Minería sin escape

Publicado el Juan Daniel Angulo Argote

Recursos naturales, manufactura y salarios ¿bendición o maldición?

La fórmula y receta perfecta para lograr desarrollo económico sustentable*:

RECURSOS NATURALES+MANUFACTURA=BENDICIÓN

En Colombia: RECURSOS NATURALES-MANUFACTURA=MALDICIÓN A MEDIANO Y LARGO PLAZO

*es aquel que crece y se sostiene en el tiempo, sin hipotecar al otro

Antes que todo, reitero, afirmo y sostengo: los recursos naturales serán siempre una bendición, es mejor tener que buscar. El modelo económico aplicado a los recursos naturales (políticas públicas e industriales) son determinantes hacia el camino de la bendición o maldición.

Los países sin recursos naturales han creado sus propias ventajas comparativas, las cuales nacen por oportunidades, más no por necesidades: educación de primer nivel, museos y artes, aplicación de un Estado de bienestar cuando sea necesario (modelo económico con flexibilidad), capaz de reducir la desigualdad (el principal enemigo de la productividad), y lo más sorprendente, se han especializado en todo tipo de manufactura para procesar y exprimir como debe ser, la verdadera riqueza de los recursos naturales que exportan los países subdesarrollados (América Latina y África).

No tener recursos naturales es una maldición transformada en bendición. Mientras que el rol del Estado se fundamenta en condicionar a los agentes “empresas” a la libre competencia (para aumentar productividad se necesitan altos salarios, a su vez, absorber tecnología). En Colombia el Estado hace todo lo contrario, actúa como facilitador para que los agentes sigan con el rentismo de las materias primas y los bajos salarios. La inversión por trabajador desde 1980 hasta la fecha en Colombia es la misma, en Corea del Sur ha aumentado 10 veces, en la India 12 veces y en China 26 veces. A quien se le ocurre sobrevivir así, en un mundo donde los mercados son tan exigentes con los mismos salarios y la mínima inversión por trabajador.

Hace más de 17 años obtuve mi primer empleo, como olvidar ese momento. En aquel entonces era un joven que cursaba último semestre de ingeniería geológica en la UPTC (Sogamoso-Boyacá). Ingresé a trabajar el 18 de abril del 2002 a C.I PRODECO S.A (compañía dedicada a la exploración, explotación y exportación de carbón térmico), en la mina Calenturitas, La Loma (Cesar). Ocupando el cargo de geólogo junior, y devengando un salario mensual básico de $1.980.720 pesos colombianos, los recargos adicionaban un 30 por ciento del salario, ver figura 1. Esta historia involucra un ayer de esperanza, un presente y un mañana, m­­­uy, pero muy incierto. Todo parte de un recurso natural no renovable “carbón”, y finaliza con el padecimiento actual que vive la sociedad colombiana, los famosos mercados monopsonios (salarios de hambre – precariedad – el sálvense quien pueda “la economía naranja”).

¿El rentismo y los salarios de hambre serán inmutables en Colombia?

Figura No 1. Certificado laboral, 18 de abril 2002

En los años 90 el fundador de Acer, Stan Shih (ex magnate de los negocios de Taiwán), propone un modelo económico que nace de la tecnología de los computadores, el cual llamó “la curva de la sonrisa”, ver figura 2. Que gran diferencia entre los empresarios: Ardila Lüle-Sarmiento Angulo-Santo Domingo (colombianos), Carlos Slim (mexicano), Grupo Luksi (chilenos) y Shih (taiwanés). Mientras que Shih inyecta conocimiento “el saber para la sociedad”, en América Latina sucede todo lo opuesto, las empresas nacionales y multinacionales no son condicionadas por el Estado, por lo tanto se dedican al rentismo, a la fruta al alcance de la mano, la ley del mínimo esfuerzo, nada sustentable. Dedicados únicamente al rentismo del primer producto (extractivismo), y el de los salarios de hambre.

Figura No 2. La curva de la sonrisa

La curva de la sonrisa se fundamenta en dos aspectos de la economía en el mundo de los computadores: aquellas actividades donde se genera renta-utilidades, y solo utilidades.

  1. Renta y utilidades: patentes, tecnología, branding y servicios. Parece ser, que Colombia generalizó su política económica con el principio de la curva de la sonrisa. Pero no generando conocimiento, para nada, eso les produce alergia. Solo buscan crear mercados oligopólicos y monopsonios (rentismo y precariedad en los contratos-salarios). Pasamos de la venta de minutos y empanadas, al mototaxismo, ahora con emprendimiento naranja nacen los domicilios y corte de cabello en las calles.
  2. Utilidades: ensambles-fabricación (armar los equipos). Las utilidades generan experticia de la mano de obra. Esa fue la palanca de embrague que transformó el modelo económico de los asiáticos para lograr su hegemonía, tremendo favor le siguen haciendo los americanos y latinos por haber abandonado la manufactura “nadie sabe para quién trabaja”.

Colombia y su latinajo “Respice Polum”, creado por el Presidente Marco Fidel Suárez (1918-1921), muchas gracias su majestad, cumplió su gran objetivo; que el colombiano no tenga mirada periférica y se observe todo el tiempo el ombligo, tan solo es mirar hacia el norte, o sea, a EE.UU. Por esa simple razón, Colombia abandona la manufactura desde los años 80 (mientras que EE.UU., genera rentas y utilidades, no entiendo a Colombia; no desarrolla patentes, tecnología, branding y servicios), y con todo esto, dejan que los asiáticos continúen con la manufactura y transformando nuestros recursos naturales. Todos pensaron que los asiáticos se iban a quedar en la maquila como México, y de repente la gran sorpresa, comenzaron a crear sus propias marcas de: autos, equipos tecnológicos, industria de artillería naval, trenes, las mejores universidades de minería del orbe, revolución de las ERCN entre otras. La manufactura les permitió a los tigres asiáticos especializarse en toda la cadena de transformación de los recursos naturales. Hoy sus salarios son mucho mejor que América Latina y EE.UU., en manufactura.

Ya son 40 años de abandono de la manufactura, y aún la miran con desprecio (existen intereses particulares que se resisten al cambio “los importadores con el apoyo del Estado”, se necesita una fuerza endógena “un visionario”).

Por otra parte, los recursos naturales: agua, suelos fértiles (café, flores, frutales, caña de azúcar, banano y demás), limitar con dos océanos (Pacífico y Atlántico), ríos navegables dentro del territorio, energía solar, viento, biodiversidad, minerales entre otros. Les hablo de Colombia, ese lugar de grandes riquezas, que no ha sido capaz de transformar el café, aún se exporta en grano, después de más de un siglo.

En Colombia los recursos naturales han sido aprovechados de una manera tan burda e irracional, que lastimosamente los siguen convirtiendo en una maldición de mediano y largo plazo. En vez de ser los transformadores de una economía sustentable, como sucede en muchos lugares del orbe, hoy son los verdugos de una clase social (mayoría) sin garantías, la cual anhela adquirir experticia en cada etapa de la transformación-desarrollo e innovación que necesitan los recursos naturales. Me refiero a ese candado al inmovilismo sobre ellos (ausencia de políticas públicas e industriales por parte de un Estado ineficiente). Insistir en la no industrialización de los recursos naturales (negarse a un Royalty Diferenciado), los hacen más vulnerables a los cambios disruptivos: colapso climático (acuerdos gubernamentales), y desarrollo tecnológico (sustitutos como las energías renovables). Esa sensibilidad que sufren los recursos “minerales” cada vez que los precios bajan, se deben a la no industrialización. ¿En qué planeta viven nuestros dirigentes y empresarios?

Los recursos naturales necesitan de la manufactura, su principal motor para generar servicios altamente productivos como lo hacen los asiáticos y nórdicos. Ellos rompieron el tejado de vidrio superando a todos los países de la OECD en productividad. Los de primera generación asiáticos (N1): Singapur, Hong Kong y Taiwán; son 30% más productivo que EE.UU., Alemania, Canadá, Australia y Nueva Zelanda. Todos tiemblan ante su pragmatismo.

Para analizar, en cualquier rincón de Colombia inicia el sueño de un profesional recién egresado, o un geólogo junior, ojalá encuentren un empleo digno, pero si de algo puedo tener certeza, es que el salario será igual o muy poco superior al que yo recibí hace casi dos décadas, pero sin recargos.

Hay dos opciones para direccionar los recursos naturales: lograr convertirlos en bendición, o seguir con la maldición que segundo tras segundo hipoteca a las generaciones colombianas (rentismo de los recursos naturales y los salarios de hambre). Por un momento, dejen de idealizar que los recursos naturales son solo: empleo, regalías, impuestos, colegios, becas, obras sociales, olvídense, eso es cosa del pasado.

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