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Aprendiendo a ser presidente de Santa Fe

Si un equipo de fútbol tiene un presidente que no preside entonces tiene al hincha más costoso sentado en el despacho. Y Santa Fe comienza a pagar cara la gestión de Juan Andrés Carreño, quien después de ocho meses en el cargo aún toma las decisiones -y las anuncia- con la bufanda característica del que se hace en la tribuna.

Lo primero que hizo Carreño cuando lo nombraron sucesor de César Pastrana, en junio pasado, fue enviarle un mensaje a los hinchas: “Soy uno más de ustedes”. En eso, para ser justos, no cabe duda. Quién sino un hincha se encuentra con Omar Pérez para planear un partido de despedida y termina contratándolo como refuerzo…

Lo segundo que hizo fue empezar a gobernar el club con el permiso de ellos –los hinchas-. “Hoy voy a tener una reunión con el representante de Morelo para avanzar en la búsqueda de un camino para su renovación. Necesito sus oraciones y buena energía para lograrlo”, escribió en su cuenta de Twitter a la semana de ser presidente. Ya se sabe cómo terminó la historia: “Queridos hinchas, quiero darles la noticia más importante de la semana. Después de casi dos semanas de conversaciones, nuestro máximo ídolo, WILSON MORELO ha renovado contrato por tres años”.

La tribuna no oró bien –o no lo suficiente- porque Morelo no tardó mucho en irse para Argentina.

Lo que empezó como un estilo democrático del nuevo presidente se fue transformando en anuncios frustrados –y sus respectivos trinos borrados-, en objetivos malogrados y en principios con final. En fin, los resultados deportivos le han mostrado a Carreño que el fútbol es una dictadura donde gobiernan los números, así él se tape los ojos (con la bufanda) y considere como un logro ganarle en “una gran pretemporada” a América, Millonarios y Nacional.

Lo tercero que hizo Carreño fue tratar de ser y parecer el presidente. A las tradicionales fotos con los refuerzos le sumó algunas dentro del camerino, con los jugadores, con un niño enamorado de ¡su bufanda! y alguna selfie más para dejar claro que no se trata solo de un club sino del hombre detrás -¿o encima?- del club. Quiso ser Pastrana sin ganar lo que ganó Pastrana.

Hoy, que la fuerza de los resultados lo obligaron a negociar la salida del DT Guillermo Sanguinetti, parece que empieza a darse cuenta de algo: “Estamos tomando decisiones y buscando fórmulas para que el equipo mejore porque eso es lo que tiene que hacer un presidente”, comentó a Caracol Radio este domingo.

Entre sus opciones para técnico aparecen Gustavo Costas y Wilson Gutiérrez. Son los nombres más fáciles para decir y encima caen bien en la tribuna. “La hinchada quiere un cambio, quiere ver al equipo jugar de una mejor manera. Quienes más amamos esta institución somos los hinchas”, dijo Carreño.

Si un equipo nombra a un hincha como presidente no le puede pedir que deje de ser hincha, pero sí le puede exigir que sea presidente.

En Twitter: @ivagut

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