Mercadeando

Publicado el Dagoberto Páramo Morales

2021: Incertidumbre total

A diferencia de la tradicional ansiedad que produce el inicio de cada año, la incertidumbre que se cierne en todos los órdenes de la sociedad colombiana sobre lo que pasará en este 2021, no tiene parangón en nuestra historia reciente. Más allá de las angustias que produce el rebrote del coronavirus y sus trágicas consecuencias en la cotidianidad de nuestras vidas, lo más preocupante nace de los tumbos que han dado las autoridades para hacer frente no solo a esta pandemia que tanto nos ha cambiado, sino a las dificultades de la vida diaria.Frente a esta nueva ola del virus, son increíbles los niveles de improvisación y de falta de previsión y de planeación gubernamental que nos ha llevado a ser uno de los países con mayor cantidad de infectados y de fallecidos. Los estragos que hasta el momento son devastadores, seguramente se incrementarán de forma sustancial dado que ni siquiera hay claridad sobre las fechas de vacunación. Y menos aún sobre los expeditos mecanismos para lograrlo a pesar de vociferarse a los cuatro vientos que se tiene un cronograma que cada día se va extendiendo con los más insólitos argumentos. Macondiano.

Y si el errático manejo del covid-19 es grave, son más alarmantes las dificultades que experimentamos en todas las esferas de la administración pública central y regional. Ahora ya no solo enfrentamos una sensible crisis económica traducida en un galopante desempleo y en exorbitantes niveles de informalidad que a su vez ha disparado aún más la endémica inequidad y la desigualdad que nos ha caracterizado, sino que ni siquiera se ha buscado una reactivación real de la economía en su conjunto a través de mejorar la capacidad adquisitiva. Si no fuera por lo trágico del pírrico aumento del salario mínimo, el incremento del 3,5% haría parte de una pieza cómica que nos sacaría la mejor de nuestras carcajadas. Ante esta dolorosa ignominia surge una pregunta: ¿quienes toman las decisiones económicas de este país habrán leído alguna vez la experiencia del New Deal impulsado por el gobierno de Franklin D. Roosvelt con ocasión de la Gran Depresión -estalló en Estados Unidos el 29 de octubre de 1929-, cuando con recursos gubernamentales produjo más de 8 millones de empleos a fin de estimular la demanda?

Por otro lado, estamos tan mal que ahora andamos de capa caída en las relaciones internacionales por culpa del alineamiento ideológico y político que hemos ratificado con las fuerzas mas retardatarias del continente y del mundo: apoyamos el golpe de Estado de Bolivia, cortamos relaciones con Cuba. Ha sido tan disparatado el manejo de las relaciones que ahora hasta con el nuevo gobierno de la mayor potencia del mundo tendremos dificultades por andarnos metiendo en las elecciones recientemente desarrolladas en Estados Unidos. Ojalá la nueva administración demócrata no tome represalias que recaigan directa o indirectamente en la población colombiana vía el sometimiento y entrega de nuestra soberanía nacional como ha sido la costumbre de nuestros dirigentes políticos. Las esperanzas son lo último que se pierde. De igual forma, es incomprensible la obstinada e irrealista forma en como el gobierno colombiano sigue defendiendo un espúreo gobierno venezolano que ya ni los europeos reconocen. Más equivocados, imposible.

Y ni qué decir de lo que ocurre en el orden social interno. Es vergonzoso lo que sucede a nivel nacional con el funesto incremento de la violencia en todos los rincones del país, materializada en el indolente asesinato de jóvenes y niños inocentes, de líderes sociales y de exguerrilleros que van cayendo como racimo de uvas sin que el Estado sea capaz de responder de forma eficiente a las amenazas que todos los días son denunciadas ante los organismos correspondientes sin encontrar eco alguno. La inacción es sencillamente aterradora.

Con este crudo panorama, sin duda, la mayor incertidumbre de este año nace en no tener un gobierno que sea capaz de hacer frente a los ingentes problemas que vivimos. Y ello, por supuesto, tiene un notable impacto en la concreción de los negocios no solo por la inseguridad que cada día es intolerable, sino porque al no contar con una demanda solvente, los niveles de consumo tenderán a reducirse y ello tendrá, a su vez, un efecto negativo en la generación de empleo.

¿Hasta cuándo resistiremos tanta dificultad y tanta torpeza juntas?

 

PD: Ya está disponible nuestro primer video de 2021, en mi canal de YouTube “Marketing y Sociedad”: “Comportamiento del consumidor”. Presentamos su definición y precisamos sus principales elementos que la componen: adquisición, uso, apropiación de marcas y productos (bienes, servicios, ideas sociales). 

https://www.youtube.com/watch?v=Beu6GIgYnok&list=UUQJGMfnRGaYH1Ph8mcrEJ3w

 

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