Desde hace una semana estoy leyendo un libro que me está impresionando mucho. El título es «Making Sense of the Troubles. A History of the Northen Ireland Conflict» cuya traducción sería algo así como Dándole sentido a Los Problemas. Una historia del conflicto de Irlanda del Norte. Pero ya hay algunas cosas que me han llamado mucho la atención.
Es un libro que cuesta leer. Primero, porque todavía no tengo un inglés tan fluido como para leer fácilmente. Segundo, porque la complejidad y la cantidad de actores que tiene hace que tenga que ir poco a poco subrayando, recordando y revisando cada uno de los capítulos para no perderme entre tanta bomba y tantos personajes.
Lo primero que me llamó la atención es el número total de muertos. Estamos hablando que durante The Troubles, cuyo comienzo se fija en 1969 y llega hasta los Acuerdos de Viernes Santo en 1998, murieron cerca de 3.600 personas. 3.600 muertos son muchos muertos.
Lo más parecido que podemos tener en España, ETA, causó más de 800 muertos en sus 50 años de historia. Los picos de la actividad de ETA que se produjeron en la Transición, llegan a los 100 muertos, mientras que en The Troubles el mayor número de muertos se produce en el 72, el mismo año que del Domingo Sangriento y en el que mueren más de 500 personas.
Otra cuestión que también me ha llamado la atención es la división tan grande entre dos comunidades, católicos y protestantes que suelen ser también entre nacionalistas -favorables a la unificación con Irlanda- y los protestantes -favorables a mantenerse en Reino Unido-. Estamos hablando de que eran y sospecho que son pese a la relativa paz, dos comunidades completamente segregadas. En el libro se recoge que tu médico, tu abogado y tu colegio son siempre de tu misma religión. Vives sin saber nada de los otros.
Eran dos comunidades separadas, pero con unos claros ganadores. Los católicos son una minoría que tiene siempre un desempleo más alto, donde es difícil que consigan ocupar los mejores puestos trabajo de trabajo y con una menor esperanza de vida. Todo en detrimento de los protestantes, quienes poseen las mejores casas, los mejores y son mayoría en Irlanda del Norte.
Y aún siendo mayoría, los protestantes crearon un sistema electoral para ganar de una forma todavía más aplastante a través de varias artimañas, lo que se conoce como gerrymandering. Todo eso se rompe a partir de los años 60, cuando una nueva generación católica reclama sus derechos civiles y exige «un hombre, un voto». No deja de ser llamativo que los irlandeses católicos vean a Martin Luther King como un héroe que marca el camino.
Y en el otro lado, los protestantes. Llegan en el siglo XVII desde Inglaterra y Escocia y tienen una mentalidad que el libro describe como peregrinos, siempre a la defensiva y defendiendo su tierra. Me recordó a los judíos de los asentamientos en Gaza o Cisjordania. Y por supuesto, cada uno de su padre y de su madre, porque cada uno pertenece a una iglesia diferente pero unidos bajo el paraguas de la Orden de Orange.
Y todo esto se produce en Inglaterra. Uno de los países más estables y una de las democracias más avanzadas. Durante The Troubles se van a producir desplazados por la destrucción completa barrios enteros de Belfast. En el país en el que surge el habeas corpus, se va a poder internar durante largo períodos de tiempo a personas sospechosas de pertenecer al IRA o se van a autorizar registros de barrios enteros casa por casa.
Me queda todavía libro, pero uno no deja de pensar que la apacible, estable y aburrida imagen que tenía uno sobre Inglaterra e Irlanda es un esterotipo más que le inoculan a uno. Alguna ventaja tenia que tener viajar y emigrar para encontrar nuevas historias y paisajes.