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Cámaras trampa muestran la diversidad y las amenazas de la fauna en Reserva comunal de El Sira en Perú

  • Un nuevo estudio con cámaras trampa desplegó 45 cámaras trampa entre el 2015 y el 2016 en la Reserva Comunal El Sira, parte de la Reserva de Biósfera Oxapampa-Asháninka-Yánesha.

(Mongabay Latam / Mike Gaworecki). Debido a su lejanía, los bosques tropicales de alta montaña de los Cerros de El Sira, un sistema montañoso aislado en la cordillera Oriental de los Andes del Perú central, son conocidos por albergar una diversa gama de especies raras y endémicas como el paujil de El Sira, un ave en peligro crítico de extinción que no se puede encontrar en ningún otro sitio del planeta.

Oso de anteojos andino (Tremarctos ornatus). Crédito de la fotografía: La expedición del Sira.
Oso de anteojos andino (Tremarctos ornatus). Crédito de la fotografía: La expedición del Sira.

Una expedición a esta zona consiguió las primeras imágenes capturadas por cámara trampa del paujil de El Sira (Pauxi koepckeae) que se pusieron a disposición del público en el 2015. Ese estudio con cámara trampa también descubrió la presencia de osos de anteojos andinos (Tremarctos ornatus) en ese remoto sistema montañoso —a unos 100 kilómetros (o 62 millas) de distancia de cualquiera de sus otros hábitats anteriormente conocidos—. Este fue un descubrimiento importante porque, aunque los Cerros de El Sira son conocidos por albergar una variedad única y diversa de aves, anfibios y plantas andinas y amazónicas, las especies mamíferas que consideran los bosques tropicales de esta cadena montañosa su hogar, todavía son poco conocidas y están relativamente poco estudiadas.

Ahora, un nuevo estudio con cámaras trampa, cuyos resultados fueron publicados en la revista Oryx a mediados de abril, busca llenar los vacíos en nuestro conocimiento de los animales mamíferos de esa zona.

Un equipo internacional de científicos de Perú y el Reino Unido dirigido por Ruthmery Pillco Huarcaya, una bióloga de la Universidad Nacional del Cusco de Perú, desplegó 45 cámaras trampa del 2015 al 2016 en la Reserva Comunal de El Sira, que forma parte de la Reserva Biósfera de Oxapampa-Asháninkla-Yánesha. La Reserva Comunal de El Sira, la mayor reserva comunitaria en Perú,  engloba las montañas de los Cerros de El Sira y una zona de amortiguamiento circundante que incluye los pueblos indígenas Asháninka, Ashéninka, Shipibo-Conibo, y Yánesha así como comunidades rurales de emigrantes andinos. Las cámaras trampa, ubicadas a intervalos regulares entre elevaciones de 800 a 1920 metros (de unos 2625 a 6300 pies), detectaron 34 especies mamíferas de tamaño mediano y grande.

“La distribución de las especies a lo largo de las bandas elevadas indica que la diversidad era mayor entre los 1000 y los 1250 [metros], con la mayor riqueza de especies observada a los 1250 [metros]”, escriben Pillco Huarcaya y el equipo en el estudio. “Solo se detectaron cinco especies a >1,400 [metros]: el tigrillo Leopardus tigrinus, el oso de anteojos, la comadreja de cola larga Mustela frenata, la zarigüeya orejiblanca andina Didelphis pernigra, y la paracana Dinomys branickii”.

Puma (Puma concolor). Crédito de la fotografía: La exploración del Sira.
Puma (Puma concolor). Crédito de la fotografía: La exploración del Sira.

Parece que esta comunidad mamífera, como el paujil de El Sira que está en peligro crítico de extinción, se enfrenta a numerosas amenazas a su pervivencia: ocho de las especies de mamíferos que los investigadores detectaron están clasificadas como amenazadas en la Lista Roja de la UICN. (No hay suficiente información para evaluar el estado de conservación de otras tres especies de mamíferos que también encontraron, y una especie adicional todavía no ha sido evaluada).

“Hay una creciente concientización de las amenazas a las especies en altas altitudes, pero a menudo su estudio se ve obstaculizado por el accidentado relieve”, dijo Pillco Huarcaya en un comunicado. Se esperaba que estas dificultades tuviesen el efecto de disuadir la caza en la Reserva Comunal del Sira, pero las cámaras trampa capturaron también actividades de caza ilegal incluso a altitudes de hasta 1400 metros dentro del área protegida. A través de entrevistas informales con miembros de las comunidades que viven en la zona de amortiguación, los investigadores aprendieron que especies fundamentales utilizadas para carne como el mono lanudo peruano, el mono araña de cara negra y el pecarí barbiblanco ya han desaparecido de las tierras bajas cercanas, lo que impulsa a los cazadores a seguir subiendo las pendientes andinas hacia el centro del área protegida.

La tala ilegal también está impactando la Reserva Comunal del Sira y tiene el potencial de poner su biodiversidad en peligro. Pillco Huarcaya y su equipo dicen que presenciaron personalmente la tala ilegal dentro del área central de la reserva en el 2016, y un análisis de datos de satélite del Proyecto de Seguimiento de la Amazonía Andina (MAAP, por sus siglas en inglés) ese mismo año mostraba bosques que habían sido talados en el extremo norte de la zona central para cultivos, pastos y la extracción de oro.

Aparte de revelar la distribución de la comunidad mamífera de los Cerros de El Sira y sus amenazas, los resultados del estudio con cámara trampa llevó a un número de descubrimientos. Pillco Huarcaya y su equipo dicen que, que ellos sepan, sus cámaras trampa son las primeras en capturar osos de anteojos en el mismo lugar que jaguares —ambos son los depredadores terrestres más grandes en toda América del Sur, y los dos fueron capturados por la cámara que el equipo había colocado en el lugar más elevado, a una altitud de 1920 metros—. Hasta ahora se creía que los rangos de elevación de las dos especies no coincidían en ninguna ladera ni de Perú ni de Bolivia, que solo coincidían a una elevación de unos 900 metros a lo largo del sector de la Cordillera Oriental de los Andes colombianos.

Los investigadores dijeron que también fue importante el descubrimiento de la especie amenazada del tigrillo, una especie de felinos de pequeño tamaño que es uno de los mamíferos neotropicales menos conocidos, porque los Cerros del Sira están a unos 60 kilómetros del rango conocido del tigrillo, según un mapa de la UICN actualizado de distribución de la especie.

Oso hormiguero gigante (Myrmecophaga tridactyla). Crédito de la fotografía: La exploración del Sira.
Oso hormiguero gigante (Myrmecophaga tridactyla). Crédito de la fotografía: La exploración del Sira.

“Los Cerros de El Sira son excepcionalmente diversos, con un conjunto de especies único que abarca especies típicas de las tierras bajas del Amazonas, así como especies que viven en las alturas”, dijo Andrew Whitworth, un investigador de la Universidad de Glasgow y coautor del estudio, en un comunicado. Whitworth dirigió al equipo que capturó el primer material de video del paujil de El Sira hace cuatro años.

“El descubrimiento de especies de gran tamaño que requieren extensos hábitats intactos, incluidos el tapir de tierras bajas y el oso hormiguero gigante, sugiere un alto grado de integridad ecológica dentro del centro de la Reserva de El Sira, mientras que la presencia de muchas especies pequeñas, raras y crípticas que incluye el tigrillo, el perro de orejas cortas y el pacarana, acentúa la importancia de la reserva en el mantenimiento de especies importantes para la conservación”.

El aumento de las presiones humanas en los hábitats de alta elevación de los Cerros de El Sira junto con los cambios en los rangos provocados por los cambios climáticos podrían llevar a la pérdida “catastrófica” de especies, escribenlos investigadores en el estudio: “Aunque los cambios climáticos no tienen una consecuencia dramática para las especies que residen en el hábitat bajo y bien conectado, las especies tropicales en los rangos aislados, como los Cerros de El Sira, no tendrán un hábitat adecuado al que cambiar y no podrán competir con las especies de baja elevación que se trasladen a altitudes más elevadas”.

“La fragmentación y el aislamiento podrían ser perjudiciales para los Cerros de El Sira”, añadió Pillco Huarcaya. “Las zonas circundantes deben conservar suficiente integridad y conectividad entre las principales áreas protegidas de la Reserva de Biósfera Oxapampa-Asháninka-Yánesha para facilitar la migración de las especies y el flujo genético para que las poblaciones viales de las increíbles especies que identificamos puedan persistir, sobre todo aquellas de gran tamaño”.

El artículo original fue publicado en Mongabay Latam. Puedes revisarlo aquí.

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