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Publicado el Andres Vargas

DJOKOVIC ENTIERRA LA ILUSIÓN DE FEDERER

Andres Vargas @Andresvarperaza

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Minutos antes de que los protagonistas ingresaran a la cancha apareció una invitada especial: la lluvia. Tras un retraso de tres horas, se disputó la primera final del Abierto de los Estados Unidos dirigida por una juez de silla de sexo femenino. Eva Asderaki-Moore, presenció como Novak Djokovic enterró la ilusión de Roger Federer, después de tres horas y veinte minutos de juego (6-4, 5-7, 6-4, 6-4) y así  levantó su segunda corona en este terreno y la décima en torneos ‘major’.

September 13, 2015 - Novak Djokovic in action against Roger Federer (not pictured) in the men's singles final match during the 2015 US Open at the USTA Billie Jean King National Tennis Center in Flushing, NY. (USTA/Ned Dishman)
September 13, 2015 – Novak Djokovic in action against Roger Federer (not pictured) in the men’s singles final match during the 2015 US Open at the USTA Billie Jean King National Tennis Center in Flushing, NY. (USTA/Ned Dishman)

Con ímpetu Novak Djokovic salió de devorarse todo lo que fuera en contra de su objetivo. Los primeros games fueron una muestra de ello. En el juego inicial avisó pero las tres opciones de quiebre que generó no se tradujeron en el marcador. No obstante, el camino era el correcto. No jugar a las lineas e intentar alargar los puntos lo más que pudiera. El regalo llegó para él en el tercer game pero en un abrir y cerrar de ojos se le escapó la ventaja. Su tónica no cambió y el premio a la regularidad (terminó el parcial con 7 tiros ganadores y 8 errores no forzados) volvió en el  mítico séptimo game que iba a decidir el desenlace de un set que sería importantísimo a la hora de coronar el campeón del Abierto de los Estados Unidos 2015.

Por su parte a Federer le jugó una mala pasada la ansiedad. En su intento por acortar los rallies falló más de lo permitido (15 errores no forzados) ante un rival de este talante, y el saque no le acompañó en los momentos claves (48 de puntos ganados  con el segundo servicio). Sin embargo, los campeones se caracterizan por no mirar atrás  y olvidar rápidamente cualquier fracaso que se cruce en su camino. Entonces el suizo avisó en el inicio de la segunda manga. Cinco opciones de quiebre desperdiciadas dejaban un mensaje claro: ‘quiero mí título 18° de Grand Slam’. Djokovic zafó en ese momento pero el ambiente hacía prever que el partido cambiaría de dueño, por lo menos en ese parcial.

Federer afiló su servicio y desde allí empezó a tejer la igualdad en el marcador. 21 de los 23 puntos que disputó con su primer saque quedaron de su lado y con la tranquilidad de que su arma estaba de vuelta se soltó a la hora de restar. En el décimo game generó dos bolas de set pero errores ingenuos le condenaron a alargar su osadía en una manga que más que importante. ‘Una vez se me escapa pero dos no, seguramente pensó’. Federer tomó aire, volvió a tener una oportunidad, y con lujo de detalles hizo explotar las gradas del estadio más grande de este deporte. Todo estaba como al inicio.

Djokovic aguó la celebración,  y con un rápido quiebre hizo recordar a los casi 16.000 espectadores quien era el número 1 del mundo. Pero como en el primer set, Federer contragolpeó enseguida y emparejó el parcial. La intensidad se apoderó de cada uno de los intercambios que se presentaron en los siguientes games y por momentos el helvético lució mejor. Aunque eso no le sirvió de mucho, pues nunca concretó las opciones de ruptura que generó. Estando 4-3 esa derecha que tantos títulos y alegrías le dio a su carrera evitó que se pusiera 5-3. Un fallo terrible le daría un giro al partido. Djokovic aguantó y pasó de estar contra las cuerdas a confirmar con su servicio que iba camino a su segunda corona en Nueva York.

Las piernas del maestro suizo se empezaron a fundir. Cada minuto que pasó fue un castigo para el cinco veces campeón en Flushing Meadows. Entonces Djokovic vio la luz al final del túnel. Con un tenis brillante y con el físico como respaldo, consiguió un quiebre tras otro y se dispuso a servir para el encuentro. Su mano tembló y Roger lo aprovechó. El serbio necesitó sacar dos veces para finalmente reafirmar al mundo que esta es su era y plasmar en los pergaminos de este deporte que gracias a él, el jugador más amado del planeta tenis no ha podido volver a levantar una corona de Grand Slam. Djokovic enterró la ilusión de Federer y de millones de  personas que se enamoraron de este deporte debido a la magia de un tal RF.

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