Ciclismo con J

Publicado el Jhon Jaime Osorio

Giro 2020 – Día 7: Arnaud Demare destapó la champaña en Brindisi

Brindisi es un puerto natural en la costa adriática italiana lleno de historia. En el imperio romano fue el final de la Vía de Apía, que unía a Roma con el Mar Mediterráneo. Históricamente ha sido un punto clave en el diálogo de los pueblos de occidente con los del oriente, el principal embarcadero para conectar desde Italia con Grecia, Turquía y Albania. Por Brindisi pasaron los normandos para invadir a Sicilia en el año 1.061. De allí partió Federico II para ir a contraer matrimonio con la reina de Jerusalén en el 1.225.  Por allí pasó Gandhi en 1.930, después de su encuentro en Roma con Mussolini, para embarcarse de regreso a  Bombay. Hoy este puerto quedó en la historia del Giro de Italia como la ciudad a la que llegó la etapa más rápida en 103 ediciones. Los 143 kilómetros los recorrieron en 2 horas 45 minutos, para una velocidad promedio de 51,6 kilómetros por hora.

Etapa plana. La primera de la semana con un diseño convencional. Se esperaban vientos de costado; aparecieron en los primeros kilómetros con ráfagas a 30 kilómetros por hora. Se temía por la formación de abanicos; el Deceuninck armó el suyo y generó algunos cortes que pusieron en dificultades un buen rato a Jakob Fulgsan, Harm Vanhoucke, Domenico Pozzovivo y Simon Yates. El camino hacia el mar tenía poca vegetación y estaba marcado por carreteras anchas y estrechas, en las que después de varias caídas y algunos intentos fallidos de fuga se juntaron todas las causas para llegar a Brindisi a diputar la victoria parcial.

En este puerto vivió Cicerón, cuando fue exiliado de Roma. La ciudad sufrió el asedio de las tropas de César durante las guerras civiles del 49 A.C. Allí fue a morir Virgilio en el 19 A.C. También fue un importante punto de partida de las Cruzadas. Durante la I Guerra Mundial fue base naval italiana y durante la II cayó muy pronto en poder del Ejército británico después del desembarco en Italia. Hasta esta población, al sur de la bota itálica, llegó hoy Arnaud Demare vestido con la «maglia ciclamino» que lo identifica como líder de la clasificación de puntos para honrar dicha camiseta. El francés sumó su tercera victoria en siete jornadas del Giro.  Hoy superó a todos los esprinters puros que habían aguardado una semana para tener una llegada masiva sin selección previa. No tiene rival.

Mañana, la octava etapa también podría ser para una llegada al esprint. Serán 200 kilómetros de Giovinazzo a Vieste. La primera parte es totalmente plana. En la mitad del recorrido encontrarán la subida a Monte Sant’Angelo, un premio de montaña de segunda categoría que seguramente hará selección.  De ahí hasta el final, habrá unos 80 kilómetros con  continuos altibajos salpicados de innumerables curvas.

La clasificación general individual no tuvo cambios. El portugués Joao Almeida reclamó la camiseta rosa de líder por quinto día consecutivo. El francés Demare es el rey de las llegadas al esprint. Lleva tres. Ganó en Villafranca Tirrena, ganó ayer en  Matera y hoy repitió en Brindisi, la ciudad por donde pasaron hasta los viajeros de la novela  «La vuelta al mundo en 80 días» de Julio Verne.  Al Giro le quedan 14 jornadas.

 

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