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Publicado el Andres Vargas

CADA DÍA ES MÁS DIFÍCIL SER PROFESIONAL EN EL TENIS MASCULINO

Felipe Berón @pipeberon

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La afición por el tenis ha crecido en los últimos años, causada, en parte, por la cercanía que genera la transmisión de los torneos más importantes a través de sistemas de cable y jugadores que cada vez son más cercanos a sus aficionados por medio de las redes sociales. Esto les permite a los jóvenes querer emular a esos grandes profesionales; tienen la posibilidad de seguirlos en las transmisiones, a través de “streaming”, y sus redes sociales. Muchos niños sueñan desde muy jóvenes con ser un “Top” de esos que siguen.

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Así, empiezan a practicar el deporte desde chicos y a jugar torneos de clubes, nacionales y juveniles. Siempre con un esfuerzo personal y de los padres, guiados por entrenadores de los clubes o ligas. Hasta ahí, todo bien. El deporte como disciplina y diversión, empieza a cambiar entre los 14 y 16 años. Es ahí donde jugadores y padres, empiezan a preocuparse por el colegio, la preparación física, la calidad del entrenamiento y la intensidad, entre otros factores.

Algunos padres están tomando la decisión a temprana edad de enviar los hijos a entrenar fuera del país, en ocasiones desintegrando la familia, todo en búsqueda de ese sueño por el profesionalismo. En otra ocasión, más adelante, trataré ese tema y por qué existe la creencia de que en Colombia no existe la posibilidad de entrenar “bien” a un tenista.

Este deporte exige que a una edad muy temprana se decida empezar el camino al profesionalismo, y es en ese momento donde los padres y los jugadores, toman decisiones que les cambian considerablemente la vida. Con frecuencia se me acercan padres a pedir consejo sobre ese momento. Y es este el motivo que me lleva a profundizar un poco en el tema.

Qué entiendo yo por ser profesional?

Ser profesional es dedicarse habitualmente a una labor y vivir de esa labor.

Resulta que en el tenis para que realmente se pueda “vivir” de él, hay que estar entre los primeros 150 del ranking mundial y durar allí, por lo menos, un par de años. El problema, y el gran logro, es llegar ahí. Para ubicarse entre los 100 y 150 del ranking hay que invertir alrededor de $100.000 dólares al año. Se calcula que más o menos 4.000 jugadores inician cada año en los torneos Futuros y Challengers y un porcentaje muy bajo de esos jugadores llegan a los 150 mejores del ranking. Los jugadores Top se quedan con más del 60% de la totalidad de los premios y puntos.

Sin considerar el talento, la disciplina, el entrenamiento (esto incluye el entrenador y preparador físico), los costos de jugar torneos, hay aún más barreras por superar para llegar a ser Top 100:

1. El recambio generacional es más lento.
Cada vez hay menos recambio generacional en los 100 primeros del ranking. Los jugadores están durando más tiempo “metidos arriba” y la edad de mayor rendimiento se está dando entre los 28 y 32 años. Esto es debido a que los jugadores se están cuidando más físicamente y las ayudas nutricionales y médicas que hay en la actualidad permiten que los jugadores estén en óptimas condiciones a estas edades. Si a esto le sumamos toda la experiencia que han acumulado con los años, tenemos a unos jugadores casi que imbatibles.

Los rangos de edad de los jugadores Top 100 del ranking ATP están así*:
Mayores de 35 años: 4 jugadores
Entre 30 y 35 años: 38 jugadores
Entre 25 y 30 años: 44 jugadores
Entre 20 y 25 años: 12 jugadores
Entre 18 y 20 años: 2 jugadores

En las mujeres el ranking WTA tiene la siguiente distribución de edades:
Mayores de 35 años: 1 jugadora
Entre 30 y 35 años: 14 jugadoras
Entre 25 y 30 años: 40 jugadoras
Entre 20 y 25 años: 41 jugadoras
Entre 18 y 20 años: 4 jugadoras

2. Cuadros más pequeños en la clasificación de los ATP 250.
Empezando el 2016, la ATP hizo un cambio en el número de jugadores que juegan la clasificación de los torneos ATP 250. Estos cuadros pasaron de ser de 32 jugadores a 16 jugadores. Esto significa que muchos jugadores que están entre el 100 y 150 que jugaban estas “Qualys”, ya no entran y les toca jugar más “Challengers”. Los jugadores que por ranking juegan Challengers ya no entran y les toca jugar Futuros. Por lo tanto, esta decisión generó un desplazamiento de jugadores entre estos niveles de torneos, disminuyendo los cupos disponibles en los de más bajo puntaje.

De esta forma, se eleva aún más el nivel de dificultad para los jugadores jóvenes. La posibilidad de lograr un cupo para disputar un cuadro de clasificación en los Futuros y sumar puntos es una hazaña. Si a esto le sumamos la diferencia tan grande de puntos que hay entre los Futuros, los Challengers y los ATP, podemos concluir que para lograr sumar, ganar y estar arriba, el nivel de exigencia, rendimiento y costos es muy alto. Luego, el patrocinio es indispensable.

En Colombia, por fortuna, cada vez estamos viendo más empresas apoyando el tenis, empezando por Colsanitas, siguen Celsia-Argos, Frisby, Milo, Head, y Postobón. Algunos de estos patrocinios aún son bastante tímidos para las necesidades de un tenista profesional. Por lo tanto, falta mucho más apoyo.

Por este motivo, para los jugadores que sueñan con ser profesionales, pero no tienen un patrocinio económico que les permita viajar a jugar torneos y sumar puntos, les estoy recomendando que busquen una beca en una universidad en los Estados Unidos que tenga un buen equipo de tenis. Estudien, sigan entrenando y compitiendo. En varias universidades se maneja un muy buen nivel de tenis, ahora tienen la oportunidad de jugar torneos profesionales e ir sumando algunos puntos. Cuando terminen la carrera van a tener alrededor de 22 o 23 años (el 88% de los Top 100 tiene entre 25 y 35 años), ya desarrollados físicamente, con mucha más madurez y experiencia competitiva, y si realmente lo que quieren es dedicarse al tenis profesional, pueden empezar el recorrido de Futures y Challengers, pero ya con una carrera universitaria.

*Según ranking de agosto 1, 2016.

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