Hernando Zuleta
Clusters de ilegalidad
En algunas ciudades hay zonas que se convierte en clusters de negocios ilícitos. En estos lugares, no suele haber presencia de autoridades y el orden es impuesto por quienes controlan el mercado de drogas ilícitas o los negocios de mayor impacto que se desarrollan al margen de la ley.
En el pasado reciente de Bogotá, hubo dos áreas de la ciudad con estas características: El Cartucho y el “Bronx”.
El Cartucho tiene origen en una zona residencial que comienza a perder valor comercial desde mediados del siglo XX. Con la llegada de la pasta base (el basuco) desde el Perú en los 70 se profundizan los problemas asociados a la indigencia y el micro tráfico. No obstante, es en los años 80 cuando empieza la construcción del cluster de negocios ilícitos. En esta época, el barrio comienza a ser ocupado por traficantes de droga, habitantes de calle y prostitutas. Al tiempo, se arman bandas criminales con diferentes especialidades, se cometen delitos diversos y la policía se abstiene de entrar en la zona. En los años 90, el Cartucho era una zona controlada por organizaciones criminales.
El fin del Cartucho llega a finales de los años 90 cuando la primera administración Peñalosa, decide intervenir el barrio, demoler las estructuras donde operaba el crimen y construir el parque Tercer Milenio. El efecto más notable de esta intervención fue una fuerte caída en la tasa de homicidios de la zona.
Infortunadamente, el fin del Cartucho marca el inicio de la consolidación del Bronx. La destrucción de este cluster de ilegalidad, hizo que los agentes las organizaciones que operaban en el Cartucho buscaran zonas cercanas para relocalizar sus operaciones. Aunque la alcaldía de Bogotá estableció un plan de intervenciones en zonas de riesgo. En particular, había ollas conocidas, pero de menor magnitud en el “Bronx”, “Cinco Huecos”, San Bernardo, La Estanzuela y Las Cruces, y el objetivo de las autoridades era evitar la consolidación de un nuevo cluster.
No obstante, este plan no tuvo continuidad y las mafias del microtráfico lograron reubicarse, mientras que adictos y habitantes de la calle llegaban a nuevas zonas de tolerancia. Así, el ‘Bronx’ fue conquistado por la mafia del microtráfico y se convirtió en el nuevo cluster de ilegalidad.
El fin del Bronx llega en la segunda administración Peñalosa, con un desalojo de las estructuras residenciales, programas de resocialización y un proyecto de transformación urbana. Además, hay un esfuerzo sostenido para reducir riesgos de relocalización de mafias.
¿Cómo surgen los clusters de ilegalidad?
Cuando una zona residencial comienza a deteriorarse, las estructuras residenciales pierden valor, los habitantes procuran mudarse a otros barrios y los negocios lícitos cierran o se trasladan. Así, el abandono profundiza la sensación de deterioro y comienza un círculo vicioso de abandono y deterioro. En estas circunstancias, es relativamente fácil la ocupación de locales y viviendas abandonadas y la operación de negocios ilícitos en estos lugares. Así, a medida que los clientes o usuarios aprenden de la existencia del nuevo cluster, los negocios ilegales florecen y las organizaciones criminales adquieren control sobre la zona.
Una intervención temprana de las autoridades y el esfuerzo de las comunidades por defender sus barrios puede evitar el surgimiento de estos cluster. No obstante, este tipo de intervenciones suele generar tensiones y, muchas veces, interacciones violentas.
¿Están surgiendo nuevos clusters de ilegalidad?
Las protestas adelantadas a partir del 28 de abril de 2021 generaron espacios de interlocución para grupos poblaciones son voz que no se ven representados por los líderes políticos del país en impulsaron temas de discusión acerca de la legitimidad de las instituciones, la política económica y la participación política. Infortunadamente, las protestas también estuvieron acompañadas de tensiones, abusos y violencia que, a su vez, exacerban la polarización y los problemas de legitimidad de las instituciones de seguridad.
Hoy, después de que los dirigentes del Paro Nacional hablaron del fin de las marchas y el comienzo de otras formas de protesta, hay zonas en las que persisten los disturbios, los enfrentamientos y el vandalismo. En particular, las llamadas zonas de resistencia en Bogotá están padeciendo el deterioro de la infraestructura pública, el acoso a los residentes y el cierre de los negocios legales. Asimismo, el comercio de drogas ilícitas se ha hecho descaradamente visible y las intervenciones de la policía toman la forma de batallas campales que terminan contribuyendo al deterioro de los barrios. En este escenario, es posible que los residentes de estas zonas busquen cambiar su lugar de residencia y al estado de caos se sume un estado de abandono. Si esto sucede, en al menos una de las llamadas zonas de resistencia, estaremos presenciando el surgimiento de un nuevo Bronx.