Ciclismo con J

Publicado el Jhon Jaime Osorio

Giro 2022 – Etapa 16: El Mortirolo no decidió. El Giro está vivo

En el ciclismo hay montañas que están más allá del mito. Son pocas en el mundo. Se trata de subidas largas con pendientes de dos dígitos en muchas de sus rampas. Son aquellos puertos de montaña con pavimento rugoso y carretera estrecha en las que se atragantan hasta los escaladores más exquisitos. Esas escaldas distintas, en las que se han escrito hazañas y se han resuelto títulos, no se programan todos los años. Aparecen de vez en cuando en el diseño de las grandes vueltas. El Mortirolo es uno de esos puertos. El gigante alpino estaba hoy en la mitad de la etapa. No decidió nada. Solo fue una cima de paso.  La victoria de etapa y los movimientos en la clasificación general se resolvieron en el último ascenso.

La de hoy fue la primera etapa de la tercera y última semana del Giro. Fue el único trayecto de alta montaña con más de 200 kilómetros. Había algo de misterio por tratarse de una jornada después del último descanso, que a veces afecta a unos ciclistas más que a otros. Salieron de Saló, la capital de la República del mismo nombre que trató de construir Mussolini después de ser derrocado por los partisanos italianos.  El  plano de la etapa mostraba tres premios de primera categoría, el Mortirolo en la mitad, con una cuarta subida sin categorizar pero igual de dura, a 30 kilómetros de la meta, en Teglio, donde ubicaron el esprint bonificable. Una etapa cinco estrellas, de alta dificultad, con 5.250 metros de desnivel positivo acumulado. Se esperaba un gran revolcón.

Del Mortirolo solo se hablaba en las clases de historia, hasta que el italiano Marco Pantani atacó en esa subida al español Miguel Induráin hace 28 años. En esa montaña fue la emboscada de los partisanos a los nazis que huían de Italia en 1945.  En aquella época se usaba más su otro nombre, Puerto de la Foppa. La nominación actual, Mortirolo, viene de la raíz latina «morte» que significa muerte y que se hizo popular con los primeros aficionados de la bici que intentaron subir a su cima y encontraron un ascenso de dureza extrema. Independiente de cuál de sus vertientes se suba, hoy lo hicieron por una de las «más suaves», sus rampas parecen imposibles y son un terreno para para escaladores puros que buscan convertirse en leyendas, como lo hizo «El Pirata» en aquella etapa de 1994. Cerca al lugar del demarraje de Pantani en esa ocasión hay una estatua que lo recuerda.

La jornada de hoy, denominada por la organización como la etapa «del vino Sforzato» fue una más para la fuga. La de hoy era de muchos galones. Se colaron 23 pedalistas, con escaladores como Martin, Valverde, Hirt, Arensman y Kammna, entre muchos otros. Mientras ellos resolvían la victoria de la etapa adelante, el grupo principal se reducía en número progresivamente con el paso de los kilómetros. La fuga pasó de 23 integrantes a 18, de 18 a 10 en un segundo remesón y de 10 a solo 2 que lograron sobrevivir al cierre.  Entre tanto, en el grupo, el Ineos controló el primer ascenso, el Astana apretó el paso en El Mortirolo y finalmente, en la última subida, el Bahreim movió la carrera para dejar solo a cuatro ciclistas que resolvieron el tercer lugar de la etapa con sus atractivos cuatro segundos de bonificación. Los grandes movimientos se dieron en la última subida, a Valico di Santa Cristina, y no en el Mortirolo.

El verano Domenico Pozzovivo se quedó sin frenos, se salió en una curva y al final perdió casi tres minutos. La etapa la ganó en solitario Jan Hirt, que atacó en el último segmento, sufrió varios problemas en los cambios de si bici y llegó a meta con calambres en sus piernas y muchos motivos para celebrar. El otro sobreviviente de la fuga, Thymen Arensman, llegó a solo 7 segundos. El tercer lugar de la etapa lo disputaron los cuatro hombres que llegaron en el grupo, con Jai Hindley por delante de Richard Carapaz. Los 4 segundos de bonificación dejaron a neerlandés a solo 3 del ecuatoriano en la clasificación general. En 202 kilómetros con más de 5.000 metros de desnivel el botín mayor fueron esos segundos bonificados. Almeida cedió unos segundos y Nibali ya es quinto en la clasificación.

El Mortirolo no fue decisivo. Tampoco perdió su estatus. Seguirá siendo esa subida interminable donde la bicicleta rueda con dificultad por unas curvas que se quedan en la retina y que guardan la historia de grandes batallas ciclísticas.  La cima de Pantani quedó atrás. Koen Bowman pasó hoy en primer lugar por su cresta. Carapaz es líder por 3 segundos sobre Hindley, 44 sobre Almeida y 59 sobre Landa. Quedan 5 etapas y mañana hay más montaña. Los 168 kilómetros entre Ponte Di Legno y Lavarone tienen la palabra. La montaña fuerte está al final con dos subidas, el Valico del Vetriolo, y Menador con tramos estrechos, túneles y pendientes superiores al 10%. No tienen tanto renombre, pero sí rampas muy duras.

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