El presente artículo trata acerca de los desafíos de los educadores en la creación de contenidos digitales que permitan abordar las diferentes formas en que aprendemos.

En la era digital, que nos sorprende con la velocidad vertiginosa de los cambios tecnológicos, los docentes enfrentan el desafío de producir contenidos para mantener el interés de los estudiantes y mejorar la efectividad en los procesos de enseñanza.

Tienen el gran reto de diseñar contenidos haciendo uso de las herramientas digitales, cada vez más al alcance de la mano tanto de docentes como de estudiantes, que no solo transmitan conocimientos sino que contribuyan a promover los espacios colaborativos y que consigan “engancharlos”. Para lograrlo, es esencial cubrir las distintas formas mediante las que el ser humano aprende: adquisición, indagación, discusión, práctica, colaboración y producción.

1. Adquisición de conocimientos

El aprendizaje a través de la adquisición es quizás la forma más tradicional y reconocible. Consiste en recibir información nueva de manera pasiva, ya sea a través de lecturas, videos o conferencias. Durante la pandemia, muchos docentes se conformaron con “dejar tareas” a los alumnos mediante referencias a documentos pdf, word, power point u otros formatos que los estudiantes debían leer. Desde luego, esta modalidad sigue siendo vigente, aunque los educadores deben hoy procurar que los contenidos sean claros, concisos y visualmente atractivos y que puedan desplegarse en contextos de experiencias interactivas. Además de libros y artículos, otras formas textuales multimodales como audios, videos e infografías son recursos que enriquecen la adquisición de conocimientos en una época en la que el aprendizaje y la enseñanza en línea juegan un papel relevante.

2. Indagación activa

Fomentar la curiosidad y el pensamiento crítico es vital. La indagación activa anima a los estudiantes a formular preguntas y buscar respuestas por sí mismos. Los educadores están en mora de profundizar este tipo de aprendizaje diseñando actividades que promuevan la investigación independiente, utilizando recursos en línea e impulsando proyectos que los desafíen a explorar y descubrir por sí mismos.

3. Discusión dinámica

Las discusiones enriquecen el aprendizaje al permitir que los estudiantes compartan ideas y debatan distintos puntos de vista. Más allá de las oportunidades de intercambio en distintos tipos de encuentros presenciales, las plataformas digitales ofrecen alternativas de alto valor para facilitar discusiones tanto en tiempo real como de manera asincrónica. Foros, chats en vivo y videoconferencias crean espacios de diálogo constructivo en los que los estudiantes pueden expresar sus opiniones y aprender unos de otros.

4. Práctica constante

La práctica es esencial para consolidar habilidades y conocimientos. Los profesores deben crear oportunidades para que los estudiantes apliquen lo que han aprendido en situaciones reales o simuladas. Ejercicios prácticos, simulaciones y proyectos son herramientas efectivas para permitir a los estudiantes utilizar activamente sus conocimientos.

5. Colaboración eficiente

El trabajo en equipo y la colaboración son competencias cruciales en el mundo actual. Diseñar actividades que fomenten la cooperación contribuye a desarrollar estas habilidades. Herramientas digitales como las que permiten compartir documentos, así como aplicaciones de gestión de proyectos facilitan los espacios colaborativos, permitiendo a los estudiantes trabajar juntos de manera eficiente y productiva.

6. Producción creativa

El aprendizaje se profundiza cuando los estudiantes crean algo nuevo. La gestión y realización de proyectos, presentaciones y artículos son posibilidades disponibles para que los estudiantes, bajo la facilitación de los maestros, puedan consolidar conocimientos y desplegar su creatividad. Los docentes pueden asignar tareas que requieran la creación de contenido original, incentivando a los estudiantes a utilizar diversas herramientas y recursos para producir trabajos con distintos grados de originalidad.

Un nuevo rol para los educadores

La transformación educativa requiere que los docentes adopten el rol de facilitadores. Aprender lo básico sobre la creación de contenidos digitales (videos, audios, infografías…) es esencial, aunque no se trata, de manera alguna, que los maestros sean expertos. Las herramientas disponibles son cada vez más amigables y existen métodos que permiten diseñar cursos de forma creativa y rápida. El objetivo es el de guiar y apoyar a los estudiantes en los procesos de aprendizaje mediante el uso de los formatos adecuados, de forma sincrónica o asincrónica.

Promover una cultura educativa que valore la colaboración y la participación activa es fundamental. Integrando las seis formas de aprendizaje en su práctica pedagógica, los profesores pueden transformar la experiencia educativa y preparar a los estudiantes para enfrentar los desafíos del futuro con confianza y competencia.

La educación del siglo XXI debe ser dinámica y multifacética. Los estudiantes no solo deben adquirir conocimientos, sino también desarrollar habilidades que les permitan aprender de manera continua a lo largo de sus vidas.

Los docentes, como facilitadores prácticos, juegan un papel crucial en esta transformación.

Puede consultarse: Diana Laurillard introduces the six learning types https://youtu.be/wnERkQBqSGM?si=DG439EUp8QRaDGRH

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