El Mal Economista

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¿Cómo se creó y cómo se financia el Estado Islámico?

Por Jairo F. Gudiño R.

Twitter: @JFernandoGRE @MalEconomista

A partir de tres artículos publicados recientemente, se explica de la manera más breve y concreta posible el origen y las fuentes de financiación del Estado Islámico. Los orígenes se remontan a la invasión de la Unión Soviética en Afganistán y al vacío político iraquí después de la invasión de Iraq en 2003 donde los shiíes monopolizaron la política nacional, mientras que las fuentes de financiación provienen de las rentas del petróleo, donaciones privadas y saqueos.

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Islamic State flag waving on the wind. Fuente: Liberty Law Site

La historia que se cuenta convencionalmente es la historia de los vencedores. Y en medio de una confrontación, ya sea militar o pacífica, se vuelve casi imposible contar la “verdad” de los hechos, teniéndose solamente versiones parciales. Sólo cuando una confrontación termina o se comparan diversos puntos de vista, es posible tener un relato más organizado e imparcial de lo que sucedió aunque el desorden prevalecerá siempre. Pero eso no impide que un investigador trate de buscar versiones relativamente imparciales, con todas las limitaciones que la subjetividad impone sobre los hombres.

El propósito en esta entrada es relatar brevemente el origen del Estado Islámico (ISIS) y cuáles son las fuentes de financiación de esta organización. Un lector juicioso de lo que está pasando tiene el absoluto derecho de refutar lo que se dirá, pero debe entender que es difícil discernir qué es confiable o no en un mar de noticias y análisis, y que un intento de resumir todo lo dicho debe valorarse. Versiones más completas quedan por hacerse.

1. El Origen

En  lo que sigue se tratará de explicar la compleja historia del origen del Estado Islámico. Durante el relato es muy importante tener en cuenta que los suníes y shiíes conforman dos corrientes religiosas separadas dentro de la religión musulmana, y las diferencias entre ambas corrientes tuvieron fuertes influencias en el nacimiento de esta organización.

La invasión soviética en Afganistán y la ocupación de Iraq en 2003

Osama Bin Laden y Al-Zarqawi, dos importantes figuras en las guerras libradas en Medio Oriente, fueron entrenados para combatir a las fuerzas soviéticas en Afganistán. Después de retornar de Afganistán Zarqawi formó, en 1999, un grupo extremista. Con la invasión de Estados Unidos a Iraq en 2003 este grupo extremista fue ganando prominencia, atrayendo la atención de Al-Qaeda. En 2004, Zarqawi juró lealtad a este grupo, empezando a dirigir un subgrupo de esta organización denominado Al-Qaeda en Iraq (AQI) (Beauchamp, 2015).

Durante estos años este grupo participó activamente en las confrontaciones entre suníes y shiíes en Iraq, bombardeando mezquitas shiíes y asesinando civiles, con la expectativa de que más miembros suníes frustrados se unan a la causa de este grupo extremista. Sus tácticas fueron tan terroríficas que los miembros más importantes de Al-Qaeda presionaron a Zarqawi para que abandonara estas tácticas, una vez los ataques militares de Occidente habían debilitado esta organización, además de que muchos suníes se había alzado en contra de este grupo porque no tuvo éxito en combatir a los frentes shiíes más radicales (un movimiento autodenominado «Amanecer»).

Zarqawi murió en una operación militar estadounidense en 2006, siguiendo Abu Bakr Al-Baghdadi el mando de AQI. Con una fuerte formación religiosa, Al-Baghdadi basó su mando en la captura de seguidores suníes, donde muchos de ellos habían sido el bastión de defensa de Saddam Hussein.

El vacío Político en Iraq después de la ocupación

Para el año 2009 muchos de los miembros de AQI habían muerto o estaban en prisión, mientras se ejercían duras represiones a las tribus suníes que no siguieran las órdenes de Baghdadi. Pero las nuevas circunstancias políticas en Iraq hicieron que renaciera de nuevo este grupo. El dominio político en Iraq estaba monopolizado por una élite shií bajo el apoyo de Estados Unidos: el primer ministro Nouri Al-Maliki basó su gobierno en líneas sectarias que favorecían a estas élites. Gran parte de los suníes, en comparación con los shiíes, tenían escasa participación política, se les había prohibido enseñar en escuelas y trabajar en fábricas, de manera que muchos de ellos eran desempleados.

El descontento resultante hizo que grupos extremistas como AQI ganaran más respaldo entre los suníes de nuevo. Sigue siendo un misterio que el gobierno estadounidense no haya considerado dentro de sus opciones promover la reconciliación entre suníes y shiíes, pero sí prefirió apoyar un régimen de únicamente shiíes (Cole, 2015), y he aquí la gran responsabilidad de Estados Unidos en la formación de este movimiento.

Por si fuera poco, gobiernos y donantes privados de países del Golfo Pérsico (Kuwait, Arabia Saudí y Qatar) no querían que Al-Assad siguiera en el poder en Siria, de manera que decidieron apoyar financieramente a AQI. Pero como se verá en la siguiente sección, este propósito no se logró, porque la preocupación no era inicialmente derrocar a Al-Assad, sino conquistar nuevas tierras y combatir la oposición.

La primavera árabe en Siria y el nacimiento de ISIS

Entre tanto, la Primavera Árabe del 2011 fue responsable del levantamiento en armas de jóvenes en Siria, un país vecino de Iraq, contra el régimen de Bashar Al-Assad. Como medida de represalia contra la oposición, Assad liberó un número bastante alto de extremistas que estaban en la cárcel, con la expectativa de que si estos apoyaban a la oposición, esta perdería aprobación del pueblo al condenar sus violentas acciones.

Aprovechando esta oportunidad, Baghdadi envió al diputado de su organización, al-Joulani, a Siria, con el fin de establecer nuevas conexiones con grupos extremistas. Antes que derrocar a Al-Assad, su propósito principal era vencer la oposición y conquistar nuevas tierras, bajo el mando de una rama de AQI denominada Jabhat al-Nusra, establecida en Enero de 2012. El número de miembros de esta rama creció rápidamente como resultado de esta expedición, hasta el punto que Baghdadi tenía miedo de que Jabhat al-Nusra se volviera un grupo independiente de AQI. Para tratar de retomar el control de Jabhat al-Nusra, Baghdadi hizo cambios en las estructuras de mando, y sustituyó el nombre de “AQI” (Al-Qaeda en Iraq) por “Estado Islámico de Iraq y Siria” o ISIS, para fusionar a AQI y Jabhat al-Nusra (Beauchamp, 2015).

Pero estos cambios no fueron de agrado a Al-Joulani, quien apeló a al-Zawahiri, líder de Al-Qaeda, para poner límites a Baghdadi. Este último rechazó los lineamientos de Al-Qaeda, de manera que ISIS y Al-Qaeda se configuraron como organizaciones independientes.  Como resultado, el movimiento jihadista en Siria se dividió, pero los primeros tenían mayor capacidad militar y económica que los segundos. ISIS tomó la ciudad siria de Raqqa y la estableció como capital, que hasta el día de hoy lo sigue siendo.

Los hechos más recientes

Liberando prisioneros de las cárceles y realizando atentados terroristas como el acontecido en París, el pasado 13 de Noviembre, el Estado Islámico ha tratado de llamar la atención y conquistar nuevos territorios. Sin embargo, la conquista de nuevos territorios no ha sido una tarea fácil. Además de perder en los últimos meses el 25% de su territorio, no logró conquistar los territorios kurdos en Iraq y Siria incluso después de declararse califato.

2.  Las fuentes de financiación

A pesar de que no se tiene un listado pormenorizado, se puede considerar que el Estado Islámico obtiene financiación en términos de capital humano y efectivo a partir de:

(a)    Rentas derivadas de la venta de petróleo: El Estado Islámico controla áreas que son ricas en petróleo u otros activos que son fuente de energía en los países desarrollados y economías emergentes, de manera que obtiene altos ingresos por la venta de productos derivados del petróleo. El territorio controlado por esta organización es casi del tamaño del Reino Unido, y en sólo la parte que controla en Iraq existen alrededor de 300 campos petroleros, donde los campos más grandes se localizan en Hamrin y Ajil. No obstante, ISIS es capaz de producir sólo un quinto de la capacidad que tienen Iraq y Siria, obteniendo petróleo gracias a la ayuda de países u organizaciones vecinas, como lo ha dicho al-Khatteb, director  del Iraq Energy Institute (Giovanni et. al., 2014).

Por si fuera poco, para ejercer control de las ciudades iraquíes ISIS controla la producción de carne y granos, dejando con hambre a quienes no le brinden apoyo militar o económico.

(b)   Secuestros: Las rentas obtenidas por secuestrar periodistas, extranjeros y miembros de pequeñas tribus o minorías nacionales conforma cerca del 20% de los ingresos de la organización. Aunque oficialmente muchos gobiernos europeos han negado pagar por las liberaciones de determinados prisioneros, confesiones anónimas en medios como Newsweek han documentado esta posibilidad.

(c)    Propaganda en redes sociales: A través de Twitter y Facebook el Estado Islámico difunde propaganda (sobre todo en inglés) para conseguir seguidores y donaciones por parte de individuos u organizaciones privadas, de manera que puede capturar capital humano y financiero. Cientos de cuentas se han creado para esta finalidad.

(d)   Donaciones de gobiernos y organizaciones de países del Golfo Pérsico: A partir de varios reportes recientes se han encontrado que gobiernos de países como Arabia Saudita, Qatar, Kuwait y una larga red de donantes privados como reyes, hombres de negocios y familias ricas han financiado a esta organización. La mayor parte de estas ayudas se realiza por medio de sistemas de cuentas en bancos, transacciones secretas con intermediarios y oleoductos para exportar petróleo por el golfo pérsico. La mayor parte de transferencias, a pesar de estos medios, se realizan en efectivo, de manera que los aeropuertos privados y las fronteras donde los controles son laxos como la frontera entre Siria y Turquía se convierten en puntos clave.

Además, la línea divisoria que existe entre ayudas humanitarias y financiamiento de grupos jihadistas se ha vuelto muy dudosa, puesto que esta última se realiza utilizando cargamentos con alimentos para refugiados, donaciones para ayudar a niños huérfanos y demás, como ha sido reportado por The Brookings Institution.

(e)    Asaltos a bancos: Gracias a la captura de ciudades medianamente grandes, el Estado Islámico ha podido acumular mucho dinero en efectivo. El Estado Islámico tomó control de un monto cercano a 1.5  billones de dólares al asaltar varios bancos en la ciudad iraquí de Tikrit. Y no suficiente con ello cobra altas tasas de interés a vendedores y negociantes.

(f)     Venta de piezas históricas: Más de un tercio de los 12.000 sitios arqueológicos de Iraq se encuentran bajo control del Estado Islámico, lo que les ha permitido excavarlos y venderlos a través de intermediarios a coleccionistas y negociantes, con piezas que datan de 9.000 A.C. a 1.000 D.C. (Beauchamp, 2015), destruyendo a su paso gran parte de las construcciones en donde se encontraban resguardadas. El mercado negro de piezas históricas más grande se encuentra en Turquía, que sirve de base para la venta de piezas valiosas de Medio Oriente en Europa, seguido por el de turistas en Jordania.

3. Conclusiones

Entender las condiciones que dieron origen al Estado Islámico requiere de un trabajo demasiado complejo, así que muchas historias contadas hasta el momento siguen siendo incompletas, como la que aquí se cuenta al lector. Queda mucho por decirse. Pero si hay algo claro, es que las noticias o investigaciones cuyo único propósito es reducir todo lo que ocurre a “conspiraciones del imperio norteamericano” o a “ataques terroristas de fundamentalistas” no permite entender muchas cosas, porque no solamente son discursos políticos que tratan de delimitar quién es el enemigo y quién no lo es de manera silenciosa, sino que impide que los lectores entiendan de manera más o menos organizada quiénes están combatiendo, por qué lo hacen y cómo ha transcurrido la guerra. Incluso si los medios masivos de comunicación internacionales transmitieran información libre de estos problemas, es muy difícil construir una historia coherente debido a la información que se tiene a menudo es excesivamente fragmentada.

A partir de la historia contada aquí se puede afirmar más o menos que: (a) El origen del Estado Islámico tiene que ver la exclusión del pueblo suní de la política nacional iraquí dominada por los shiíes después de la invasión de Estados Unidos a Iraq en 2003, como también del fuerte sectarismo que impera en Medio Oriente, debido quizás (y eso es lo que no trato aquí extensivamente) a que los gobiernos establecidos en muchos de estos países no han logrado construir naciones construidas más allá de corrientes religiosas (Cole, 2015); (b) El Estado Islámico obtiene financiación de rentas de petróleo, donaciones por parte de gobiernos y agentes privados del golfo pérsico, secuestros, venta de piezas antiguas, propaganda en redes sociales y asaltos a bancos. Por lo anterior, se puede concluir provisionalmente que debilitar a este grupo será más difícil que lo que Occidente cree que es.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Beauchamp, Z. (2015). ISIS, a History: How the World’s Worst Terror Group Came to Be. VOX.com. 19 de Noviembre de 2015.

Cole, J. (2015). How the United States Helped Create the Islamic State. The Washington Post. 23 de Noviembre de 2015.

Giovanni, J., McGrath, L. & Shakov, D. (2014). How does ISIS Fund its Reign of Terror? Newsweek.

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