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Serbia extrema

“En el otro partido nos vengaremos”, expresò uno de los protagonistas involucrados en el bochornoso escàndalo politico-futbolero de la noche del martes en Gènova.  La advertencia clara y contundente,  pone en alerta a las dos naciones que en octubre de 2011 se enfrentaràn en Belgrado. “Despuès de lo que ha sucedido que esperaban?”, terminò  desfiante el hombre interrogado por la Gazzeta dello Sport.       

En el  fùtbol existe el crimen organizado. Diferentes bandos estàn involucrados.  Hoy todos repudian y se descargan en contra de Ivan Bogdanov, la cara visible del conflicto. ¿Pero el sòlo  puede causar semajente escàndalo? ¿Còmo un hombre de aspecto brutal y tatuado hasta las entrañas logra superar todos los bloques de seguridad?  ¿ Còmo entraron pinzas, bombas de fabricaciòn casera, bengalas y armas blancas? Surgen miles de interrogantes, sin embargo,  el “hombre negro” està tras las rejas y para algunos el tema ya està resuelto, aunque no sea cierto. El imputado es solo una carta del mazo.  

Bogdanov , el hombre que acaparò todas las miradas con gestos desfiantes, fue arrestado en la madrugada italiana por agentes de inteligencia que lo hallaron en el portaequipaje del ùltimo bus que llevaba de regreso a su paìs a la parcialidad serbia. De 30 años de edad, es considerado uno de los hombres claves de los “Ultra Boys” del Estrella Roja de Belgrado, seguidores  nacionalistas de extrema derecha. En su contra figuran cargos que incluyen riñas callejeras,  lesiones personales , agresiòn a oficiales de la fuerza pùblica, organizaciòn de peleas ilegales entre animales y tràfico de estufecientes.  Tiene tatuada una granada en el pecho y lleva en el antebrazo el nùmero 1389, sigla que representa  el año de la derrota en la Batalla  de Kosovo contra el imperio turco Otomano.  “Tengo  pasado como militar en mi paìs. No tengo nada contra Italia, pero si contra mi selecciòn”, declarò tras la detenciòn el hombre conocido como “Coi” dentro del grupo de nacionalistas serbios.

“Somos nacionalistas y estamos en contra del Ingreso del Serbia a la Union Europea. En Belgrado no podìamos manifestarnos asì  y Gènova era el palco escènico perfecto para dar a conocer nuestras ideas”, fue la descarga de otro anònimo a la cadena deportiva Sky. Un semana antes Hillary Clinton se habìa reunido con el Presidente serbio, Boris Tadic, para apoyar el ingreso de los balcànicos a la comunidad europea. Ese argumento, sumado a la destituciòn de Radomir Antic como tècnico y el fichaje del portero Vladimir Stoikovic al Partizàn de Belgrado (con pasado en el Estrella Roja y señalado como el principal responsable en la derrota ante Estonia)  desataron el caos.  

Dìas despuès de la caìda contra los estonios, Hinchas de Partizàn, Estrella Roja y Vojvodina, todos finaciados, habìan llegado a Italia para planificar el sabotaje. “Todo estaba organizado”, dijo entre làgrimas el capitàn Stankovic una vez suspendido el partido. Todos sabìan y nadie hizo nada. Solo el diario “Press” de Belgrado se atreviò a denunciar antes del partido la peligrosidad de los hombres que tenìan como objetivo imperdir el desarrollo del juego. Sucediò y el hecho dejò en evidencia la poca prevenciòn de la seguridad italiana. Se dispararon las crìticas. La policìa serbia asegura haber enviado un fax advirtiendo el viaje de los vàndalos. Y los italianos dicen haberlo recibido, pero sin las respectivas especificaciones. Dirigentes, policìas y polìticos se siguen pronunciando pero ninguno hace autocrìtica. Todos evaden cualquier tipo de responsabilidad.   

Hasta ahora el saldo es de 8 serbios arrestados (incluido el protagonista de la historia), tres condenados  y varios heridos. Los imputados fueron distribuidos en las càrceles de  Marassi y Pontedecimo.  Los daños estan evaluados en 80 mil euros (60 mil  para arreglar los daños en la tribuna y otros 20 mil para la fachada del Palazzo Ducale). Este es el conteo en territorio italiano. El caso ya està en manos de la Eufa. Sin embargo, ya no hacen falta las advertencias. Fueron anunciadas  en un claro mensaje. Es cierto, falta un año para el pròximo desafìo, pero en Serbia cuando se reviva lo sucedido todos esperan contar  otra historia.

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