Sebastián Molano está iluminado. El esprinter del UAE Emirates Team se vistió hoy de amarillo para brillar en Sogamoso cuando el reloj marcaba las 2:05 de la tarde y el termómetro mostraba 30 grados centígrados. Es de Paipa, había ganado ayer en Duitama, hoy salió de su tierra natal luciendo la camiseta de líder de la clasificación por puntos y casi cuatro horas después entró victorioso a la llamada «Roma de los Chibchas».
De Sogamoso se dice que fue la primera ciudad habitada de Colombia. Hoy de cuenta del ciclismo estaba sobrepoblada. Al igual que la capital italiana, es un pueblo que no conoce a ciencia cierta sus raíces y de la que no se tiene fecha clara de su fundación. Lo que sí saben sus pobladores y visitantes es que la ciudad en particular, y el Alto Chicamocha en general, son territorios ciclísticos. La fiesta hoy estaba reservada para una llegada masiva y para el espectáculo de los hombres veloces que resuelven en los últimos metros el esfuerzo de cientos de kilómetros. Salió tal cual. En la línea de meta, levantó los brazos Sebastián Molano. Resplandeció.
El sol salió para todos. Abrasó al lote del Tour. El sorprendente calor que está haciendo en Boyacá por estos días se sumó a la altura sobre el nivel del mar que tiene el altiplano y al ritmo alto que tiene la carrera para generar un desgaste que ya se nota. Como si fuera poco, la de hoy no fue una etapa tranquila. La fuga tuvo protagonistas de postín, que inquietaban para la clasificación general. Sebastian Henao del Ineos, Simón Pellaud del Androni, Felix Barón del Illuminate y Oscar Sevilla del Team Medellín, pusieron a trabajar casi todo el día al EF Education del líder Jhontana Caicedo. La cacería a 10 kilómetros de meta dejó tiempo para algunos ataques tardíos que casi queman a los equipos de los esprinters. El Deceninck cerró todos los huecos, pero el UAE facturó la victoria.
Antes de la conquista, Sogamoso fue un centro religioso de la comunidad Muisca, que construyó en este territorio el templo de sol. Hoy es una ciudad grande, con más de 120.000 habitantes que adoran el ciclismo y que podrían haberse censado hoy en la línea de meta. Aplaudieron a su paisano, pero también a todos sus rivales. A Sebastián Molano lo escoltaron en la meta Edwin Ávila, Álvaro Hodeg, Julián Molano (hermano de Sebastián) y Jhonatan Restrepo. Todos colombianos. Un esprint de puros embaladores criollos.
El templo del sol lo quemaron los españoles al inicio de la conquista antes de someter al cacique Suamox. El sol sigue ahí, iluminando, quemando y brillando. El Tour sigue en Boyacá, ofreciendo espectáculo, convocando y emocionando. Mañana serán 168 kilómetros para llegar a Santa Rosa de Viterbo. Antes de la meta hay un premio de montaña de tercera categoría que podría permitirle el brillo a uno de los astros de la carrera que hasta ahora haya estado eclipsado.