Ciclismo con J

Publicado el Jhon Jaime Osorio

La Vuelta-Día 12: Amor vs monotonía

La monotonía acaba con el amor. Lo sabe muy bien Alberto Contador. Hoy, en una etapa de esas en las que habitualmente no pasa nada importante, el pistolero, que tenía en el cartucho un tiro de gracia, lo disparó. Atacó a 22 kilómetros de la meta, en la subida al Alto del Torcal, en un premio de montaña de segunda categoría, en una subida muy pedaleable. Saltó del grupo cuando éste marchaba tranquilo y controlado por el Sky. Se fue sabiendo que ocho minutos adelante estaba el grupo de la fuga con 14 hombres dispuestos a resolver la etapa. Saltó del grupo para romper la monotonía. Lanzó un ataque imprevisto porque la etapa estaba aburrida, porque la gente lo aclama, para salir de la rutina, porque quiere despedirse con podio… atacó por puro amor al ciclismo.

Contador es el que ha movido la Vuelta casi todos los días. Cada que cambia de ritmo selecciona el grupo. Con sus movimientos ha servido hasta de lanzador a otros atacantes, incluso a Froome. Es claro que no ataca por necesidad, ni porque haya perdido tres minutos en la tercera etapa cuando tuvo su día de crisis. Es inquieto y vive el ciclismo con intensidad; lo ama. Hoy, en una etapa que por primera vez en esta versión de la carrera sí parecía realmente «de transición», no fue la excepción. Se fue hacia el premio de montaña, inicialmente en compañía de Roche, y luego, cuando el irlandés no aguantó, en solitario. Un ataque de ciclista romántico. Una salida que puso nervioso al grupo del líder, lo inquietó.

A solo siete kilómetros de Antequera, cuando el Sky organizó la persecución en el descenso hacia la meta y la carrera iba lanzada, el líder Cristopher Froome sufrió un percance mecánico. Puso su bicicleta en el piso, tomó el potenciómetro y esperó que el carro de su equipo le llevara la de repuesto. No se había acomodado y en la primera curva se fue al suelo. La bici lo traicionó.  Por delante, Contador en una especie de contrarreloj individual. En el medio, el grupo principal desconcertado y sin mucho orden para perseguir al español o para atacar al británico. Atrás, el Sky en una especie de Contrarreloj por equipos tratando de llevar a Froome. Así llegaron.  Contador le sacó 22 segundos al grupo y 42 a Froome.

Lo de hoy no fueron grandes diferencias, pero en esta vuelta, a excepción de la etapa de ayer, se ha jugado siempre con segundos. A veces en el ciclismo, como en el amor, esos pequeños detalles resultan determinantes. La clasificación general se movió en tiempos pero no en puestos.  Entre el primero y el segundo, Froome y Nibali, solo hay 59 segundos. Y entre el tercero y el noveno, Chaves y Contador, un minuto. En una etapa en la que se esperaba monotonía, la clasificación se agitó.

La etapa la ganó el polaco Tomasz Marczinsky, que iba en la fuga. El susto fue para Froome, que se cayó y perdió segundos. Los aplausos fueron para Contador, que demostró su amor por el ciclismo. Ojalá en el futuro no tengamos que referirnos a él como «el último romántico».

Comentarios