Mucho se ha venido hablando de los grandes cambios en la geopolítica mundial. El discurso se ha exacerbado a raíz de la crisis energética global y que se ha incrementado por una guerra insensata y con intereses particulares, pero con efectos globales. La postpandemia también ha contribuido con el discurso. La crisis logística y con ello el aumento de los costos de producción, han generado incrementos en el impuesto más caro que pagamos los contribuyentes: La Inflación. Todos estos eventos hay que revisarlos como agentes externos que impactan las economías latinoamericanas. Hay una oportunidad enorme si se acude con cautela, pero a la vez con una clara convicción de mejorar la calidad de vida de los ciudadanos latinoamericanos.
Es ahí donde está el gran desafío. El panorama y las tendencias políticas le han dado un vuelco a las políticas sociales que al final del día terminan siendo económicas. Tener extremos izquierdos y derechos, han conllevado a una polarización en donde se reclutan neófitos – donde la gran mayoría – son quienes eligen un nuevo modelo de gobierno. Así las cosas, habrá que persuadir eficazmente a los gobernantes para que tomen decisiones correctas en torno a la economía.
La economía latinoamericana tiene dos países industrializados, Brasil y México. Si vemos al resto de países, la mayoría son dependientes de sus bienes primarios. Peor aún, todos los países incluyendo México y Brasil, dependen de que su crecimiento económico se dé principalmente por su mayor aportante con respecto al PIB: Los impuestos. Quiere esto decir que para que nuestros países logren desprenderse de esta dependencia serán necesarias reformas estructurales en donde se permita un incremento de inversión extranjera directa y de inversión privada de cara a la generación de nuevas oportunidades económicas en cualquiera de los tres tipos de bienes.
En el caso mexicano, por ejemplo, donde se le ha dado una guerra frontal contra el neoliberalismo (que también f invasivo y en algunos casos invasivos, pero no tan malos) se está buscando un equilibrio económico con un abuso – a mi gusto- de la intervención del Estado. El modelo Keynesiano puede ser bueno sí y solo sí, las inversiones y las intervenciones son coyunturales pero que no se genere una dependencia. El gran desafío mexicano es lograr posicionarse en materia de servicios logísticos para paliar y suplir desde México y tratar de disminuir en el Norte la cada vez más fuerte dependencia oriental.
La inflación, la informalidad, el desempleo y las tasas de cambio son factores comunes en Latinoamérica. Hay prestar mucha atención y evitar que las monedas locales se devalúen, pero aún que se invite a los grandes contribuyentes a buscar soluciones para proteger sus capitales. Acá es donde viene el principal desafío de países como Colombia, Perú y Chile.
La dependencia del pago de impuesto como principal generador del PIB, genera un problema de dependencia que lleva a argucias de los grandes y medianos contribuyentes y termina por tener un Estado interventor y eso genera oportunidades para pernear la corrupción y e inicia desde lo privado.
De toda esta lectura, lo que te puedo decir es que en el corto plazo no van a ver fluctuaciones en: el dólar y el índice de precios al consumidor si se sigue con la intervención y eso hace que se vuelva, paradójicamente, en una economía estable.
El crecimiento económico estable del PIB no necesariamente debe ser acelerado. Lo que veo es que el crecimiento de Brasil sí está por encima del de México. El PIB de México es +- US$1.3 trillones el de Brasil es +-us$1.6 trillones. Quiere decir que son similares, la única diferencia es que Brasil se puede autoabastecer y con eso crece y se mantiene con consumo interno. México tiene más oportunidades que desafíos, será cuestión de ajustar su política intervencionista y permitir la entrada de inversión extranjera atractiva.
Las demás economías latinoamericanas crecen más, pero porque su economía es más pequeña (menos población y menos PIB per cápita) es decir que lo que están haciendo ahora es hacer un acercarse a lo que dejaron de crecer en años anteriores y muchas de ellas como Chile, llegaron a su punto de inflexión en donde no van a poder crecer a menos que haya un cambio en el modelo económico y eso con ese presidente lo dudo que sea para mayor crecimiento sino mayor ralentización de crecimiento. Países como Colombia y Perú es dónde hay potencial de crecimiento, pero los gobiernos se van a oponer a ellos. Los países de menor población tienen potencial diferenciado, pero necesitamos más talentos y de esos países se fuga mucho talento. En Twitter @JnicaV