Gol de Camerino

Publicado el Pablo Ríos González

James se merece todo

Todavía no caigo. James Rodríguez ya fue presentado en el Real Madrid y yo sigo sin creérmela. Y no porque sea raro –todo lo contrario-, sino porque mi escepticismo hacia todos los rumores que se dan en épocas de fichajes no me dejaba creer que fuera a ver a un colombiano con el escudo del Real Madrid en el pecho y el número 10 en la espalda. James lo hizo.

4c1fba042ceefa366e8c3507b0081057

James lo hizo y James se lo merece. Fue el protagonista de una Selección que unió al país durante un mes. El que nos hizo abrazarnos, gritar, festejar y llorar de alegría con sus goles y golazos. El mismo que se puso el equipo al hombro y logró que nuestro máximo referente lo aplaudiera desde las tribunas de los estadios brasileños.

Es imposible no emocionarse al ver a ese ‘pelao’ sonreír y decir que cumplió su sueño, que al final no fue sólo suyo, ¿o es que ningún colombiano imaginaba tener a un compatriota jugando al lado de los mejores futbolistas del planeta?

Para entender todo de una mejor manera y darle un valor más grande, basta ver a este crack en 2004, con apenas 12 años, marcar goles olímpicos en la cancha Marte, de Medellín, levantar el trofeo de la Pony Fútbol y decir sin ningún complejo que quería ser profesional con el Tolima y después donde Dios quisiera.

Al final, Dios quiso las cosas de una manera diferente. Quizás James llegue a jugar algún día en el equipo de la ciudad en la que se crió, pero por ahora lo hará en uno de los más importantes del mundo y llevará el mismo número de leyendas y campeones como Ferenc Puskás, Michael Laudrup, Clarence Seedorf o Luis Figo.

Después de hoy, nada más resta que vuelva a mostrar esa sonrisa en cada partido, porque siempre va a saber que, al igual que en el Mundial de Brasil, todo un país lo va a estar observando.

Mientras tanto, yo voy a seguir tratando de asimilar que nuestro ídolo es la nueva joya del Real Madrid.

¿Y saben por qué lo es? Porque James se merece todo.

Twitter: @pabloriosg

Comentarios