Ciclismo con J

Publicado el Jhon Jaime Osorio

Vuelta 2022 – Día 3: Bennett pintó su segundo esprint

Velasquez es uno de los máximos exponentes de la pintura española. En su juventud fue retratista oficial del rey Felipe IV y pintor de cámara, el cargo más importante entre los artistas de la corte en la edad media. Su trabajo era pintar retratos del rey y de su familia y cuadros destinados a decorar las mansiones reales. En su madurez se dedicó a pintar grandes obras,  como «La rendición de Breda», cuyo original es uno de los óleos más importantes del Museo del Prado en Madrid. Breda es una ciudad de marcado estilo medieval al  Sur de los Países Bajos que hoy fue sitio de salida y meta en la tercera etapa de la Vuelta a España. El esprint de San Bennett  hoy en esta ciudad fue una verdadera pintura.

El libreto de hoy fue el mismo de ayer: una jornada tranquila con un final furioso. Los velocistas estuvieron atentos para despedir con honores el tríptico inaugural neerlandés con el que se abrió la edición 77 de la carrera española. Jornada larga, de 193 kilómetros, cerca a la costa pero sin la presencia de los vientos del Mar del Norte, que se esperaban como amenaza. Otro día simple, fiel al boceto que se había trazado para hoy. Los 170 kilómetros iniciales estuvieron animados por una fuga de 7 aventureros, que se rindieron a 20 kilómetros de la meta en Breda, luego de viajar en paralelo al Hollands Diep, un largo canal navegable que forman los deltas del Rin y del Mosa. El final resultó explosivo y volvió a consagrar al irlandés del Bora, que trazó un embalaje perfecto, lanzado por su compañero Van Poppel.

Breda fue la tercera salida y la segunda meta inéditas en tres días de carrera. La fuga se armó antes de cruzar uno de los pocos metaenclaves (una ciudad dentro de otra) que hay en el mundo, la ciudad neerlandesa de Baarle Hertog, que al mismo tiempo es la ciudad belga de Baarle Nassau. Los diferentes tratados fronterizos nunca resolvieron esta dualidad, que es herencia de la era feudal. La ciudad tiene calles con aceras, edificios y casas, que se reparten entre los dos países. Esta curiosidad le permitió a la Vuelta estar por minutos a territorio de Bélgica sin cruzar la frontera, con una fuga al frente y un grupo principal atrás, a la expectativa.  Entre los aventureros estaba Julius van den Berg, que consiguió sumar un punto en el único premio de montaña, ubicado cerca a Roosendaal, su ciudad cuna, para conservar la camiseta de pepas azules como mejor escalador.

En Breda se escenificó hace medio siglo la llamada «Guerra de los 80 años», cuando los ejércitos españoles ocuparon la ciudad y disputaron el dominio de la misma con varias batallas ante los rebeldes neerlandeses.  Felipe II entró con sus tropas, pero Mauricio de Orange con las suyas  los hizo retirar. En 1625, los españoles, al mando del general Ambrosio Spinola, obligaron a los locales a rendirse. Este episodio quedó registrado en la historia como «la rendición de Breda», representada en un enorme óleo sobre lienzo por Velásquez en una de sus tres más célebres pinturas. En las letras de la época, el suceso histórico lo relata Pedro Calderón de la Barca en «El sitio de Breda», y en el siglo XX, Arturo Pérez Reverte recrea parte de los hechos en su novela «El sol de Breda».

Al final de la jornada Alejandro Valverde se quejó de las carreteras por las que transitó hoy la carrera. Otra vez hubo vías estrechas, múltiples rotondas, isletas, bolardos, continuos pasos por rotondas, público en cantidades, ciclorrutas y  bordillos. Otro día de muchos nervios en el pelotón principal. Las caídas no faltaron y sus consecuencias tampoco; tuvo que abandonar  Michael Woods, líder del Israel,  y le tocó perseguir un rato a Richard Carapaz, jefe de filas del Ineos.  Al final, la esperada llegada masiva no decepcionó. El ganador fue el mismo de ayer. El irlandés Bennett repitió como el más veloz.  Está en racha.

La camiseta de líder volvió a cambiar de dueño, pero no de equipo. Por tercer día consecutivo la reclamó el Jumbo Visma, esta vez con el italiano Edoardo Affini será el encargado de portarla mañana en el día de descanso y de lucirla en el País Vasco el martes con los primeros asomos de la montaña.  Los 152 kilómetros entre Vitoria-Gasteiz y Laguardia tendrán en el recorrido un ascenso de segunda y otro de tercera categoría, y al final, los tres últimos kilómetros picarán hacia arriba. Se cambiará de nación, de topografía, de tipo de carrera y seguramente de pintor.

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