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Barcelona – Inter: El desenlace esperado

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 “Dejaremos la piel”, frase corta, diciente y contundente. Expresa el deseo que ya todos sabíamos pero que aún ningún jugador azulgrana se había atrevido a exponer ante cámaras ni micrófonos. Es un claro mensaje de orgullo y convicción. Es una clara invitación de un grupo de campeones heridos a un acontecimiento que puede ser histórico por todos los ingredientes que lo han rodeado. Desde un viaje en autobús hasta los polémicos fallos del portugués Olegario  Benquerenca. Esa mezcla de sucesos, sumado a la calidad futbolística de los protagonistas, harán del encuentro en el Camp Nou un escenario digno de leyenda.   

En San Siro la clase táctica de Mourinho dejó en evidencia su grandeza como entrenador. La decisión de ganar el duelo por presión en todos sectores del campo con intensidad, asfixiando la salida de los defensores,  incomodando a Xavi y dejando prácticamente fuera de circulación a Messi , fueron la muestra de lo que es capaz de hacer el famoso Special One. Su Inter redujo el juego del Barza a límites insospechados y lo venció con la claridad que ninguno había podido.  No cabe duda de que es un estudioso del juego y sus detalles. Tampoco es un secreto que su obsesión por la alta competencia lo convierte en un personaje controvertido dentro y fuera del campo. O blanco o negro. Nunca gris. Es el reflejo de su personalidad.

En eso mismo se ha convertido el Inter, en un equipo lleno de carácter que refleja lo que es su técnico en temas competitivos. Encontró lo que le faltaba para competir a lo grande en Europa  y hoy está a 90 minutos de volver a los primeros planos del planeta. Si avanza será una victoria histórica venciendo a un rival que ya forma parte de ella. Si pierde se irá con la frente en alto  pero con el sinsabor de la oportunidad que fue y que no pudo ser. Es una apuesta inmensa, la más importante del club en 45 años, los mismos que han pasado desde su última conquista en el viejo continente.     

Lo de Barcelona pasa por otro lado. Su dominio en Europa ha sido tan claro que una derrota no basta para juzgar su excelencia competitiva.  Y si de carácter se trata, está más que comprobado y certificado lo que pueden hacer los hombres de Guardiola. Sin embargo, no deja de ser tentador ver a un campeón contra las cuerdas para ver cómo puede reaccionar.  Futbolísticamente le  sobran argumentos para lograr el objetivo, pero la incógnita de Pep a escasas horas del inicio, pasa en cómo romper la presión de los italianos y sus posteriores contraataques. La idea táctica de Guardiola  será la misma: cuatro hombres en el fondo, con Milito ocupando el lugar del suspendido Puyol, líder indiscutido de la defensa. Más adelante con Xavi, Busquest y Keita; y el trío atacante conformando por Pedro, Ibrahimovic y Messi. La única duda es  lateral izquierdo. Si vuelve Abidal a la banda tendrá un jugador con más vocación ofensiva. En esa tarea, (salvo la jugada en Milán) Maxwell es más conservador.

Milito de buenas prestaciones tras su retorno será el encargado de frenar los embates de su hermano Diego, hoy por hoy el  atacante más decisivo  del equipo interista. Será encantador verlos enfrentados de nuevo en la noche catalana. Sus enfrentamientos siempre dejaron un capítulo aparte en cada partido. Como olvidar  la carrera airada de Diego hacía Horacio Helizondo para pedir la expulsión de  su hermano en  el clásico Racing – Independiente del 2003.  Su parentesco nunca ha sido un motivo de complacencia dentro del campo.  Se vieron la cara como rivales por última vez en la temporada 2007 -08 en un Zaragoza – Barcelona. Allí Diego erró un penal mientras Gabriel le gritaba a Valdez a que palo debía lanzarse. Sin duda será una reseña dentro de esta gran historia.  

La ausencia más notoria  en el once de Pep será Andrés Iniesta. Fuera de competencia desde el clásico en Madrid por lesión, su talento se extrañará.  Keita ocupará su lugar y será el volante con mayor despliegue en la banda izquierda. Busquets dará el equilibrio y Xavi llevará la batuta de la orquesta. Ibrahimovic será una vez más la referencia neta ante los rústicos Lucio y Samuel. Mientras que Messi y Pedro serán los encargados de mover la defensa en todo el frente de ataque.        

Por parte de los italianos, la posible ausencia de Snijder es un punto clave para Mourinho. Sin el holandés el Inter perdería al jugador más lúcido del mediocampo y asimismo  una pieza clave para evitar la progresión de Xavi. En la ida fue siempre el primer escollo para el crack del Barcelona. Sin él en la formación los planes del portugués cambiarían de forma notable, dado que en la plantilla no cuenta con un jugador de sus características. En ese caso incluiría un volante más para jugar al lado de Cambiasso y Thiago Motta. La otra opción podría ser la inclusión del rumano Chivu en la banda izquierda y adelantar a  Zanetti a la zona de volantes.  Todo un ajedrez en la antesala, aunque Mou nos tiene acostumbrados a la sorpresa.

Todos los detalles son dignos de análisis antes de esta gran cita. La estadística dice que en dos de cinco oportunidades Barcelona remontó un 3-1 en contra, en un mano a mano de Champions. El último en 1999 frente a Chelsea al que goleó 5-1.  Han pasado casi 11 años desde  aquella victoria. Sin embargo, ni el dato, ni las contundentes victorias frente a Stuttgart y Arsenal garantizan el camino  al  éxito. También hay datos que hacen pensar que la eliminatoria puede favorecer al Inter. El 0-0 de Chelsea es una referencia más que válida en términos estratégicos. El otro punto de observación es la victoria del Rubin Kazan en la fase de grupos. Si bien puede ser considerada una referencia en menor medida por la manera en que ocurrió, no deja de ser interesante.         

El juego no ha concluido y en Italia los pronósticos son medidos. Ni el diario más sensacionalista se atreve a sellar una victoria. En Cataluña el positivismo invade medios y afición. Los mensajes crecen a diario y los jugadores respondieron con su camiseta. Prometieron dejar la piel, pero también estamos seguros de que el Inter entregará hasta la última gota de sudor. 

 

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