Hay personas que dedican una buena parte de su vida a quejarse de todo y culpar al mundo de lo que les pasa. Publican noticias falsas en las redes, replican mensajes ofensivos, comparten análisis imprecisos que muchas veces no entienden o, simplemente, viven señalando a otros y protestando con ira contra la situación que les tocó vivir. Son personas que prefieren el camino del Pobresismo en lugar de tomar control de sus vidas y construir ellos mismos el futuro que quisieran alcanzar.

¿Sirve de algo todo eso? La evidencia muestra que no. Por ejemplo, las personas con miedos y frustraciones que publican mensajes de polarización en las redes sociales terminan por acentuar sus miedos y frustraciones, especialmente cuando los algoritmos les ofrecen más y más publicaciones afines a su ideología.[1] Si hicieran una pausa y pensaran acerca de lo que están logrando con su conducta podrían notar que ha pasado el tiempo y, sin embargo, su situación no ha mejorado.

Se entendería el Pobresismo si generara algún tipo de cambio. Si quejarse fuera una forma de progresar, por supuesto que sería recomendable hacerlo. Pero la forma de tener éxito en la vida es otra.

Entonces, ¿por qué lo hacen?

¿Padezco de Pobresismo?

Una de las principales causas del Pobresismo es el mercadeo político que siembra el miedo entre la gente y lleva a las personas a votar por un candidato salvador, un héroe que las va a liberar del imperio del mal (lo explico en detalle en este artículo: https://blogs.elespectador.com/economia/sobre-hollywood-y-la-politica-latinoamericana/)

No es fácil detectar si uno mismo está siendo manipulado porque las personas tendemos a aprobar la evidencia que confirma nuestros prejuicios y, de esta forma, encontramos razonables los argumentos de quienes piensan como nosotros[2].

Entonces, se hace necesario diagnosticar si uno sufre de Pobresismo. Un test simple que propongo para esto es el siguiente.

Responda con honestidad las siguientes 5 preguntas:

  • En dos minutos, ¿es capaz de decir tres cualidades del político que menos le gusta?
  • En dos minutos, ¿es capaz de decir tres defectos del político que más le gusta?
  • ¿Publicaría en redes las cualidades y defectos del punto anterior?
  • Escriba tres cosas que hayan salido mal en su vida. ¿Fue culpa suya?
  • Escriba tres cosas que le gustaría que pasaran en su vida. ¿Depende de usted que estas cosas ocurran?

Si respondió NO a tres preguntas o más, es posible que usted sufra de Pobresismo y su reto, en consecuencia, es desintoxicarse.

Afortunadamente, existen tres frentes de acción que son suficientes para acabar con este mal.

Acabar con el Pobresismo (1) – Tomar control de nuestra vida

Solo sale de la pobreza quien sabe hacer dinero. El camino correcto para esto es trabajar con mucho esfuerzo y con una voluntad inquebrantable en lo que se tiene talento. Hay que intentarlo una y otra vez, hasta que aparezcan las oportunidades y, solo entonces, se podrá transitar el camino del éxito (lo explico en detalle en este artículo: https://blogs.elespectador.com/economia/odiar-a-todos-los-ricos-aumenta-la-pobreza/).

En otras palabras, se supera el Pobresismo cuando se decide tomar control de la vida propia. Para la mayoría de nosotros, es difícil abrir puertas, pero las posibilidades pueden aumentar considerablemente si se siguen dos recomendaciones:

  • La primera es acercarse a empresas y empresarios, es decir, hacer conexiones con quienes pueden multiplicar las oportunidades de éxito. Hable con los amigos y con los amigos de sus amigos. Evite los discursos de odio que solo lo van a alejar del éxito y, más bien, conecte positivamente con otras personas.
  • La segunda recomendación es la siguiente: quédese donde valoran su trabajo. Si no se rodea de gente que lo valore, va a terminar creyendo que usted no tiene ningún talento. Este es justamente el peligro de vivir de los subsidios y depender de personas que lo consideran a usted como un “bueno para nada” y le “regalan dinero”.

Como dijo Sartre, “…el hombre no es nada más que su proyecto, no existe más que en la medida en que se realiza…”[3]

Acabar con el Pobresismo (2) – El liderazgo empresarial

Para hacer dinero se necesitan esfuerzo, talento y resiliencia. Pero, sobre todo, conexiones, es decir, acceso a oportunidades.

Los empresarios somos creadores de oportunidades y por eso, debemos asumir nuestro rol de liderazgo en nuestras comunidades para legitimar nuestras empresas. Es en las empresas en donde progresamos todos.

No somos víctimas del contexto, como pregona el Pobresismo; somos sus arquitectos. Cada decisión estratégica, cada inversión en talento y cada apuesta por la innovación empujan ese entorno hacia mejores resultados.

Si queremos un negocio sostenible y un país próspero, debemos traducir los desafíos sociales en oportunidades de creación de valor, con visión de largo plazo, evitando caer en miedos que nos paralizan.

En un artículo próximo explicaré en mayor detalle el concepto de valor compartido, clave para legitimar las empresas y, al mismo tiempo, maximizar el valor en el largo plazo. De momento, baste con decir que la meta es lograr tanta legitimidad en nuestra empresa que nadie pueda creer en los discursos anti-empresa que gritan quienes promueven el Pobresismo.

Superar el Pobresismo (3) – El rol del gobierno

“Voten por mí que el otro es peor”. Ese es el mensaje de los candidatos políticos que pregonan el Pobresismo. Algunos amenazan con un caótico regreso al pasado. Otros, con el peligro de continuar transitando el camino hacia el abismo.

Es un error, sin embargo, votar por un candidato con discurso Probresista, porque si elegimos a cualquiera, va a gobernar de cualquier manera.

Así, la tercera forma de acabar con el Pobresismo es apoyar a candidatos que tengan propuestas serias que promuevan el fortalecimiento del empresariado y, con ello, la multiplicación de oportunidades de éxito para todos.

Lo mejor para todos es que haya muchas empresas muy buenas que compitan por el talento. Cuando desaparecen empresas, con ellas desaparecen las oportunidades de progreso. El peor escenario es cuando se forman monopolios, especialmente los estatales, que terminan aprovechándose de las personas (lo explico en detalle en este artículo: https://blogs.elespectador.com/economia/odiar-a-todos-los-ricos-aumenta-la-pobreza/).

En suma, es momento de actuar sin dejarse contagiar del miedo, acabar con el Pobresismo y tomar control de nuestras vidas para hacer conexiones, brillar con nuestro talento y construir con nuestro esfuerzo el futuro que nosotros mismos queremos forjar.


[1] Kubin, E., & von Sikorski, C. (2021). The role of (social) media in political polarization: A systematic review. Annals of the International Communication Association, 45(3), 188–206. https://doi.org/10.1080/23808985.2021.1976070

[2] Wason, P. C. (1960). On the failure to eliminate hypotheses in a conceptual task. Quarterly Journal of Experimental Psychology, 12(3), 129–140. https://doi.org/10.1080/17470216008416717

[3] Sartre, J.-P. (2009). El existencialismo es un humanismo (V. Praci de Fernández, Trad.). Edhasa. (Obra original publicada en 1946)

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