“Lo que más le hizo falta la Selección fue la creación de juego”. Esa fue la frase que más se repitió en los medios de comunicación nacionales después de la floja actuación de Colombia en la Copa América. El combinado tricolor nada más marcó un gol. Solamente Jamaica consiguió menos anotaciones que la nuestra: cero.

En el último partido amistoso frente a Perú esta situación adversa cambió. Con Macnelly Torres en el terreno de juego, Bacca y Teo Gutiérrez tuvieron más oportunidades frente al arco de Pedro Gallese. Muchos pueden decir que el creativo barranquillero tampoco fue al Mundial y Colombia realizó un gran papel. Claro, lo que pasa es que lo que hizo James Rodríguez fue descomunal.
No es normal que el 10 del Real Madrid tenga ese tipo de partidos de manera regular con la Selección. No tiene por qué serlo. Lo que sí puede ser común es que James juegue con la tricolor como lo hizo en las Eliminatorias. Su rol fue esencial y, en gran parte, por el socio que lo acompañó en la mitad de la cancha: Macnelly Torres.
El hecho de tener a un tipo pensante dentro de los 11 hace que los demás se suelten y busquen los espacios para recibir las asistencias filtradas de Macnelly. Frente a Perú no sólo se vio con los delanteros, sino también con los laterales Santiago Arias y Frank Fabra y hasta con el mismo James Rodríguez.
Que Macnelly esté en la cancha ayuda a que James se junte más con los atacantes y no se tenga que retrasar tanto. El 10 sabe que mientras el de Barranquilla esté ahí, la pelota le va a llegar. A esto, hay que agregarle que Juan Guillermo Cuadrado no estuvo, otro que sabe combinarse con el volante de Atlético Nacional para desarmar defensas contrarias.
La teoría sobre la importancia de Torres se confirmó en el segundo tiempo. Macnelly dejó la cancha –sólo le encuentro explicación al cambio en que Pékerman estaba probando, sobre todo porque también salió Bacca- y las acciones de peligro originadas a partir de los pases desaparecieron. Volvieron los embates forzados por las bandas con los desbordes de Fabián Castillo, y a pesar de que el jugador de la MLS demostró en pocos minutos que puede desequilibrar en base a su velocidad, Teo y Jackson pasaron desapercibidos.
Hay muchos a quienes Macnelly no logra convencer –hinchas o periodistas-, ya sea por el color de camiseta que porta cada fin de semana o porque dicen que nada más rinde como local. Yo no estoy de acuerdo, pero igual no hay que olvidarse de que sacando resultados positivos en el calor del Metropolitano también se puede llegar a Rusia.