Falcao no ha muerto. El ‘Tigre’ sólo sufrió la rotura del ligamento cruzado anterior de su pierna izquierda. Sin embargo, futbolísticamente, para el Mundial de Brasil-2014, sí habría fallecido.
La lesión de Falcao es la colombianada más trágica en el ámbito deportivo de los últimos tiempos. Después de los éxitos conseguidos en los últimos dos años por Mariana Pajón, Rigoberto Urán, Carlos Mario Oquendo, Óscar Figueroa, Caterine Ibargüen, Orlando Duque y Nairo Quintana a nivel individual, lo único que podía superar esas alegrías nacionales era la clasificación de la Selección Colombia al Mundial después de 16 años de ausencia. Y se consiguió. Claro que sin los goles y el aporte fundamental del ‘Tigre’ hubiese sido más complicado. Ahora, ese mismo ‘Tigre’ podría no estar en esa competición.
A pesar de que la noticia es durísima para todo el país –y eso, naturalmente, incluye a sus compañeros de Selección- si se quiere, es posible convertirla en un aspecto de motivación que tenga un efecto positivo en nuestros jugadores. Solamente hay que mirar el caso de Ecuador, que tras la muerte de su goleador Christian ‘Chucho’ Benítez se inspiró en él y logró la clasificación al Mundial por tercera vez en su historia.
Ya se ven las muestras de apoyo en Twitter de jugadores como Luis Fernando Muriel y James Rodríguez, quien está día a día a su lado y es probablemente el que más lo conoce.
De nada sirve recurrir a la violencia habitual que siempre aparece en este país. Ni los insultos a Claudio Ranieri, ni las amenazas a Soner Ertek -un futbolista amateur que se gana la vida enseñando Geografía y que, por cierto, se mostró muy arrepentido tras la entrada sobre el colombiano– van a hacer que Falcao se recupere antes.
La lesión del ‘Tigre’ debe unir al país. Porque así como todos los colombianos le van a brindar el apoyo que puedan a Falcao, hay que estar seguros de que, en caso de que él no llegue a la máxima competición futbolística del mundo, él estará acompañándolos e inspirándolos a todos. Ya no con su garra y sus goles dentro de la cancha, pero sí desde afuera. Como un ángel.