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Indignación, subsidios y pensiones

Hernando Zuleta

Indignación y transferencias de Dalton

En los últimos años las causas de indignación colectiva han sido muchas y diversas. Muchas veces, la indignación apunta a exigir algo al gobierno o a los gobiernos (nacionales, locales, multinacionales). Por supuesto, las medidas de política exigidas suelen tener efectos fiscales.  Puede haber indignación por impuestos abusivamente altos o aranceles destructivamente bajos; también puede haber indignación por la falta de apoyo (subsidios) a ciertos grupos de población, etcétera. No obstante, en estas líneas me refiero a una sola fuente de indignación: los subsidios que se otorgan a individuos o grupos de individuos ricos.

Tal vez, el caso más sonado de indignación colectiva por subsidios a individuos rico ha sido el de Agro Ingreso Seguro. Independientemente del diseño de la política o de si cumplía o no los objetivos para los que fue creada, a la mayoría de la gente le pareció inaceptable que se subsidiara en dimensiones importantes a individuos y a familias adineradas.

Este tipo de indignación está estrechamente asociado con un principio económico llamado el principio de las trasferencias de Dalton: Cualquier política que implique transferir recursos de agentes más pobres a agentes más ricos debe ser evitada.  Si los gobiernos actuaran de acuerdo con este principio, ninguna política aumentaría la desigualdad.

Infortunadamente, el principio de transferencias de Dalton puede entrar en conflicto con principios de eficiencia. En general, el objetivo de una mejor distribución del ingreso puede entrar en conflicto con el objetivo de un mayor crecimiento económico. Por ejemplo, desde los trabajos seminales Paul Romer, premio Nobel de Economía, muchos economistas consideran que para acelerar la investigación y el crecimiento, es útil subsidiar la acumulación de capital y garantizar derechos monopólicos a las firmas que hacen investigación.

Teniendo en cuenta esta tensión, es posible plantear un principio de transferencias de Dalton modificado:   Cualquier política que implique transferir recursos de agentes más pobres a agentes más ricos debe ser evitada, máxime si esta política no genera incentivos para el ahorro, la acumulación de capital o la investigación.

Pensiones

En Colombia, cerca de $38 billones del presupuesto nacional se destinan a financiar las pensiones públicas, de los cuales $13 billones van a Colpensiones. Así, el sistema público de pensiones es un sistema a través del cual todos los ciudadanos que pagan impuestos transfieren recursos a los beneficiarios de pensiones públicas.

¿Se ajusta este sistema al principio de transferencias de Dalton?

En general, el monto de las pensiones es una función creciente del salario, de manera que quienes han gozado de ingresos laborales altos también gozan de pensiones altas.  Hasta acá todo parece justo. No obstante, los subsidios a las pensiones más altas de Colpensiones, pueden alcanzar altas sumas de dinero.

En otras palabras, el sistema de pensiones públicas que se financia con presupuesto nacional subsidia cuantiosamente a individuos ricos.  Por ejemplo, un individuo de 50 años que ha cotizado durante 25 años a un fondo privado de pensiones y tiene un salario mensual cercano a los 20 millones puede incrementar el monto de su pensión en 5 millones de pesos si se traslada del fondo privado a Colpensiones. Esos cinco millones provienen de nuestros impuestos.

¿Tiene el sistema efectos positivos sobre ahorro o acumulación?

Siguiendo con el ejemplo. De no recibir el subsidio pensional, el individuo de marras tiene incentivos para generar un ahorro extra que le permita incrementar sus niveles de consumo durante los años en los que está pensionado. Recibir el subsidio, reduce la necesidad de ahorro y, por lo tanto, el efecto de este sistema de transferencias sobre el ahorro puede ser negativo.

En resumen, el sistema público de pensiones va en contravía del principio de transferencias de Dalton y debería generar tanta indignación como cualquier otra política regresiva.

 

Referencias

Hugh Dalton, “The Measurement of Inequality”, Economic Journal,  30, 119, (sept. 1920) pp. 348-361.

Paul M. Romer, «Increasing Returns and Long-Run Growth,» Journal of Political Economy 94, 5 (Oct. 1986): 1002-1037.

Paul M. Romer, «Endogenous Technological Change,» Journal of Political Economy 98, 5, Part 2 (Oct. 1990): S71-S102.

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