Otro mundo es posible

Publicado el Enrique Patiño

Las mejores películas del año

Mi colega Alberto Duque López –quizás el mejor crítico de cine del país y además un excelente escritor– dijo hace poco que “No hay nada más personal, arbitrario, injusto e intolerante que la confección de listas de lo mejor durante el año que se acaba”.

Pero también él (como haré yo) cae en la tentación de elaborar una de ellas. Porque hay cintas que marcan y que uno quisiera llevar consigo en el recuerdo y decirles a los demás que vale la pena verlas, para que también los otros se dejen envolver por su trama. Igual, los gustos son arbitrarios y esta lista, sin duda, será injusta porque dejará propuestas por fuera, así que les extiendo la invitación a los lectores para que la complementen con sus propias opiniones y criterios, y con sus aportes. No todas las pude ver, aunque de verdad lo intenté. Y en ese vacío, los aportes de los lectores son vitales.

Acá van las mías, sin un orden específico. Al final incluyo otras fuera de la lista oficial, que jamás llegaron a las pantallas grandes, e igual ameritan un espacio y un aplauso:

up

Up. Si esta cinta animada fuera un corto, y uno viera sólo la primera media hora, sería igual una obra de arte. Dos momentos memorables vienen a mí: cuando cuenta sin palabras la historia de amor del protagonista y cuando logra el lirismo de montar al protagonista en una casa que vuela atada por globos, como parábola de la necesidad de liberarnos de las ataduras. Animación con toques de poesía y sensibilidad.

gran torino

Gran Torino. Impecable obra dirigida y actuada por Clint Eastwood, sobre un veterano de la guerra, amargado y hostil, que se pone a la tarea de ayudar a su vecino oriental, quien trata de robarlo. Un final genial, conmovedor, y una historia llevada con tino, sabiduría y maestría.

changeling

El sustituto (Changeling). De nuevo Clint Eastwood ofrece una de sus historias largas y sin concesiones, que sin embargo no suelta al espectador, sobre una madre a quien le roban a su hijo y a quien la policía decide obligarla a aceptar a un chico que no es el suyo. Protagonizada por Angelina Jolie, es una cinta sobrecogedora y bien contada.

frost

Frost/ Nixon. Una de las mejores cintas del año. Aunque de la cartelera desapareció rápido, esta película dirigida por el ganador del Óscar Ron Howard es un excelente ejercicio de dominio de planos cerrados, de diálogos intensos, y cuenta con un guión formidable y un par de actores ante quienes uno se quita el sombrero: Frank Langella y Michael Sheen. Sobre el debate que sostuvieron el ex presidente Richard Nixon y el presentador David Frost, cada uno tratando de dominar al otro, mientras el mundo entero esperaba conocer la verdad sobre el Watergate.

frozen

Río helado (Frozen River). Nominada a dos Óscar, esta cinta es fría, como su nombre, pero está llena de tensión y de desespero: del desespero de una mujer sin dinero a quien le ofrecen la posibilidad de llevar inmigrantes ilegales, y que cumple su misión sin amor alguno por su sufrimiento ni por su destino. Un duro y bello retrato sobre el individualismo y la angustia de quienes cruzan las fronteras sin que nadie los entienda. Con Melissa Leo, dirigida por Courtney Hunt.

millona

¿Quiere ser millonario? (Slumdog Millonaire?) De esta cinta se ha dicho casi de todo. Pero sí vale la pena incluirla entre las mejores del año porque su ritmo, la inteligencia de su guión, todos los premios que se ganó, incluido el Óscar a mejor cinta, están justificados por la brillantez de convertir una historia rosa en un reflejo de India, con todas sus contradicciones, y en un canto a la esperanza a pesar de la dureza de la vida.

camino

Camino revolucionario (Revolutionary Road). Esta cinta es como recibir un gancho en el hígado. Duele profundamente y uno la ama también por abrirle los ojos tan sinceramente a una verdad de la vida. Dirigida por Sam Mendes y con la magnífica e inolvidable actuación de Kate Winslet y de un sobrio Leonardo di Caprio, cuenta cómo los sueños y ambiciones de una pareja ambiciosa se van perdiendo ante la comodidad de lo cotidiano. Impresionante y sobre todo, con un final que desgarra el corazón.

ponyo

Ponyo. La animación de Hayao Miyazaki conmueve. Más allá de los personajes extraños y maravillosos a los que nos tenía acostumbrados en otras cintas, en esta versión dirigida, escrita y animada por él mismo, el creador japonés ofrece una mirada realmente bella sobre la vida y la amistad, sobre los sueños y la alegría, con una sencillez y al mismo tiempo una magnificencia que roban el aliento.

state of play

Los secretos del poder (State of Play). Mi profesión de periodista me obliga a incluir esta cinta escrita por Tony Gilroy (el mismo de ‘Duplicidad’ y ‘Michael Clayton’) que revela una historia en apariencia simple, detrás de la cual hay una trama oculta y una conspiración que obligan a Russell Crowe, el protagonista, a dejar atrás la cordura y sacrificarse por la verdad. Una pieza de espionaje, y un enfrentamiento entre el periodismo nuevo que quieren los lectores y el compromiso de contarle a la gente incluso lo que no quisiera saber.

llanura

Llanura en llamas (The Burning Plain). La trama de esta historia de Guillermo Arriaga (guionista de ‘Babel’) es fabulosa. Pero en realidad, poco importa. Porque contarla daña el fino mecanismo con el que está construida esta historia donde todo parece ir en direcciones opuestas, y en apariencia sin sentido, pero que al final cuaja –uniendo el pasado y el presente– para presentar una historia arrolladora, dolorosa y magnífica. Con Kim Basinger y Charlize Theron.

luchador

El luchador (The Wrestler). Las escenas son tan reales que uno se hastía de las peleas de los luchadores y al mismo tiempo se sorprende con esas vidas solitarias de celebridades caídas en desgracia. Mickey Rourke convence como pocos, y Darren Aronofsky construye una cinta sincera, humana, absolutamente honesta y tan cotidiana como nuestras propias luchas por sobrevivir en el día a día.

agente

Agente internacional y Duplicidad (The International & Duplicity). Estas dos cintas podrían unirse como una sola porque se parecen, cuentan con el mismo protagonista (Clive Owen),tienen un ritmo trepidante y revelan verdades sobre los bancos y las grandes corporaciones que afectan nuestras vidas. En la primera, dirigida por Tom Tykwer (‘Corre Lola Corre’, ‘El Perfume’) los bancos son los grandes enemigos (y no sorprende descubrirlo). En la segunda, dirigida por el gran Tony Gilroy, se refleja el doble juego de las corporaciones mundiales y cuenta con un ritmo que no deja respirar. Una con Naomi Watts y la otra con Julia Roberts, consiguen mantener atrapado al espectador. No es cine de premios, ojo, pero este listado no es de los Óscar, sino de lo que quedó en mi retina y en mi memoria.

viajes del viento

Los viajes del viento. Le faltó contundencia a la trama, sin duda. Pero logra cuadros tan bellos, logra transportar de tal manera al espectador esta cinta de Ciro Guerra, y muestra nuestra diversidad de tal forma, que sus imágenes, ocho meses después de haberla visto, siguen fijas en mi cabeza.

siete almas

Siete almas (Seven Pounds). A mí me conmovió profundamente esta historia que muchos críticos despreciaron, y que narra la lucha de un ser humano por superar su mezquindad y compensarla con bondad, llevada a un extremo doloroso, pero sin perder de vista que podemos afectar la vida de los otros con nuestra bondad y que darnos es la mayor expresión del amor. Para mí, es inolvidable, así que sería un error no incluirla. Con Will Smith.

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LAS QUE NO LLEGARON (O NO HAN LLEGADO) Y HAY QUE TRAER O CONSEGUIR.

el secreto de sus ojos

El secreto de sus ojos. Una de las grandes cintas argentinas, latinoamericanas y mundiales, sin duda. Juan José Campanella (‘El hijo de la novia’) vuelve al cine con esta historia que no deja a nadie indiferente y que difícilmente se olvida, protagonizada por Ricardo Darín y Soledad Villamil.

five minutes

Five Minutes of Heaven. El director Oliver Hirschenbiegel (‘La caída’) dirige esta cinta que valdría la pena traer a Colombia, sobre el encuentro entre una víctima de la violencia y su victimario. Maravillosa trama, cargada de emoción y necesidad de venganza y redención al mismo tiempo. Con Liam Neeson.

donde dios

Donde Dios dejó sus zapatos (Where God left his shoes). Una cinta independiente con John Leguízamo, sobre la lucha de un hombre en Navidad para conseguir un sitio donde vivir y pasar la Nochebuena. Para mí, la mejor cinta de Leguízamo: real, honesta, en una Nueva York congelada y con un padre y un hijo unidos por la adversidad.

battle in

Batalla en Seattle (Battle in Seattle). No es una cinta de 2009, pero presenta las circunstancias que llevaron a los activistas a fundar el mayor movimiento de protesta por otro mundo posible durante las reuniones que celebró en Seattle la Organización Mundial del Comercio. Dirigida por Stuart Townsend, con Charlize Theron y Woody Harrelson, su propuesta independiente es necesaria para tener una visión distinta del mundo que a diario nos presentan los medios.

departures

Okuribito (Partidas). La cinta japonesa ganadora del Óscar es de una belleza insólita: presenta la forma en que un chelista desempleado aprende el ritual de preparar los muertos para el funeral. Hay imágenes de una belleza conmovedora.

last chance

Nunca es tarde para enamorarse (Last Chance Harvey). Con Dustin Hoffman y Emma Thompson, sobre el encuentro de una mujer mayor con un hombre, ambos ya sin esperanzas de hallar el amor y totalmente escépticos de sus sentimientos. Sencilla y capaz de llevar a la reflexión.

el visitante

El visitante (The visitor). Para mí, una de las mejores cintas que haya visto este año, aunque sea oficialmente de 2007. Bella, emotiva, intensa, refleja tanto el drama de la soledad como el drama de los inmigrantes ilegales, con una elegancia y estableciendo un vínculo secreto a través del sonido de un tambor, que no deja al espectador indiferente. Es tan buena que uno no quisiera que terminara. Con Richard Jenkins, nominado al Oscar por esta cinta.

corre gord

Run Fatboy Run. Traducida, sería ‘Corre gordo corre’. Una comedia británica de buen humor, sin aspiraciones de grandeza, pero que hace reír con gracia y con buen ritmo, sobre un guardia de seguridad que ha huido de todo, hasta de su matrimonio, pero se propone correr una maratón para recuperar a su amor. Con Simon Pegg.

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