Cuando los aranceles regresan, la historia se repite


1. Introducción: Cuando los aranceles regresan, la historia se repite

La historia económica contemporánea está llena de momentos en los que los grandes desequilibrios de balanza de pagos y comercio internacional generaron tensiones políticas y medidas unilaterales. Hoy, en pleno siglo XXI, vemos cómo Estados Unidos, nuevamente, recurre a aranceles para defender su industria local, controlar déficits y ejercer poder geopolítico.

Pero esta no es la primera vez. Para entender lo que está en juego, debemos mirar hacia los acuerdos económicos internacionales del pasado como el Plaza Accord (1985), el Louvre Accord (1987), el G7 Communiqué de Halifax (1995), y los esfuerzos posteriores del G20 tras la crisis financiera global (2008-2009). Todos ellos nos dejan enseñanzas valiosas sobre lo que funciona —y lo que no— en materia de negociación y diplomacia económica.

2. Plaza Accord (1985): La diplomacia del dólar fuerte

En 1985, el dólar estadounidense se encontraba en niveles históricamente altos, afectando la competitividad de las exportaciones estadounidenses y generando un déficit comercial sin precedentes. Bajo el liderazgo del entonces secretario del Tesoro, James Baker, EE.UU. firmó con Japón, Alemania Occidental, Francia y el Reino Unido el Plaza Accord, para depreciar el dólar frente a otras monedas clave.

Datos económicos de esa época (EE.UU.):

  • Déficit en cuenta corriente: ~3.5% del PIB
  • Tipo de cambio: El dólar se había apreciado más del 50% real entre 1980-1985
  • Inflación: 3.6% (bajo control tras el shock Volcker)
  • Desempleo: 7.2%
  • PIB real: Creciendo a ~3.4%

El resultado fue efectivo: el dólar cayó más de un 40% frente al yen y el marco alemán en los dos años siguientes. Sin embargo, el exceso de liquidez en Japón tras este acuerdo fue el caldo de cultivo de una burbuja especulativa que explotó en los 90.

3. Louvre Accord (1987): Detener la caída

Dos años después, las consecuencias de una caída abrupta del dólar comenzaron a preocupar. El Louvre Accord buscó estabilizar el tipo de cambio, y esta vez, incluyó medidas de política fiscal y monetaria para coordinar la recuperación global.

Datos relevantes (1987):

  • Tipo de cambio: caída del dólar estabilizada
  • Desempleo: 6.6%
  • Inflación: 3.7%
  • Déficit fiscal: alrededor del 4% del PIB

Este acuerdo mostró la dificultad de mantener una política monetaria coordinada en ausencia de un mecanismo institucional robusto. También marcó el fin de los esfuerzos serios de coordinación cambiaria del G7 por varios años.

4. Otros acuerdos relevantes posteriores

a. Halifax Summit (1995)

Aunque no tan conocido como los anteriores, este encuentro del G7 buscó mejorar la supervisión financiera internacional tras la crisis del peso mexicano (1994). Se propusieron mecanismos de alerta temprana ante desequilibrios financieros, pero sin compromisos vinculantes.

b. G20 y la crisis global (2008-2009)

Tras la crisis de 2008, los países del G20 acordaron evitar el proteccionismo y coordinar estímulos fiscales y monetarios. Fue quizás la mayor muestra de cooperación global desde Bretton Woods. Se evitó una depresión, pero con consecuencias: expansión monetaria sin precedentes y burbujas de activos.

c. USMCA (T-MEC, 2020)

La renegociación del NAFTA bajo la administración Trump trajo reglas más estrictas de origen, mecanismos laborales vinculantes y mayor control sobre desequilibrios comerciales. Aunque no fue un “acuerdo de coordinación global”, sí marcó una nueva etapa de proteccionismo “moderno”.

5. ¿Qué está pasando hoy? La guerra de aranceles, versión siglo XXI

Desde 2018, EE.UU. ha impuesto aranceles a productos chinos, europeos y de otros países aliados. El argumento: defender empleos, frenar el déficit comercial y proteger tecnologías críticas.

Indicadores recientes (2022-2023):

  • Déficit comercial: US$ 951 mil millones (récord histórico)
  • Inflación: 6.5% (promedio 2022)
  • Desempleo: 3.5%
  • Tipo de cambio: Dólar fuerte (por tasas altas de la Fed)
  • Tasa de interés de referencia: 5.25% (2023)

A pesar de los aranceles, el déficit comercial ha persistido. La industria local ha recibido cierto alivio, pero los consumidores han enfrentado mayores precios. Además, las cadenas globales de valor se han fragmentado, acelerando la tendencia de friend-shoring y near-shoring.

6. Lecciones del pasado y soluciones posibles

¿Qué aprendimos de Plaza, Louvre y Halifax?

  • La coordinación multilateral es más efectiva que las medidas unilaterales.
  • Los ajustes cambiarios deben ser graduales para evitar desequilibrios internos.
  • Las burbujas especulativas son riesgos colaterales reales de políticas coordinadas mal ejecutadas.

¿Cómo podría EE.UU. resolver esta nueva guerra de aranceles?

  1. Negociar un nuevo acuerdo multilateral tipo Plaza con China, la UE, Japón e India, ajustando tipo de cambio y barreras no arancelarias.
  2. Reforzar los foros multilaterales existentes (G20, FMI, OMC) para supervisar desequilibrios de cuenta corriente con reglas y sanciones claras.
  3. Promover reformas estructurales internas, enfocadas en productividad, innovación, educación técnica y transición energética.
  4. Incentivar acuerdos regionales estratégicos, con América Latina, el Sudeste Asiático y África para ampliar mercados sin generar tensiones geopolíticas.

7. Conclusión: el péndulo del proteccionismo no debe volver al pasado

El unilateralismo arancelario ofrece una respuesta rápida, pero rara vez sostenible. Si el mundo aprendió algo de los acuerdos económicos de los años 80, es que la solución a los desequilibrios globales exige diplomacia, visión a largo plazo y compromiso multilateral. De lo contrario, el costo lo pagarán no solo los países en disputa, sino toda la economía global.

Por Dr. Felipe Janica Vanegas
CEO & Founder – JNC Professional Services Firm
PhD, DBA, MBA, CPA, MIL, Mphil, MS FinanceEconomics & Strategy | Transforming organizations and society with faith-based leadership

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