Ciclismo con J

Publicado el Jhon Jaime Osorio

Tour Colombia 2019 – Día 0: Una vuelta olímpica en bici

El Estadio Atanasio Girardot lo han pisado los mejores jugadores del mundo, comenzando por Messi. En este escenario deportivo también han cantado las más selectas voces de la música mundial de los últimos tiempos, como Madonna y Beyoncé.  En 1986 Juan Pablo II ofició en él una ceremonia católica muy recordada. Desde hoy, contaremos con orgullo que por su grama rodaron los mejores ciclistas del planeta del siglo XXI. Momento épico. Lo hicieron en un ritual casi religioso, sin necesidad de gambetear a nadie y acompañados de un coro de palmas de más de 20.000 aficionados. La presentación de los 28 equipos asistentes al Tour Colombia fue un hermoso y largo gol.

Froome, Nairo, Egan, Rigo, Supermán, Gaviria, Sergio Luis, Jungels, Alaphillipe y 159 pedalistas más dieron la Vuelta Olímpica en el Atanasio. Ovacionados.  Recibidos como héroes. Todos lo son. Por una sola vez rodaron  sin cascos,  con lentitud, portando sus celulares para captar desde abajo el contraplano de las selfies que desde arriba tomaban los asistentes. Hermoso momento. Un equipo a continuación del otro. Entraron por la puerta de maratón de la tribuna Norte, pasaron por Oriental y Sur, y terminaron frente a la tribuna preferencia. Sin dudas, la vuelta olímpica de mayor duración en la historia del Estadio.

No es la primera vez que el Atanasio recibe a los ciclistas. Ya lo hizo décadas atrás cuando a su pista atlética, inexistente hoy, llegaban las Vueltas a Colombia.  El estadio era la meta. También se vieron desfilar pedalistas, mezclados con deportistas de muchas otras disciplinas, en las inauguraciones de los Centroamericanos del 78 y los Suramericanos del 2010. Lo hacían sin sus bicicletas. Hoy fue diferente. No había línea de meta y estaban desfilando, montaban sus vehículos de competencia pero no había que tomar tiempo.  Fue solo un momento protocolario, pero fue muy especial.

La Medellín de contrastes, la que cae un día por la violencia y se levanta al siguiente por el deporte, la del tráfico imposible a pesar de su gran sistema de transporte público, la que suspira amor por la patria chica en medio de un aire contaminado, sufre por estos días una extraña fiebre de ciclismo que no representa una enfermedad sino una cura. La gente sabe en la calle que nunca antes se había tenido un evento de ciclismo de esta magnitud en la ciudad. Es tan alta la temperatura, que los asistentes hoy a las graderías deliraron solo con ver a los deportistas. No compiten hasta el martes, pero pusieron a la gente a celebrar desde hoy.   El martes será la crono por equipos por todo el corazón de la ciudad. Ya no habrá Atanasio Girardot , pero las calles del centro se convertirán en el estadio más grande del mundo. Cualquier esquina será un buen asiento.

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