El Giro de Italia cruzó por las calles de Florencia, concretamente por el populoso distrito de Rifredi, al noroeste de ciudad; por el mismo sector en el que nació Dante Alighieri y al que el «poeta supremo» nunca quiso volver después de exiliarse en Romagna. Por los mismos pasajes en los que caminó el autor de La divina comedia pedaleó hoy Egan Bernal con toda su corte del Ineos. La ciudad de los talentos y los genios estaba en el kilómetro 60 de los 212 que tenía la jornada. Por allí pasó el equipo británico, antes de la lluvia y después de haber dado licencia a la fuga, haciendo un riguroso control de la carrera en una etapa muy accidentada.
De Siena partieron 170 pedalistas; a Bagno De Rimagna llegaron 164. Ha sido la jornada de mayor número de retiros. Antes de entrar a la provincia de Florencia ya se habían presentado dos fuertes caídas, que dejaron sin Giro al puesto 11 de la clasificación general Marc Soler, al ganador de la sexta etapa Gino Mader, al exlíder Alessandro De Marchi, al escalador del Deceuninck Fausto Masnada, al británico Alex Dowsett del Israel Start-Up Nation y al belga Kobe Goossens del Lotto Soudal. La etapa tenía escondidos 3.700 metros desnivel en cuatro puertos de montaña, dos de segunda y dos de tercera categoría, en la cordillera de Los Apeninos, y se disputaba justo después del esfuerzo en las carreteras de tierra. Además, apareció la lluvia. Era el día perfecto para la fuga.
En el pasado, Florencia fue una ciudad dividida en dos bandos. Los gibelinos, que estaban de parte del Imperio, y los güelfos, sostenedores del Papado. Los primeros fueron desterrados y los güelfos terminaron en el poder, pero divididos entre blancos y negros. Dante fue un güelfo blanco. En el presente, al paso por esta urbe la etapa quedó dividida en dos grupos: los de la fuga y los de la lucha por la clasificación general. La escapada se armó en el valle del Arno, antes de que llegaran los puertos categorizados. Se juntaron 16 aventureros, que se repartieron todos los premios intermedios y definieron el ganador de la etapa. Los del grupo principal rodaron todo el tiempo al paso del Ineos, sin ningún sobresalto hasta el kilómetro 200. El el descenso hacia la meta, después del último premio de montaña, Vincenzo Nibali quiso sorprender con un ataque que obligó al equipo del líder a arriesgar. Gianni Moscon rodó por el piso y aunque volvió al grupo, quedó lastimado para lo que sigue.
La etapa pasó por Ponte A Ema, lugar de nacimiento del «Ginettaccio» Gino Bartali, uno de los cinco grandes ciclistas de Italia de todos los tiempos. La victoria parcial en Bagno Di Romagna, la ciudad de los baños termales medicinales, fue para un compatriota suyo: Andrea Vendrame, que sobrevivió en la fuga y definió en su especialidad, el esprint, ante el australiano Chris Hamilton. El grupo con líderes de filas llegó 10 minutos después, sin ninguna novedad en la clasificación general.
La etapa 13 tendrá 197 kilómetros. Será absolutamente plana y recorrerá las llanuras de Ferrara, Polesine y Mantua. Penúltima oportunidad para los esprinters que quedan. Los 164 sobrevivientes irán hasta Verona, la ciudad que inmortalizó Shakespeare con la historia de Romeo y Julieta. Saldrán de Ravena, donde fue enterrado Dante, que murió exiliado de su Florencia natal por un güelfo negro.