Minería sin escape

Publicado el Juan Daniel Angulo Argote

Minería y la sociedad smiling Lombana

Desde este 17 de enero en las principales carteleras del país se estrena el largometraje “smiling Lombana, sonríe y reinaras”, de la cineasta Daniela Abad Lombana. Donde narra la historia de su abuelo Tito Lombana, el autor original de la escultura en Cartagena “Las Botas Viejas”. Lo irónico según Daniela es que no aparece el nombre de su abuelo, si no el de su tío Héctor en la escultura emblemática conocida por muchos en nuestra niñez. ¿Quién no soñaba con esa foto de ingresar los pies en los zapatos viejos?. Desde ahí nace la historia del largometraje. Daniela siempre se hacia la siguiente pregunta: -¿cuál fue la razón de no aparecer el nombre de su abuelo en la escultura?-. Tito fue un hombre cegado por la ambición, haciéndose famoso por sus esculturas y convirtiéndose en uno de los decoradores más buscados por mafiosos y excéntricos de Medellín, que terminó emulando a sus clientes por la ambición desmedida y por otros motivos que nunca se sabrán. Desde hace décadas sigue siendo el fiel reflejo de los arquetipos de la sociedad colombiana, una sociedad cortoplacista, camaleónica (de doble moral) en búsqueda del dinero fácil y en nada sustentable, una sociedad “smiling Lombana”.

La minería juega un rol fundamental en la economía de cualquier país subdesarrollado y desarrollado. Soy un convencido de ese camino. Colombia con la actividad minera debe insertarse en la economía mundial, como lo hizo Chile a través de la minería del cobre. El cobre tiene muy cerca a Chile de ser el primer país de Latinoamérica en convertirse en un país desarrollado. Por otra parte el rubro minero es por esencia una actividad demorada, con horizontes temporales extensos. Primero descubrir el mineral y posteriormente hacer estudios de prefactibilidad y factibilidad. A la sociedad colombiana se le debe explicar que la minería es una actividad de largo plazo, no como lo percibe la gran mayoría, un negocio de corto plazo, como es el caso del narcotráfico. Es deber del Estado con la academia inyectar en el ADN de la sociedad el concepto de minería,  eso se logra solo con educación, en eso seguimos fallando.

¿Qué relación existe entre la minería y la sociedad smiling Lombana en Colombia?. Son dos temas que tienen la misma percepción «corto plazo», me refiero a la actividad ilegal y alegal relacionada con los recursos naturales. La sociedad tiene un arquetipo de minería “sonríe y reinaras”, donde los gobiernos no han sido capaces de direccionar y enfrentar la problemática que vive la minería, como se dice coloquialmente: el toro por los cachos. El experto internacional Eduardo Gudynas en temas socioambiental relacionados con la explotación de recursos naturales (RR.NN) hace esta paradoja, “Las consecuencias son devastadoras, corroe al sistema político, genera destrucción socioambiental, sostiene redes de tráficos de niñas y adolescentes y usa bandas criminales”. Es la gran realidad, es como la lepra. La gran pregunta sin respuesta alguna para la sociedad colombiana es: ¿cómo seguimos adelante? ¿cuál debe ser el horizonte de sus políticas?.

Para nadie es un secreto que sectores de la minería en Colombia tienen impreso en su ADN la cultura “smiling Lombana”, lo que ha generado un rechazo social de nunca acabar. Lo mismo le sucedió a Tito Lombana con su familia, rechazo y vergüenza aún después de su muerte. ¿Cómo debe actuar el Estado para cambiar ese paradigma «corto plazo», que la industria minera es una actividad de largo plazo?.

A continuación se describen los temas críticos de fondo, con propuestas para alcanzar la salida. El Estado debe reflexionar para seguir y encontrar la ruta exitosa como lo hicieron los países mineros.

  1. El narcotráfico y un sistema público de salud preventivo eficiente. Hoy el narcotráfico ha permeado muchas actividades económicas del país, desde las instituciones del Estado, entre ellas la minería, como una lepra que carcome los recursos naturales y sociedades, tan solo es tocarla. Este flagelo tiene como única salida, “despenalizar” todos los estupefacientes (desde la marihuana hasta la heroína). Portugal se ha convertido en uno de los países con políticas de sanidad pública y antidrogas más efectivas e inteligentes del planeta. A pesar de ello, todo indica que el resto del globo seguirá dando la espalda al modelo lusitano. La razón es simple, parte de esa herencia tiene principios religiosos aplicados a una doble moral convirtiéndonos en una sociedad camaleónica, que nos ancla al pasado. Para alcanzar este peldaño, lo primero es respetar la dignidad humana, que no significa otra cosa que darle valor a la vida. ¿Se imaginan las regiones que viven en conflicto y disputa de rutas de drogas que originan tanta violencia en sus alrededores con la despenalización por parte del gobierno?. Esa es la única forma de combatir y erradicar esa lepra, no existe otro camino, de lo contrario es seguir en la complicidad fortaleciendo el negocio y condenándonos por quien sabe cuántos siglos más.
  2. Anarquía en zonas mineras. Se requiere presencia del Estado en estos lugares de gran potencial minero ¿cómo es posible que en el occidente de Boyacá, zona esmeraldera aún existan caciques o controladores de áreas?. O en el bajo Cauca antioqueño, redes de grupos ilegales que transitan sin ninguna restricción de control, devastando sociedades y acabando el medio ambiente con la minería ilegal del oro. El Estado no  desconoce, donde y cuando actúan.
  3. Educación. La educación es la clave para contrarrestar la violencia después de legalizar la droga. Las estadísticas nacionales son evidentes, es el caso del departamento de Boyacá en sus provincias Tundama-Sugamuxi con la mejor educación y los menores índices de inseguridad en Colombia, interesante lo que sucede en la provincia Sugamuxi, que por décadas ha desarrollado minería y agricultura de la mano, en la actualidad cuenta con cinco cementeras aportando más de la tercera parte del cemento del país. La raíz y el fondo de este gran logro es la búsqueda de políticas inclusivas. En el otro extremo del mismo departamento sucede todo lo contrario, encontramos el occidente esmeraldero, la fiel sociedad smiling Lombana, “sonríes y reinaras”.
  4. Sinergia. Colombia debe crear alianzas y compromisos de manera transparente entre el Estado-empresa-comunidad-academia, en busca de la sustentabilidad. Pero hay carencia de voluntad política.
  5. Fortalecimiento y creación de empresas estatales. Por estos días el ministro Carrasquilla anuncia la venta del 8.5 por ciento de las acciones de Ecopetrol, la única empresa estatal relacionada con recursos naturales. Contrario a lo que ocurre en países como Chile, Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Noruega, que protegen desde sus gobiernos sus empresas estales, Codelco, Mubadala y Equinor respectivamente. Cabe mencionar que estas compañías pertenecen al rubro minero energético, y son el escudo de las finanzas de sus países, debido a sus políticas con timonel. Sus excedentes son invertidos en el exterior a través de los fondos soberanos de inversión (FSI).

Para finalizar, el modelo social económico de la provincia Sugamuxi “minería-agricultura-educación-comunidades” es un ejemplo que debería ser replicado en cada rincón del país. Pero gran parte de Colombia con sus políticas avinagradas extractivas, sigue condenando a sus generaciones a seguir los pasos de una sociedad smiling Lombana, que sonríe, pero se pudre.

 

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