La París-Niza está tensa. En el lote hay nerviosismo. Demasiado. No solo por el coronavirus. También por la intensidad que ha tenido la carrera. Se corre a tope. A la lluvia, el viento, los abanicos, las restricciones al público y las caídas se le sumaron hoy los empujones. En el grupo hay estrés. Todo se conjuga. Hoy llegó el esperado final con llegada masiva que no se pudo ver en las dos jornadas anteriores. La etapa 3 se resolvió al sprint, pero con incidentes. Una caída en los últimos 300 metros dejó sin opción a varios de los velocistas eximios, y le permitió a otros con menor reconocimiento aparecer en la raya. Ganó el español Iván García Cortina, por encima de Peter Sagan y Andrea Pasqualon.
De Chalette Sur Loing a La Châtre había 212,5 kilómetros. El día era pesado por el clima, los esfuerzos acumulados y la distancia tan larga. En fuga solo hubo un aventurero: el belga Tom Devriendt, del Circus Wanty Gobert, que hizo una cabalgata de 180 kilómetros en solitario. Era una locura, pero había que intentarla. Lo tenía que hacer uno de los equipos invitados a última hora. Antes del último esprint, le dieron alcance a Devriendt, y de ahí en adelante los equipos de los más veloces trabajaron para llevarlos bien ubicados a los últimos metros.
Las carreteras terciarias por la que transitó la carrera eran muy estrechas. Ese fue un ingrediente adicional. El grupo se vio intranquilo, incómodo. Los incidentes llegaron de inmediato. El primero fue una caída a 5 kilómetros de meta, en ella se vieron involucrados Bryan Cocquard, el esprinter del B&B Hotels, y Niki Terpstra, el clasicómano del Direct Energy. Es claro que las caídas son parte del ciclismo, y las hay de todo tipo, pero las de hoy se explican por la ansiedad y la incertidumbre generalizadas en el lote.
En los tres kilómetros finales comenzó la lucha por las posiciones de adelante en el grupo. Nairo Quintana se llevó un susto tras sufrir varios empujones del campeón nacional de Irlanda, Sam Bennett, que por abrirse campo casi tumba al colombiano cuando rodaban a 55 kilómetros por hora. En el último kilómetro, Bennett se vio involucrado en otro incidente. Quiso adelantar pegado a las barandas y Caleb Ewan, que perdió el control de la bici, se le fue encima. El irlandés terminó en el piso con una herida en una de sus manos y con una multa por el comportamiento incorrecto. El esprint fue confuso. El español García Cortina se quedó con la victoria. La clasificación general individual no sufrió mayores cambios. Schachmann sigue de líder.
Mañana, el turno en la cuarta etapa es para el esfuerzo individual frente al cronómetro. Se correrá en Saint Amand Montrond sobre 15,1 kilómetros que no serán planos, sino con altibajos. Etapa esperada. Se anuncia lluvia y se espera viento. El estrés del tic-tac. La tensión será de otro tipo.