Un nuevo telón en esta amarga historia sin fin ha caído pesadamente sobre las esperanzas de aquellos que nos resistimos a que Millonarios, el otrora equipo más importarte de Colombia y símbolo en el exterior de nuestro fútbol, vaya a la extinción.
Era casi predecible el resultado de la asamblea ordinaria de Millonarios… No es para sorprenderse que Juan Carlos López se rehusara a dar un paso al costado… No genera el mínimo asombro cómo contra el deseo de la mayoría de los presentes, no así de los derechos representados, el balance haya sido aprobado…
Si existiera seriedad, el gobierno hoy mismo debería intervenir al equipo y no esperar los famosos 15 días que han quedado pactados para la asamblea extraordinaria.
En el colmo del descaro, López y compañía, están esperando que el gobierno les aclare cómo se les reinvertirá el dinero de su derechos, los cuales estarán en el limbo en el momento que entre a oficiar el famoso administrador.
Pero ahí también me quedan dudas… ¿De dónde van a salir los 30 mil millones de pesos que están anunciando? ¿Con qué dinero va a funcionar Millonarios luego de cancelar esos montos? ¿Quién nos asegura que una vez esa plata haya sido bien cursada, nuestros “queridos” poseedores de derechos venderán?
El bálsamo que representó en lo deportivo ganarle a Santa Fe el pasado domingo, no alcanza para resanar las heridas administrativas producidas por un comité directivo que no se ha cansado de demostrar su ineptitud, sino que además, tal y como siempre se supo, a estos personajes solo les interesa su propio beneficio económico, salvaguardar sus mal llamadas inversiones, aun por encima del amor y el dolor de la hinchada que lentamente se ha venido alejando de las tribunas por su culpa.
En estos 15 días cualquier cosa puede pasar. Solo resta seguir esperando un desenlace propio de una épica película de acción, donde el héroe herido y a punto de ser eliminado, saca fuerzas de flaqueza, extermina a su contrincante y resurge como el Fenix. Esperemos que así sea.