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Publicado el David Leonardo Carranza Muñoz

Win+, BetPlay y un fútbol colombiano proclive a la trampa: Millos 2 Equidad 2

El día comenzó con incertidumbre: jugaba Millos y no había dónde ver el partido. Ni los suegros ni los cuñados gastaron esos 30.000 pesos que separan al hincha de su equipo. Si no había voluntad para pagar el flamante Win Sports +, mucho menos realidad para pagar 87.000 pesos por una tarde de fútbol en pareja. El panorama está difícil después de un enero eterno y en el comienzo de un febrero de 29 días.

Hasta las 5:38 de la tarde, cuando el partido iba por los 18 minutos, pudimos conseguir una señal pirata por internet. Esa que de vez en cuando se pixela y en la que la pelota es un cuadrado blanco viajando por la pantalla.

Tardó poco el encuentro periódico con la desazón. Cerca al minuto 38, Equidad hizo el primer gol luego que el árbitro Jhon Hinestroza les regalara una posesión de balón. Hansel Zapata, a pesar de que a mi juicio mejoró en este campeonato, tuvo la ingenuidad de su tocayo del cuento de hadas.

Ese gol fue desleal, lo dijo Gamero y lo respaldo. Pero este es un deporte marcado por la trampa donde los actos leales son una excepción. Tal vez por eso a Bielsa le llaman el Loco, porque compite con valores en un mundo que hace tiempo desechó la idea del juego limpio.

Esa inclinación a la trampa hace sospechoso que la liga colombiana sea patrocinada por una casa de apuestas. Nadie hace preguntas sobre lo conveniente o no de esa alianza, pero (porque) todos tienen intereses.

Luis Bedoya, expresidente de la Federación Colombiana de Fútbol, está en EE.UU. para responder por los delitos de fraude en transferencia bancaria y conspiración de soborno, según él mismo aceptó. Bedoya, junto con el presidente actual de la Federación, Ramón Jesurún, y Álvaro González, uno de los vicepresidentes, fueron acusados por la Fiscalía de haber recibido sobornos para favorecer al operador TicketYa en la elección de la empresa que se encargaría de la labor de logística y venta de la boletería para los partidos de la selección. Cada uno habría recibido mil millones de pesos, de acuerdo con el ente investigador. Parece que las personas al mando de las entidades del fútbol en Colombia están en este negocio más por amor a la plata que al deporte. Las sospechas tienen razón de ser.

Al partido no vale la pena volver. Otro empate amargo: 2 – 2. Apenas dos puntos de nueve en un torneo corto en el que clasifican los cuatro primeros. Es tiempo de darle la razón a mis compañeros de trabajo cuando discutíamos si con este equipo era suficiente para estar en las primeras posiciones: yo, con la ceguera que produce la ilusión, decía que con los jugadores de Millos era posible lograrlo siempre y cuando pusieran actitud; ellos decían que el equipo no se reforzó bien y que no tiene chances. Hoy, apenas a tres fechas de empezar el torneo, cambié de opinión. Pienso que si Russo, Pinto y Gamero no pudieron con este proyecto es porque algo en el fondo está mal. O, tal vez, porque no hay tal.

Millonarios no gana desde el 26 de septiembre de 2019. Como si fuera poco, hay que soportar la risa de Faryd Mondragón cuando un jugador le dice a otro hijueputa y comenta sin gracia: “Estamos en horario familiar. Le dijo algo de la fruta” y vuelve a reírse creyéndose chistoso. Hay pocos jugadores buenos, pocos árbitros de calidad, están los mismos periodistas desacertados desde hace 20 años y además hay que pagar un canal. ¡Qué viva internet!

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