Parsimonia

Publicado el Jarne

El miedo va a cambiar de bando

El domingo se celebraron elecciones al Parlamento Europeo en todos los países de la Unión Europea. En Francia, ganó la ultraderecha de Le Pen que prepara ya el asalto al Elíseo; en Grecia, el partido antitroika de izquierdas Syriza; En España, Podemos, un partido fundado hace cuatro meses y comandado por Pablo Iglesias, profesor de Políticas de la Universidad Complutense, se ha convertido en la cuarta fuerza política con un discurso contra el establishment y renovador con resonancias bolivarianas y ambiciones de crear nuevas mayorías sociales.

Decadencia del bipartidismo y recomposición del mapa político

El bipartidismo alcanzó su punto máximo en las elecciones de 2008. El PP de Aznar había perdido las elecciones de forma inesperada tras la nefasta gestión de los atentados del 11 de marzo de 2004. El PSOE llegó al poder de mano de los partidos nacionalistas y de izquierdas y comenzó una serie de políticas -territoriales, derechos civiles, negociaciones con ETA- que continuaron con la polarización que había dejado Aznar. En el PP seguía la vieja guardia del aznarismo que atacó con especial beligerancia todo lo que se movía. Fueron los famosos tiempos de la crispación.

La polarización política de aquella legislatura del 2004 a 2008 llevó a una movilización muy fuerte del electorado alrededor de las dos grandes formaciones. Se alcanzó un porcentaje de participación del 75% y los partidos mayoritarios sumaron un porcentaje de voto de más del 83%. En 2011 ya los dos grandes partidos redujeron su margenes y e irrumpieron con fuerza Izquierda Unida y UPyD. El domingo pasado no alcanzaron juntos ni el 50%.

¿Por qué se ha reducido tanto su apoyo? Sin duda, la crisis. Pero también las elecciones europeas suelen ser una ocasión que se aprovecha para castigar al partido del gobierno y que tienen una participación menor -pasa de las generales que suelen rondar el 70% a estar sobre el 40%-. Las encuestas ya daban una caída fuerte a los dos grandes partidos, pero nadie esperaba que la caída fuera tan fuerte. El PP ha ganado con un escaso 26%, casi 17 puntos menos que en las europeas de 2009. 16 menos con respecto a las generales de hace 3 años.

El PSOE también se ha hundido y su secretario general, Rubalcaba, ha dicho que tira la toalla. Los socialistas tendrán que ir congreso extraordinario para elegir a su líder, o por lo menos ese es el plan, porque ya hay voces que se han posicionado en contra. UPyD -liberales- ha subido, pero no lo que esperaba. Izquierda Unida, una coalición de partidos entre las que se encuentra el Partido Comunista de España, esperaba crecer y ha subido, pero no tanto como le auguraban las encuestas. Y es que en eso llegó Pablo Iglesias.

Y en eso llegó Iglesias

Nadie esperaba que Podemos arrasara. Y lo hizo. En poco más de cuatro meses el partido de Pablo Iglesias ha obtenido más de un millón de votos, ha conseguido cinco europarlamentarios cuando la mejor de las encuestas les daba solamente 2 diputados y se ha situado como cuarta fuerza política a nivel nacional. En algunos sitios como Madrid ha llegado a ser la tercera fuerza política.

Pablo Iglesias es un profesor de Ciencia Política en la Complutense. Viene de una familia con tradición obrerista y es que se llama así en honor a Pablo Iglesias, el fundador del PSOE y la UGT y padre del movimiento obrero en España. Es licenciado en Derecho y Políticas y doctorado. Se ha curtido en asambleas y platós de televisión. No le ha importado ir a debatir a canales como Intereconomía, el canal más conservador de la televisión. Habla bien, es culto, sabe ser demagogo y dejar claro el mensaje que quiere transmitir. Muchos políticos españoles y sus costosos asesores pagarían lo que fuera por poder decir lo mismo.

Y es que está es una de claves del éxito, Iglesias tiene una buena formación en comunicación. Aparte de ser un hombre solvente, sabe manejar medios muy bien. Tiene un programa que se presenta desde hace años que se emitía en Televallekas -una televisión local-, La Tuerka, que ahora se emite en Público TV donde ha ganado muchas tablas. La influencia de Chávez para conectar con la gente mediante la televisión también se proyecta aquí.

Y es joven, algo que la cámara siempre agradece y que se contrapone muy bien al resto de los políticos. En los debates televisivos, se ve a un hombre joven con barba y coleta que dice lo que  la gente quiere oír frente a tipos engominados, trajeados y que pierden nervios con facilidad. La estrategia en redes sociales también ha sido buena, como cuenta El País en este artículo. El jefe de campaña es Iñigo Errejón, que cuenta en Vice su visión de la campaña.

El miedo va a cambiar de bando

Uno de los aciertos desde el punto de vista político que tiene Podemos es que han decidido primero dispútarles la hegemonía a las élites, para después luchar por el poder. Basándose en las experiencias latinoamericanas, especialmente en Venezuela, Ecuador y Bolivia, y en el concepto de hegemonía de Gramsci, han construido una campaña de nosotros frente a ellos con un lenguaje muy duro que recuerda a los populismos latinoamericanos. Tienen ambición y hambre de poder, tanta como para crear nuevas mayorías sociales.

Este hecho contrasta con lo que ha sido la izquierda de la izquierda en los últimos años. En este artículo Rosa explica muy bien las diferencias entre Podemos e Izquierda Unida mediante la comparación de dos carteles electorales. Izquierda Unida tiene aroma de vieja central sindical. Tiene viejos galones de guerras pasadas pero mantiene las divisiones internas y disputas de siempre. Podemos quiere ganar y disputarle la izquierda al PSOE y el poder a las élites del 78. Eso que no pudieron ni supieron hacer el PCE entonces y que hizo tan bien el PSOE. Y es que parece que la historia se repite otra vez.

El discurso de ataque a los políticos tradicionales conecta muy bien con una parte del electorado que está sufriendo la crisis. Podemos gana en los barrios obreros y urbanos y entre los menores de 35 años. Recoge en parte el discurso del 15M de repolitizar la política, da una explicación a los recortes y plantea la posibilidad de que existen alternativas frente a ellos.  Da esperanza e insunfla ánimos a un país que ha visto hacer lo mismo a los dos partidos que prometieron cambiar y variar el rumbo.

Por supuesto, ha habido críticas. Felipe González ya ha dicho que una alternativa bolivariana sería un catástrofe. La derecha ya ha dicho que es chavista, que uno de sus programa lo pagaban los iraníes y le han recomendado utilizar champú y lavarse más a menudo. Más inteligente ha sido Zarzalejos, que ya hace tiempo advirtió de que estaba creciendo la extrema izquierda y había que ser capaz de integrar a los que se estaban quedando en el camino y abrirse a los nuevos sectores.

Y es que ya lo decía una cancíón, a este paso el miedo va a cambiar de bando. Los sectores excluidos empiezan a organizarse y canalizar políticamente su descontento. Veremos qué recorrido tiene porque tendrá que hacer frente a muchas dificultades y contradicciones. España sigue siendo un país de clases medias, pero o el bipartidismo mueve pieza o empieza a vislumbrarse el cambio de época que muchos llevan pidiendo. La cuestión es ver hacia dónde y si va ser mejor.

En Twitter: @Jarnavic

Comentarios