Ciclismo con J

Publicado el Jhon Jaime Osorio

Tour 2021 – Día 10: Cavendish es un huracán que sopla de frente

Mark Cavendish es un huracán en las llegadas masivas. Lo arrasa todo a su paso. Cuando su equipo lo lanza, él acelera y devasta. En términos de lo que está ocurriendo en el Tour, «Cav» es el Pogacar de las etapas planas. Hoy, por tercera vez en esta edición, y por trigésima tercera ocasión en 13 participaciones en la carrera francesa, volvió a ser un ciclón. Vestido con el verde de la clasificación de puntos, en un día en el que el viento fue protagonista al cierre, Cavendish levantó los brazos en Valence y volvió a celebrar.

La jornada después del descanso viajó por los valles del Isére y el Ródano. Etapa llana. Salió de la olímpica ciudad de Albertville y llegó a Valence, «la puerta del sur de Francia». El comienzo de la segunda semana estaba marcado para los hombres rápidos; y el más veloz sin duda en esta ocasión es el británico Cavendish. Desapareció el frío y la lluvia solo fue una amenaza. Los servicios meteorológicos predijeron vientos cruzados y acertaron. El ritmo fue tranquilo hasta los últimos 40 kilómetros. En el cierre de la jornada hubo intentos de abanicos que pusieron tenso al grupo de favoritos.

Se corrió a la vieja usanza, con el libreto clásico para este tipo de etapas: una fuga corta, controlada desde el grupo por el equipo del esprinter más poderoso.  La fuga se armó en el kilómetro 7 al paso por la fortaleza de Miolans, en la que estuvo preso el Marqués de Sade. Tosh van der Sande, del Lotto-Soudal y Hugo Houle, del Astana-PremierTech, abrieron hueco con el consentimiento del grupo principal, que quería tranquilidad después de una semana intensa, un día después del descanso y uno antes del inédito doble paso por Mont Ventoux.  Houle ganó el único premio de montaña del día, en el Col de Couz, de cuarta categoría, en el kilómetro 58. Van der Sande cruzó primero en el sprint intermedio de La Placettem en el kilómetro 82.  La única gran emoción del día se guardó para el cierre.

La llegada a Tignes hace dos días dejó fuera de competencia a 12 pedalistas, 7 de ellos llegaron fuera del límite de clasificación. Los 164 sobrevivientes viajaron hoy rumbo a Valence. Atrás quedaron fortalezas, castillos, puentes de piedra, viejos acueductos en arco, lagos, parques naturales y un monasterio de monjes cartujos en la localidad de Chartrouse. La fuga claudicó a 38 kilómetros de meta, en un terreno sinuoso, justo cuando aparecieron los vientos cruzados y con ellos los nervios en el pelotón. El BikeExchange y el Deceuninck-Quick Step intentaron los abanicos y redujeron el grupo a la mitad. Hasta el líder Tadej Pogacar tuvo que trabajar para cerrar uno de los huecos que abrieron los abanicos. Solo fue un susto. El libreto volvió a lo clásico y todo se dispuso para la llegada al esprint.

El Deceuninck aplicó el manual de los lanzamientos perfectos. El campeón del mundo, Julian Alaphilippe hizo el control, Asgren la primera aproximación, Bellerini el impulso, Morkov el lanzamiento y Cavendish su trabajo. todo estaba medido, calculado. Trabajo de equipo perfecto. El británico remató a la perfección y se impuso a todos. Sumó su victoria parcial número 33 en el Tour, una menos que Eddy Merckx, el poseedor del récord histórico, que preguntado por el tema empieza a hablar de sus otros récords. En la clasificación general no cambió nada.

Mañana vuelve la montaña. También vuelve el viento, pero en lo alto de Mont Ventoux. Por primera vez en la historia subirán dos veces el mítico puerto en la misma etapa. Lo harán por sus dos vertientes. Día para escaladores y para los que pelean la clasificación general. Cavendish aguantará en la grupeta, porque quiere que llegue el jueves para volver a arrasar.

 

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