, la mayor amenaza para la supervivencia de jaguares es su conflicto con los ganaderos. Para abordar este problema, el estudio cuantificó el valor que el jaguar tiene para la creciente industria del turismo y exploró cómo sus beneficios podrían sentirse más por aquellos que incurren sus costos.

LEE MÁS: Fauna silvestre a la venta: Jaguares, las nuevas víctimas del tráfico en Bolivia

Los investigadores utilizaron al Parque Estatal del Encontro das Águas como área representativa del Pantanal donde el ecoturismo opera cerca de las granjas de ganado. El estudio definió el área total disponible para el turismo a través del mapeo de los lugares en el río donde los jaguares —que han sido marcados— han sido avistados desde los botes. De esa manera se da una escala espacial realista de los costos y beneficios de la convivencia con el depredador. El ingreso mínimo anual de la industria turística se calculó a partir de las cotizaciones diarias de siete establecimientos que operan dentro de esta zona. Esta cifra se comparó con una estimación hipotética de los daños a los ganaderos vecinos basados en las muertes provocadas por jaguares y el valor de cada bovino en el mercado.

La diferencia fue sorprendente para los investigadores. “Mucho más de lo esperado”, dijo Tortato.

En comparación con la estimación de pérdida anual de depredación de ganado de US$121 500, los investigadores encontraron que el sector del turismo de jaguar tiene un ingreso bruto anual de alrededor de US$6.8 millones. Incluso entonces, escriben que la estimación potencial de ingresos es conservadora —solo representa las ganancias de los albergues establecidos dentro de un área específica del Pantanal y no toma en cuenta los otros demás pequeños establecimientos que operan ahí y en otros lugares. Además, no se incluyeron los beneficios que las empresas locales reciben cuando turistas pasan por el Pantanal; por lo que los investigadores dicen que el valor económico total del ecoturismo de jaguares es probablemente mucho mayor.

Para los conservacionistas, sin embargo, el estudio trajo aún mejores noticias.

El bioma del Pantanal es el humedal más grande del mundo y abarca más de 160 000 kilómetros cuadrados en el centro de América del Sur. Foto de Steve Winter/Panthera.org
El bioma del Pantanal es el humedal más grande del mundo y abarca más de 160 000 kilómetros cuadrados en el centro de América del Sur. Foto de Steve Winter/Panthera.org

 

EL TURISMO PAGA

“Lo que nos sorprendió fue el interés de los turistas”, dijo Tortato. “Los turistas que visitan el Pantanal en busca de jaguares están dispuestos a pagar por los daños, y esto llega a la raíz del conflicto y crea una solución pragmática a las pérdidas de ganado de los ganaderos”.

Los investigadores consideraron que el costo para los ganaderos podría ser cubierto con una donación única de US$32 por turista. Pero sus hallazgos mostraron que el 80 % de los turistas estaban felices de hasta pagar casi tres veces más. Durante una estadía de tres días, la mayoría estuvo dispuesto a donar un promedio de US$84 a un programa de compensación para ganaderos.

El estudio indica que, si se implementa en toda la región, el plan compensará con creces los costos de una próspera población de jaguares. Y eso sienta las bases para una conservación a escala paisajística que puede superar las actuales barreras de propiedad de la tierra privada.

Los científicos de Panthera trabajan para entender mejor la ecología y el comportamiento de los jaguares, incluyendo sus interacciones con el ganado. Foto de Steve Winter/Panthera.org
Los científicos de Panthera trabajan para entender mejor la ecología y el comportamiento de los jaguares, incluyendo sus interacciones con el ganado. Foto de Steve Winter/Panthera.org

La interacción entre los jaguares y el ganado es probable que siga siendo inevitable en el Pantanal, donde más del 90 % del territorio es propiedad privada y es abrumadoramente utilizada para la crianza de ganado. Solo el 5 % de ese territorio está protegido hoy en día. A pesar del dominio local de la ganadería, los jaguares están entrelazados en la ecología y la cultura de la región. El jaguar, como depredador superior, desempeña un papel importante en la dinámica poblacional de sus presas, que incluyen caimanes, capibaras y venados.

“En el proceso, [los jaguares] regulan la transmisión de enfermedades entre estas especies, y de ellas a los animales domésticos e incluso al hombre”, dijo Tortato.

En el folklore pantaneño, el jaguar es un símbolo talismán del desierto —una reliquia perdurable del pasado indomable de la región. A partir de esto, surgió en una comunidad la idea de una nueva fuente de ingresos.

Lee más: Animales que nunca pensaste ver tan cerca

Los ribeirinhos son residentes locales que habitan las riberas del Pantanal. Muchos confían en el conocimiento local de los ríos para navegar botes turísticos. Los ribeirinhos habitualmente más pobres que sus compatriotas terratenientes— se han beneficiado de la nueva industria que ha surgido a espaldas de sus temidos enemigos.

“Hoy los jaguares son benefactores”, afirmó Tortato. “Ayudan a los pobres campesinos del río a alcanzar un nivel socioeconómico más alto o mejorar su educación, gracias a las oportunidades de empleo proporcionadas por el turismo orientado al jaguar”.

Una versión ampliada de este informe fue publicado en Mongabay Latam. Puedes leerlo aquí.

OTRAS HISTORIAS DE MONGABAY LATAM QUE TE PUEDEN INTERESAR:

Nada los detiene: así superan monos, puercoespines y osos los obstáculos de gasoductos en la Amazonía. Animales usan puentes naturales para atravesar terrenos de operaciones petroleras. “Se sienten lo suficientemente seguros como para cruzar”, señalan científicos que piden más puentes de dosel, naturales y artificiales, para mitigar fragmentación de hábitats

Nacen los primeros pumas en cautiverio en zoológico de Piura. Orestes y Kiara, dos pumas rescatados en el 2015, tuvieron dos crías, las primeras de esta especie amenazada nacidas en cautiverio en Piura, Perú. «La gente debe saber que si no hay demanda no hay oferta”, recordó un especialista sobre el tráfico ilegal de especies.

La palma africana se apodera silenciosamente de Ecuador. La industria palmífera vive un gran momento en el país, pero hay temor de que se expanda a áreas naturales protegidas, pues “podría generar graves impactos ambientales y sociales”. Se busca un compromiso del sector agrícola. Una radiografía de lo que está sucediendo en el país con este polémico cultivo.

Comentarios