El Passo dello Stelvio fue construido en 1820 por el Imperio Austriaco para conectar su territorio con la provincia de Lombardía. Es una subida que serpentea la montaña, con 24,7 kilómetros de ascenso rodeados de nieve y que se corona a 2.757 metros de altura sobe el nivel del mar. Es de los puertos míticos del ciclismo y se subió hoy. La etapa 18 estaba marcada como la reina de la edición 103 del Giro de Italia y el Stelvio como la «Cima Coppi», apelativo que se usa para denominar el ascenso más alto por el que pasa cada edición de la carrera italiana. Hoy se esperaba una gran batalla en sus 48 curvas. Respondió a la expectativa. Lo hizo con creces. Etapón.
Era un día clave para la pelea por la camiseta rosa. Se subía desde que se bajaba la bandera. Etapa alpina de 207 kilómetros con 5.400 metros de desnivel en cuatro exigentes premios de montaña. De entrada subieron al Campo Carlos Mano, de segunda categoría. En el kilómetro 65 pasaron por Hofmhd Joch P. Castrin, de primera. Seguidamente ascendieron al Stelvio, a 37 kilómetros de meta, y antes de la llegada superaron la Torri di Fraele, de primera. Con el Stelvio en ese punto, no se auguraba futuro para la fuga de la jornada, que aun así, lo intentó. Antes de salir Giovanni Visconti anunció su retiro, situación que aprovechó el portugués Rubén Guerreiro para montarse en la aventura y sumar unos valiosos puntos en las primeras escaladas que le aseguraron la camiseta. Thomas de Gendt le puso entusiasmo al grupo delantero, y Ben O’Connor fue el que más kilómetros estuvo en punta, hasta que lo superaron entre las nieves de la Cipa Coppi.
En la Primera Guerra Mundial, el coloso alpino fue escenario de batallas en la nieve entre los ejércitos del Imperio Austro-Húngaro y del Reino de Italia. Hoy la contienda fue deportiva y la protagonizaron los pedalistas del Sunweb y del Ineos Grenadiers. Etapa decisiva que cambió, pero curiosamente apretó como nunca, la clasificación general. El hasta hoy líder, Joao Almeida, honró la camiseta que portó durante 15 días y la defendió hasta que las duras rampas del Stelvio le pasaron factura. El Sunweb forzó el paso, pero el Ineos explotó el grupo. Rohan Dennis, que iba en la fuga, esperó a Tao Geoghegan Hart y le sirvió de escudero en la subida y la bajada del Stelvio. El único que les aguantó el paso fue Jai Hindley, que se fue a rueda esperando una reacción que no llegó de su jefe de filas Wilco Kelderman. En la recta a la meta, llegaron juntos Jai y Tao, y el australiano saltó por la victoria.
En el Stelvio se vivieron batallas épicas en el Giro. Allí le ganó Fausto Coppi a Hugo Koblet en 1953. Charly Gaul se exhibió allí entre muros de nieve en 1961. Grazziano Battistini hizo lo propio en 1965. También fueron legendarios los triunfos de Merckx en 1972 y Bernard Hinault en 1980. Hoy fue un día especial para los dos jóvenes ciclistas Hindley y Geoghegan Hart. Entraron a la meta en ese orden, mientras que Kelderman, que llegó 2’18» después de ellos a la meta, sacó los ahorros que tenía para reclamar la camiseta rosa de líder. Sufrió, pero aguantó. La nueva clasificación general tiene el Giro expectante para las tres etapas que faltan. Kelderman es líder por 12 segundos sobre su compañero de equipo Hindley y por 15 sobre Tao. Pello Bilbao es cuarto a 1’19» y Almeida cayó al quinto lugar a 2’16».
Mañana son 258 kilómetros. La etapa más larga de esta edición es plana y tiene toda la pinta para ser la última cita de los esprinters. La etapa del sábado fue reorganizada. El rebrote de Covid le impedirá al Giro entrar a Francia para pasar por el Colle Dell’Agnelo y el Col D’Izoard. Así las cosas, con una triple subida a Sestriere el sábado y en los 15,7 kilómetros de contrarreloj el domingo en Milán se definirá el campeón. El Giro no está sentenciado, está más apretado que nunca.