- La ganadería extensiva es considerada como una de las principales causas de la deforestación en el país, pero el Proyecto Ganadería Colombiana Sostenible busca devolver a la naturaleza al menos diez millones de hectáreas.
(Mongabay Latam / Guillermo Rico)
Colombia es un país megadiverso y ganadero. Esa gran biodiversidad se debe a factores como su ubicación geográfica y su variedad de ecosistemas, que hacen que el territorio tenga una de las mayores riquezas biológicas del planeta.
Por otra parte, la ganadería en Colombia, que históricamente ayudó a conquistar territorios y establecer poblaciones en el país, es la principal fuente de proteína de los habitantes y una forma de uso del suelo muy extendida en todo el territorio nacional. Luego, es de esperarse que la ganadería se encuentre en un continuo conflicto con la conservación.

Según cifras de la Federación Nacional de Ganaderos (FEDEGAN), la industria del ganado ocupa 39,2 millones de hectáreas, es decir, la mayor parte de la frontera agrícola de Colombia. El Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural (MADR) estima que el área dedicada a la ganadería es nueves veces mayor que el área agrícola: constituye el 67 % del valor de la producción pecuaria y 30 % del valor de la producción agropecuaria, representa más del doble de la producción avícola, más de tres veces el valor de la producción del café, más de cinco veces la producción de flores y cerca de seis veces la producción de arroz.
Ganadería colombiana: baja productividad y alto impacto
La actividad ganadera es predominante en todo el territorio nacional: en 27 de los 32 departamentos se presenta una participación importante. Según el Departamento Nacional de Planeación, los productos de origen bovino constituyen el 27% del gasto de los consumidores en alimentos y participan con el 4% del producto interno bruto total de la economía colombiana.
Los indicadores de productividad reflejan el bajo nivel tecnológico de la ganadería colombiana. El área en ganadería tiene una capacidad de carga de 0,6 cabezas/ha, lo que caracteriza los sistemas de producción extensivos.
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De acuerdo a cifras del MADR, la productividad de la ganadería colombiana es baja frente a la de otros países: 800 litros producidos por una vaca en un año, la mitad de las vacas infértiles y la necesidad de contar con dos hectáreas por cada cabeza de ganado son indicadores para preocuparse. Según el médico veterinario experto en biotecnología reproductiva Alejandro Urbina, lo anterior es en gran parte consecuencia de la pobre inversión en tecnología y de que más que una actividad productiva, “la ganadería es vista como un factor de acumulación de capital asociado a la tenencia de tierra”.
En el país el sistema productivo más común y tradicional es el de tipo extensivo. Este se caracteriza por la cría de ganado en grandes extensiones de terreno, donde los animales pastorean libremente en búsqueda de alimento y son supervisados de forma esporádica. Para expertos como el investigador de la Universidad de Texas Eric Perramond, la ganadería extensiva es la causante de un proceso creciente de degradación ambiental caracterizado a su vez por baja productividad, que es exactamente lo que sucede en Colombia.
Al hablar del impacto ambiental de la ganadería en el país, los datos son más que preocupantes. La ganadería extensiva en Colombia es considerada como una de las principales causas de la deforestación. Un informe del Centro de Investigación Económica y Social (Fedesarrollo) del año 2014 estima que este tipo de ganadería representa casi el 60 % de la deforestación en el país. Además, mundialmente, se ha asociado a la ganadería como una fuente productora de metano, lo que convierte a esta actividad pecuaria en una de las causantes del calentamiento global.

La percepción sobre el impacto ambiental que la ganadería está causando en los ecosistemas naturales no está restringida a ámbitos académicos ambientales. Expertos consultados por Mongabay Latam, como los veterinarios Jorge Triana y Javier González, coinciden en que el impacto ambiental de la ganadería se debe principalmente al uso inadecuado del suelo y a la transformación de ecosistemas por medio de la tala, la quema y la introducción de gramíneas exóticas.
Michelle Chauvet, investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México, considera incluso que la ganadería extensiva no contempla la conservación y el mantenimiento de los ecosistemas como parte del sistema productivo. Sostiene además que la producción ganadera debe partir de nuevas bases, que hagan necesario conservar los recursos naturales y enfocarse hacia una ganadería sostenible. “El aspecto ecológico de la ganadería tiene un valor decisivo si lo que se busca es hacer del suelo, la biodiversidad y los recursos naturales un solo sistema sostenible”, explica.
OTRA VISIÓN
Si bien en Colombia, en términos generales, el desarrollo de la ganadería se ha dado sobre la base de una explotación insostenible de los recursos naturales, hay ganaderos que están buscando una transición hacia un sistema productivo amigable con el ambiente conocido como ganadería sostenible.
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En años recientes, los sistemas silvopastoriles, la rotación de potreros y otras prácticas ganaderas poco a poco han tomado fuerza entre algunos ganaderos del país.
El Proyecto Ganadería Colombiana Sostenible (PGCS) establece que las Buenas Prácticas Ganaderas (BPG) minimizan el impacto que las prácticas pecuarias ejercen sobre los ecosistemas, disminuyen los riesgos de contaminación de los productos pecuarios con agentes químicos, físicos y biológicos y mejoran el bienestar de los trabajadores y de los animales dentro de la explotación.
El objetivo final de las BPG es lograr que el ganado tenga comida durante todo el año, incrementar la capacidad de carga y la producción, disminuir los costos de producción, mejorar la calidad de los suelos y las fuentes de agua y, a la vez de que se obtiene rentabilidad dentro del negocio ganadero, contribuir a la conservación y al uso sostenible de los recursos naturales. “Si no hay rentabilidad los ganaderos no cambian”, le aseguró a Mongabay Latam el experto en ganadería sostenible de The Nature Conservancy (TNC), Andrés Felipe Zuluaga.

Según este veterinario experto en sostenibilidad, el PGCS ha impactado favorablemente al menos a 2700 ganaderos (un poco más del 0,5 % del total de ganaderos del país) y ha evitado la deforestación de más de 3000 hectáreas de bosque en las zonas de más alta deforestación en los departamentos de Cesar, Atlántico, Magdalena (norte de Colombia), Boyacá (centro del país) y la región cafetera (centro del país) y los llanos orientales (suroriente del país).
Una de las metas del PGCS consiste en devolverle a la naturaleza diez millones de hectáreas para conservar bosques, sabanas naturales, páramos, humedales y rondas de los ríos, le dijo Zuluaga a Mongabay Latam.
Una versión ampliada de esta historia fue publicada en Mongabay Latam. Puedes leerla aquí.
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