Gol de Camerino

Publicado el Pablo Ríos González

Una oportunidad en medio de la incertidumbre

No está James, Yepes se retiró, Falcao ya no es el mismo, Abel Aguilar sigue sin recuperarse y Ospina no tiene continuidad en su club. A través de unas gafas desesperanzadoras, esos cinco puntos podrían resumir el presente de la selección Colombia.

Crédito foto: cablenoticias.tv

Suena preocupante, ¿no? Sin embargo, esos aspectos negativos pueden convertirse en positivos en apenas 180 minutos.

Hace poco más de un año, antes de que comenzara el Mundial de Brasil, la situación era parecida. Radamel había sido clave para conseguir una entrada a la fiesta en la que él no iba a poder bailar. Pero ¿qué pasó? James Rodríguez, el que siempre estaba a la sombra del Tigre, se convirtió en un león indomable que ninguno de nosotros esperaba.

Hoy, nos pasa lo mismo. No hay ningún futbolista en el que podamos depositar toda la fe y darle el rótulo de salvador. Ahí es donde digo que el escenario adverso puede tornarse amigable. Esta es la oportunidad para que el equipo de todos pueda afirmarse como un conjunto meramente colectivo, sin estrellas.

El hecho de que no haya un referente de campo en la formación titular –queda claro que no cuento con Falcao en el once inicial y que no simpatizo con que el brazalete esté en el arco- es un buen comienzo.

Zapata, Sánchez y Guarín son jugadores experimentados, pero para tener liderazgo se requiere más que eso. En esta generación actual se va a ir formando un hombre que sobresalga entre los demás, al que el mismo grupo le otorgará la autoridad necesaria para guiarlos dentro del campo.

En el plano del juego, Cuadrado está volviendo a ser sinónimo de soltura, alegría y gambeta. Solamente le falta un toque de juego colectivo que asegura el éxito. Bacca está hermanado con el gol y como dijo el Tino Asprilla hace poco: “Es imposible clasificar a una Copa del Mundo sin un tipo que garantice que el pase final sea a la red”. Él y Falcao son los más claros ejemplos tomando como referencia Estados Unidos ’94, Francia ’98 y Brasil 2014.

Y si bien se destacan Cuadrado y Bacca, además del joven Jeison Murillo y de Carlos Sánchez, -lamentablemente, como él mismo lo calificó, figura de la selección en la Copa América- el hecho de que no estén las figuras habituales, es una ocasión para que se destaquen nuevos nombres, o para que futbolistas que están creciendo aprovechen para consolidarse y asegurarse un puesto en el combinado nacional para futuras convocatorias.

Este es el caso de los ¡diez! hombres del fútbol local, de Edwin Cardona y de Fabián Castillo, jugadores en los que Pekerman confía desde ya para ponerse la camiseta amarilla, sin necesidad de que hayan cruzado al Viejo Continente.

Con esa amalgama de juventud, experiencia, ‘europeos’ y ´latinos’, nuestra selección está en condiciones de formar un equipo que sea sólido, tenga gol y conjugue todas las características necesarias para que los colombianos empecemos a aprender a hablar ruso.

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